Capítulo 30
Sin embargo, la reacción de Hilario empeoró aún más la furia de Guillermo. Apuntó a Hilario con el dedo tembloroso y lo reprendió con una voz ronca llena de ira, gritando:

—Si hubiera sabido cómo eras, ¡nunca habría permitido que Eliana se casara contigo!

¿No se casó con él?

Hilario sintió un apretón en el pecho mientras el dolor se intensificaba.

—Lo siento…

La indignación en el corazón de Guillermo se apoderó de él, y su rostro se deformó por la ira.

—Hilario Lucero, mataste a mi hija. ¡Vas a pagar por esto!

Teresa, al ver la tristeza y el dolor en el rostro del padre de Eliana, quiso acercarse y decirle algo. Pero Marc, que estaba a su lado, le hizo un gesto con la cabeza y la detuvo.

Finalmente, Teresa reprimió su impulso y bajó la mirada.

¿Sería eso correcto, para ayudar a Eliana a alejarse de aquí a costa del dolor de todos aquellos que la amaban?

***

En la UCI, una mujer vestida con elegancia, de unos cuarenta años, entró con gracia en el pabellón de Deva y se detuvo junto a su
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo