Capítulo 0193
—Mateo, te quiero mucho —abrazó Eliana a su hijo, le besó las mejillas y sollozó—. Te prometo que te curarás. Te acompañaré 10 años, 20 años, 50 años, hasta la eternidad.

Después de la cena, Mateo, que estaba agotado por un día de viaje, se tumbó en el sofá y se quedó dormido. La madre estaba a punto de arropar al niño con la manta cuando, de repente, Hilario llamó. Tan pronto como Eliana vio el nombre de ese hombre, se sintió disgustada y colgó el teléfono. Sin embargo, en unos pocos segundos, Hilario volvió a llamar.

—¡Qué fastidio! Ya es muy tarde —dijo Eliana, apagando su móvil—. Victoria, no vayas a la oficina estos días. Quédate aquí cuidando de Mateo. Puedes llevarlo a pasear al parque o al zoo, pero asegúrate de cuidarlo bien. Recuerda hacerle que tome la medicina a tiempo, beba agua y descanse. Lo más importante es que no lo saques de tu vista. ¿Me oyes?

—Entiendo, señorita. No te preocupes.

—No sé qué quiere decirme ese hombre asqueroso. Bueno, me voy. Buenas noches.

En ese m
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