Deva ya empezó a pensar cómo utilizar bien sus peones en la mano. Pero Eliana pasó por ella como si no hubiera visto nada. Muy furiosa, Deva levantó la mano para agarrar la muñeca de Eliana, pero fue atrapada por Rosa quien estaba a su lado. Se quedó confundida, pero vio que Rosa meneaba la cabeza indicándole que era temprano para actuar precipitadamente y que sería mejor hacer un plan lo antes posible.Deva miró hacia el lugar donde Eliana había desaparecido, tratando de contener sus emociones. Cuando ella se calmó y entró en el salón, ya estaban allí muchas personas. Lo primero que vio fue Hilario y un empresario adulándolo. Al verlo, Deva levantó la cabeza y sonrió mientras caminaba hacia él.—Hilario.Intentó tomar su brazo izquierdo para abrazarlo, pero Hilario lo apartó. Su reacción la dejó en una situación embarazosa y el empresario se despidió. Deva mantuvo la sonrisa y vio a Hilario mirando fijamente al lado de Eliana. «¡Maldito», pensó y casi aplastó el vaso que tenía en la m
Al escuchar palabras familiares, Eliana no quería contestar, pero vio a Hilario y Deva saliendo juntos del hotel. Entonces, cambió su mente. Eliana sonrió amablemente e interrumpió la respuesta oficial de Julia:—Me decepcionó mucho esta venta de remate, y no voy a cooperar más con el Grupo Lucero ni con ninguna empresa subalterna.La respuesta firme y decidida sorprendió a Deva. «¡Maldito! ¿Qué significa esto? ¿Esperaba que el Grupo Lucero querría colaborar con ella», pensó ella. Pero Hilario, que estaba a su lado, no se conmovió. «He empezado mi nueva vida. Recuperaré todo lo que fue robado por vosotros», Eliana los miró y sonrió con gran satisfacción. Después, subió al coche y se marchó.Hilario también caminó hacia su coche: «Esta vez, no lo dejaré ir.» Deva quiso seguirlo, pero fue detenida por los reporteros recién llegados.—Hilario... Quería decirle a Hilario que todavía no había subido al coche, pero él dijo con indiferencia:—Respondas a las preguntas.Hilario se fue, pero
Eliana se detuvo y se quedó en silencio: «¿Hijo? ¿Cómo puede decirlo?» Hilario lo vio, así que su actitud se relajó mucho más y dijo:—Hace cuatro años, no sabía que tenías cáncer ni que habías estado embarazada.—¿Y qué? ¡No puedes eliminar toda la culpa simplemente diciendo que no sabías nada! —No lo digo por tanto. Es que... —maticé Hilario.Sin embargo, Eliana interrumpió bruscamente su excusa con un tono frío:—No importa lo que digas. Ya no quiero tener nada que ver contigo.«No hay forma de que volvamos a estar juntos», pensó y se alejó sin mirar atrás. Parado, mordiendo los labios, Hilario preguntó a sí mismo: —¿Cómo está el niño? ¿Todavía está vivo? ¿Dónde está ahora?No fue hasta este momento que Hilario se dio cuenta de que estaba preocupado por su esposa y su hijo. Escuchando estas palabras, Eliana se paró: «¿Desea que su hijo esté vivo? Incluso si ese niño aún viviera, no tenía nada que ver con él.» Ella no giró, sino que respondió en voz fría:—Está muerto, gracias a t
Al día siguiente, las noticias sobre la subasta se publicaron y difundieron ampliamente en la Ciudad Aurora. Lo que había sucedido anoche salió en todos los periódicos y la mayoría de ellos fueron alabanzas de Lucy con la promoción de su próxima exposición de pintura. Sin embargo, también había mucha gente que empezó a investigar más profundamente la vida privada de la pintora. Los medios de difusión dedujeron que Lucy había rechazado la cooperación con el Grupo Dolores debido a su relación con Hilario Lucero. Incluso compararon la foto de Lucy con la de Eliana, diciendo que esa pintora era precisamente la ex esposa del presidente del Grupo Lucero.A las dos de la tarde, en la oficina del Grupo Morales, Roberto estaba leyendo la noticia de Lucy. «Ella es Eliana Dolores», pensó y tomó un sorbo del café. Eliana le había debido un favor, y ya es hora de devolvérselo.Eliana fue despertada por el sonido del timbre y abrió la puerta. —¡Teresa! —Eliana se enjugó las lágrimas.—¿Cómo te va
Al día siguiente, Eliana le pidió a Julia que organizara una conferencia de prensa. Para hacerla más famosa, también invitó a los periodistas más notables de la ciudad. La conferencia de prensa empezó a las nueve. Eliana subió al escenario y descubrió que no había ningún asiento vacío. Al verla venir, se agolparon periodistas, fotógrafos y gente de canales de televisión. —Señora, ¿por qué ha decidido celebrar una rueda de prensa repentinamente hoy?—Doña Lucy, ¿tiene algo importante que anunciar en esta conferencia?Eliana levantó la mano para indicar que los periodistas se calmaran. Cuando todo estaba en silencio, habló con una voz dulce:—Soy Eliana Dolores, la hija mayor de la familia Dolores.Sus palabras sonaron como un trueno repentino en el auditorio. Los periodistas fueron sorprendidos, pero también pudieron entenderlo después de ver su aspecto.—Fui a estudiar al extranjero, pero después de regresar, se rumorea que estoy muerta. No sé si existe algún malentendido. —continuó
Al mismo tiempo, en la empresa, Deva, viendo la rueda de prensa, quería estrangular a Eliana con su propia mano. Rosa, que estaba a su lado, dijo:—No esperaba que tu hermana se volviera más inteligente que antes.—¿Qué has dicho? Está copiando mis trucos. —dijo Deva con absoluto desprecio. Pero cuando pensó en su identidad de hija ilegítima, sentía un calor inexplicable en su corazón y no sabía cómo contenerlo. Agarró el vaso frente a ella y lo arrojó al suelo.—Sin duda, ella quiere ver a Guillermo. Si lo consigue, me sustituirá. Rosa, ¿qué vamos a hacer ahora? No podemos dejar que nos robe todo lo que tenemos. —tembló Deva mientras agarraba la falda de Rosa.—Tranquilos. Tenemos que conocer bien a nuestra adversaria.Después de unas conversaciones normales, un periodista le hizo una pregunta delicada:—Señorita Dolores, ¿cuál es el estado actual de su matrimonio con el señor Lucero?Eliana fingió sentir dolor y no contestó. Pero el periodista estaba más agresivo.—Como todos sabemos
Dos horas después, terminó la conferencia de prensa. Eliana salió cansada y Julia la persiguió con un rostro nervioso.—Lucy, hay algunas zonas residenciales disponibles para vender actualmente. ¿Si quiere comprar...—No, no hace falta un chalé. Soy de la familia Dolores. Por supuesto, viviré en mi propia casa.Julia quedó atónita y sentía que Eliana era muy diferente desde antes. En este momento, un coche plateado frenó detrás de ellas. La luz del sol caía, cubriendo todo el vehículo con una aureola dorada. Se bajaron las ventanas y apareció un hombre guapísimo.—¿No sabe si tiene el honor de invitar a Lucy para dar una vuelta?«¿Quién es ese hombre? ¡Es tan guapo», pensó Julia con su boca abierta. Eliana llevó un rato pensando quién era ese hombre. Era Roberto Morales. A pesar de que no tenía memoria clara de él, después de todo la había ayudado. Aceptó Eliana la invitación. Le pidió a Julia que regresara al hotel y subió al coche de Roberto.Los dos acababan de irse. Hilario paró su
«Un patrocinador. ¿Por qué no lo acepto? Cualquier empresa, excepto la de Deva, es aceptable», pensó Eliana y asintió ligeramente con la cabeza. Cuando estaba a punto de aceptarlo, sonó su teléfono, interrumpiendo sus pensamientos. Sacó el teléfono móvil y miró el número. Sin duda, era Hilario, porque le había llevado mucho tiempo memorizar su número. Eliana dudó un momento y quiso colgar el teléfono. Pero Roberto dijo:—Es mejor que lo respondas.Ella aceptó y oyó la voz fría de Hilario:—¡Baja! ¡De inmediato!Eliana miró al espejo retrovisor y vio el coche familiar. También podía imaginarse el rostro ensombrecido de Hilario y dudó: «¿Por qué está aquí?»Roberto observó el coche en el espejo retrovisor y apretó con fuerza el pedal del acelerador.—Ten cuidado. Voy a ir a toda velocidad. Hilario notó que la distancia entre ellos era cada vez más grande y también aumentó la velocidad.Cinco minutos después, Hilario todavía los siguió. Eliana no pudo aguantarlo. Quiso colgar el teléfono