Al día siguiente, Eliana le pidió a Julia que organizara una conferencia de prensa. Para hacerla más famosa, también invitó a los periodistas más notables de la ciudad. La conferencia de prensa empezó a las nueve. Eliana subió al escenario y descubrió que no había ningún asiento vacío. Al verla venir, se agolparon periodistas, fotógrafos y gente de canales de televisión. —Señora, ¿por qué ha decidido celebrar una rueda de prensa repentinamente hoy?—Doña Lucy, ¿tiene algo importante que anunciar en esta conferencia?Eliana levantó la mano para indicar que los periodistas se calmaran. Cuando todo estaba en silencio, habló con una voz dulce:—Soy Eliana Dolores, la hija mayor de la familia Dolores.Sus palabras sonaron como un trueno repentino en el auditorio. Los periodistas fueron sorprendidos, pero también pudieron entenderlo después de ver su aspecto.—Fui a estudiar al extranjero, pero después de regresar, se rumorea que estoy muerta. No sé si existe algún malentendido. —continuó
Al mismo tiempo, en la empresa, Deva, viendo la rueda de prensa, quería estrangular a Eliana con su propia mano. Rosa, que estaba a su lado, dijo:—No esperaba que tu hermana se volviera más inteligente que antes.—¿Qué has dicho? Está copiando mis trucos. —dijo Deva con absoluto desprecio. Pero cuando pensó en su identidad de hija ilegítima, sentía un calor inexplicable en su corazón y no sabía cómo contenerlo. Agarró el vaso frente a ella y lo arrojó al suelo.—Sin duda, ella quiere ver a Guillermo. Si lo consigue, me sustituirá. Rosa, ¿qué vamos a hacer ahora? No podemos dejar que nos robe todo lo que tenemos. —tembló Deva mientras agarraba la falda de Rosa.—Tranquilos. Tenemos que conocer bien a nuestra adversaria.Después de unas conversaciones normales, un periodista le hizo una pregunta delicada:—Señorita Dolores, ¿cuál es el estado actual de su matrimonio con el señor Lucero?Eliana fingió sentir dolor y no contestó. Pero el periodista estaba más agresivo.—Como todos sabemos
Dos horas después, terminó la conferencia de prensa. Eliana salió cansada y Julia la persiguió con un rostro nervioso.—Lucy, hay algunas zonas residenciales disponibles para vender actualmente. ¿Si quiere comprar...—No, no hace falta un chalé. Soy de la familia Dolores. Por supuesto, viviré en mi propia casa.Julia quedó atónita y sentía que Eliana era muy diferente desde antes. En este momento, un coche plateado frenó detrás de ellas. La luz del sol caía, cubriendo todo el vehículo con una aureola dorada. Se bajaron las ventanas y apareció un hombre guapísimo.—¿No sabe si tiene el honor de invitar a Lucy para dar una vuelta?«¿Quién es ese hombre? ¡Es tan guapo», pensó Julia con su boca abierta. Eliana llevó un rato pensando quién era ese hombre. Era Roberto Morales. A pesar de que no tenía memoria clara de él, después de todo la había ayudado. Aceptó Eliana la invitación. Le pidió a Julia que regresara al hotel y subió al coche de Roberto.Los dos acababan de irse. Hilario paró su
«Un patrocinador. ¿Por qué no lo acepto? Cualquier empresa, excepto la de Deva, es aceptable», pensó Eliana y asintió ligeramente con la cabeza. Cuando estaba a punto de aceptarlo, sonó su teléfono, interrumpiendo sus pensamientos. Sacó el teléfono móvil y miró el número. Sin duda, era Hilario, porque le había llevado mucho tiempo memorizar su número. Eliana dudó un momento y quiso colgar el teléfono. Pero Roberto dijo:—Es mejor que lo respondas.Ella aceptó y oyó la voz fría de Hilario:—¡Baja! ¡De inmediato!Eliana miró al espejo retrovisor y vio el coche familiar. También podía imaginarse el rostro ensombrecido de Hilario y dudó: «¿Por qué está aquí?»Roberto observó el coche en el espejo retrovisor y apretó con fuerza el pedal del acelerador.—Ten cuidado. Voy a ir a toda velocidad. Hilario notó que la distancia entre ellos era cada vez más grande y también aumentó la velocidad.Cinco minutos después, Hilario todavía los siguió. Eliana no pudo aguantarlo. Quiso colgar el teléfono
—Es un asunto de la familia. Si no le importa, puede irse, señor Morales. —dijo Hilario con una mirada de advertencia.—¿Sois una pareja? Pero hace poco, señorita Dolores ha dicho en la conferencia de prensa que estáis divorciados. No está contigo ya. Está soltera.Como un hombre dominante y seguro de sí mismo, se enojó mucho por la conducta de Roberto.—¡Suéltame! ¡Me duele mucho!—gritó Eliana. Pero lo único que respondió fue un silencio. Incluso la fuerza de sus brazos se fortaleció. «¿No me oyes», pensó Eliana tomando una profunda respiración y levantó la mano directamente hacia Hilario, golpeándolo con el codo. Por fin, logró escapar del abrazo y saltar al suelo. Sin embargo, los zapatos resbalaron sobre el suelo, y su muñeca giró hacia un lado.Cerrando los ojos, ella no tenía intención de pedir ayuda a Hilario. Roberto avanzó y quiso apoyar a ella, pero fue bloqueado por Hilario. Apoyó su espalda una mano grande. Abriendo los ojos, ella entendió que era Hilario quien le había dad
—Muy bien, espero tu mensaje. —respondió Roberto con una sonrisa triunfal. Había contratado la organización de la exposición con el Grupo Dolores, que era una subordinación de la empresa de los Lucero. Pero en esta situación, la exposición no tendría nada que ver con el Grupo Lucero. Mientras tanto, Eliana caminó hacia la calle preparándose para irse en taxi. Lo notó Hilario y andó directamente hasta donde estaba su coche. La levantó y la puso en el coche cerrándole el cinturón de seguridad.Era más agresivo, dominante y arrogante que antes. Eliana no sabía cómo reaccionar en esta circunstancia. El coche arrancó y pasó por Roberto. «Es imposible que ese tío me solpe a mi mujer», pensó Hilario conducía. Era tarde para escapar del coche. Eliana intentó abrir la puerta y descubrió que estaba bloqueada la puerta de su lado. Luego entraron en la autopista.—¡Pare, pare, pare! ¡Quiero bajar!—¿Estás loca? ¡Estamos en la autopista!—¿Loca? ¿Entonces quién ha producido un choque y casi me ha
Eliana estaba atónita durante un buen rato. Cuando reaccionó, empujó fuertemente a Hilario y le dio una bofetada a su cara. No esperaba que Hilario se volviera tan desvergonzado. Sitiendo un calor ardiente en la cara, se quedó mudo de asombro: «¿Me abofeteas? ¿Cómo es posible?»—Señor Lucero, ¿qué quieres hacer?Eliana lanzó un profundo suspiro, tratando de contener sus emociones para que no recayera la enfermedad. Lo miró a Hilario como si fuera un extraño.—Quiero besar a mi esposa. «¡Tu esposa! ¿Amites que soy tu esposa? ¿Por qué no lo hizo hace cuatro años», pensó Eliana y dijo con frialdad:—Hemos divorciado, Señor Lucero.—¿Divorciados? Nunca he firmado ningún acuerdo de divorcio.«¿Qué significa esto? ¿Me pide el acuerdo de divorcio? Simplemente es un documento. El fracaso del matrimonio ha sido probado por los hechos», pensó Eliana. La libertad había sobrepasado todo lo que podía imaginar. Pero también se puso un poco confundida: «¿No le había dicho Teresa de mi último deseo?»
En la empresa de los Dolores, Deva se preocupaba cada vez más de que Hilario creyera lo que dijo Eliana. Así que fue a la villa de Hilario. Cuando llegó, el criado le informó que Hilario no había vuelto. Pues Deva fue al estudio y siguió esperándolo. Una hora después, Hilario regresó a la villa. El criado le tomó el abrigo y dijo:—Señor, la señorita Dolores está en el estudio.—Lo sé. —Hilario subió las escaleras.—Hilario, has vuelto —dijo Deva sonriendo al abrir la puerta—. ¿Qué pasa?Hilario desabrochó su corbata y suspiró con cansancio.—Hilario, he visto la entrevista de Eliana. Tienes que creerme. Estoy siempre a tu lado —lloró y sacudió la cabeza—. No he detenido a Eliana para visitar a mi padre.—Yo sé. Esto no tiene nada que ver contigo —Hilario la consoló—. Puedes irte. Te aseguro que no te hará daño tu hermana.«¿Daño? ¿No es un daño lo que ha dicho Eliana en la entrevista? ¿No me amenazó?», pensó y miró a Hilario con lágrimas en los ojos. Pero antes de que pudiera pregunt