La Voz.

Aiello.

Fue difícil mirar a mi hermana a la cara. Ella me miraba con miedo, no sabía el porqué de esa mirada, pero me estaba acojonado el que no hablara.

Se había despertado hacía una hora, no había emitido palabra alguna. Sólo miraba por la ventana y de vez en cuando cerraba los ojos por varios minutos.

—Brisen —dije casi en un susurro.

Me senté a su lado e intenté coger su mano pero ella la apartó. Apreté el puño y asentí suspirando.

—Perdón por no contártelo, al principio te odiaba, a mí me abandonaron como a un perro mientras que a ti te acogieron con todo el cariño, no fue hasta años después que la familia de Draven me acogió y me consideraron uno más de la familia. Si, te vigilaba desde las sombras, hasta que poco a poco te fui viendo más de seguido y me di cuenta de que tu

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