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Capítulo 9 “¿Qué es la felicidad?

¿Qué es la felicidad?

¿Es lo que siente un niño cuando recibe su obsequio de navidad?

¿O cuándo la persona que te gusta dice que también le gustas?

¿O es cuándo estás con tus amigos disfrutando de la vida?

¿O cuándo estás en soledad, comiendo, viendo una película o escuchando música?

Tal vez es cuando obtienes tu primera paga en tu primer buen trabajo.

O sólo cuando obtienes una buena calificación en aquel examen por el que tanto estudiaste.

Para mí, Adam Martinez, la felicidad es ahora, justo en este momento.

Porque, ¿cómo no ser feliz si estoy besando a la chica que me gusta?

Hasta me había vuelto filósofo. Mi madre estaría orgullosa.

Tenía mis manos sobre las mejillas de Chloe y sin poder evitarlo sonreí en medio del beso. Ella me siguió.

Sin duda soy el chico más feliz de este mundo.

Hasta que Chloe se apartó.

- No. - dijo mientras se levantaba para irse.

La tomé del brazo.

No podía ocultar mi sonrisa. Estaba desbordando felicidad.

- Lo siento, C. Sólo no pude evitarlo - me acerqué a ella y acaricie su mejilla - Eres hermosa y tan fuerte, atrevida, divertida, audaz. Me gustas.

Lo dije.

Señoras y señores, lo dije.

Ya podía vivir en paz, y no diría "morir en paz" porque no quiero morir. Aunque me moriría por besarla de nuevo. Ay, yo me entiendo.

Desde los quince años me gusta esta chica y al fin lo admitía, sin ninguna broma o rodeo. Sólo dije lo que sentía.

- Adam...

- No, no respondas. - dije aún con una sonrisa - Sólo quería que lo supieras. No tienes que decirme algo ahora. Piénsalo.

Chloe asintió, me dio un beso en la mejilla y se dio la vuelta para irse.

La tomé del brazo, atrayéndola hacia mí haciendo que chocara contra mi pecho.

La volví a besar.

Porque soy Adam Martínez y no me voy a conformar con un solo beso.

La besé durante varios segundos, ella también me siguió, hasta que me separé.

- Ahora si, piénsalo.

Chloe rió y tomó un mechón de su rubia melena.

Se dio la vuelta y se fue meneando sus caderas como si estuviera en una pasarela.

Esta chica me volvía loco.

Volví a sonreír.

(***)

- ¡Buenos días, familia! - exclamé al entrar a mi hogar.

Hogar, dulce hogar.

- ¡Acá estamos, Adam! - gritó mamá desde el jardín trasero.

Corrí hacia allá.

Mi madre, George y mi primo Christopher estaban tumbados en unas sillas mirando a la piscina.

- ¡Hola a todos! - los saludé con una sonrisa - Es un hermoso día, ¿no lo creen?

- ¿Y a éste que le pasa? - preguntó Christopher viéndome confundido.

- Nada, pequeñín - dije despeinándolo.

- No me llames así y no soy pequeño - gruñó.

- ¿Por qué tan contento, bebé? - preguntó mi madre y Christopher rió por el apodo recibiendo un lepe de mi madre. Un lepe es un golpe.

Reí.

- Siempre estoy feliz - sonreí y comencé a mover mis dedos inquieto.

- Eso es cierto, pero ahora es diferente.

- Es por una chica - dijo George despreocupado - Reconozco esa mirada donde vaya.

Mi madre saltó de su asiento.

- ¿Una chica? Dime por favor que es Adele ¡Es una lindura! - mi madre me abrazó - ¡Al fin!

Reí.

- Adele sólo es mi amiga, mamá. Voy a trotar un rato.

Me fui antes de que empezara todo un interrogatorio.

Troté por mucho tiempo tratando de calmar mis sentimientos o al menos mis pensamientos fracasando por completo.

No puedo evitar lo que siento.

(***)

- ¡Vamos, Adam! No te había visto tan feliz desde que fuiste al concierto de Marc Anthony en España - dijo Amélie.

Sonreí al recordar el concierto.

- Tampoco exageres - reí - Nada se compara con una buena salsa en vivo.

- Lo que sea. Pero dime, ¿por qué estás tan feliz?

Vi a Chloe caminar hacia nosotros.

- Amélie, tenemos que ir a clase. - dijo mirándome fijamente.

- Buenos días, señorita - le saludé con una sonrisa.

- Hola - dijo rodando los ojos. Sonreí - Vámonos.

Amélie asintió y me habló antes de irse.

- Luego me cuentas, Adam...

- ¡No digas mi segundo nombre! - grité evitando todo un desastre y seguramente la Tercera Guerra Mundial.

Ella rió y se fue.

A lo lejos ví una pequeña cosita cubierta de ropa negra.

Adele.

Corrí sin dudarlo.

- ¡La besé! - grité y ella también gritó del susto.

- ¡Deja de asustarme! - me golpeó el hombro.

- Lo siento - reí - Pero ¡La besé!

- ¿A quién? ¿De qué hablas?

- ¡A Chloe! ¡La besé!

- Bien, ya me di cuenta de que la besaste, no es necesario que lo digas tantas veces - habló con sarcasmo - El timbre sonó hace dos minutos, Adam.

- Yo sólo... estoy feliz. Muy feliz. Creo que soy la persona más feliz de este mundo - sonreí - ¡ESTOY EXTREMADAMENTE FELIZ! Y quería contártelo.

- Shhh, no grites - dijo mirando el vacío pasillo donde estábamos parados.

- Lo siento - hice un puchero.

- Me alegro por ti, Adam. Pero tenemos que estudiar.

Hice un puchero más grande aún.

- Está bien, pequeña. - le sonreí - Y gracias por escucharme.

Besé su mejilla y corrí al salón de clases.

NARRA ADELE

Sonreí y más que por el beso, sonreí porque Adam corrió a la clase sin saber que yo iba a la misma.

Entré y todas las miradas se posaron sobre mí.

Me cubrí el rostro con mi cabello sintiendo como me empezaban a sudar las manos.

- Señorita Castle, otra más que llega tarde - la profesora rodó los ojos - ¿Por qué llega tan tarde?

Quería responder pero la voz no pasaba de mis cuerdas vocales.

Sentí como todos me miraban, me juzgaban, seguramente. Quería salir corriendo de allí.

- Llegó cinco minutos tarde, profe. Veamos la clase, usted es el que está atrasando todo. - dijo Adam dándome una sonrisa tranquilizadora antes de ver a la profesora con una mirada retadora.

- Recuerde que acá soy yo la que decide qué hacer o decir, señor Martínez y ahora digo que tendrá que ir a detención y usted también, señorita Castle.

- Con mucho gusto - respondió Adam con una sonrisa haciendo enojar más a la profesora.

- Siéntese - me dijo y yo corrí a sentarme.

Iba a sentarme en la esquina pero Adam me hizo muchas señas con la mano para que me sentara frente a él.

- G-gracias por salvarme de hablar frente a todos - le susurré.

- Para eso estoy - sonrió - Por cierto, nos vemos en detención - dijo guiñándome un ojo.

Puse los ojos en blanco.

Va a ser mi primera vez en detención, dañará mi expediente, pero ni siquiera me sorprende, ¿por qué? Porque cosas como esas le pasan a los que se juntan con Adam quien vive en detención.

Adam.

Qué chico tan extraño. No es como siempre lo veía, es amable y gracioso, pero aún no lo conozco bien así que no puedo confiar todavía.

Pero me intrigaba su insistencia para combatir mi timidez, en el fondo me gustaba que quisiera ayudarme. Nunca antes se habían interesado por ayudarme en el instituto y que fuera el chico popular y mujeriego el que quisiera ayudarme era muy inesperado, pero me alegraba.

Y ahora, por fin había besado a su amada Chloe. Él puede hacer lo que quiera pero no creo que ella lo quiera de verdad. Todos lo notamos. Menos Adam.

Ella no lo merece.

- ¿Te gusta mi nombre o te gusto yo? - me habló Adam de repente haciéndome brincar del susto.

Fruncí el ceño confundida.

Dirigí mi vista hacia mi cuaderno que él estaba viendo y me di cuenta de que no había escrito la clase, solo escribí una sola palabra:

ADAM.

~ Yoha<3

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