¿Qué pensará Jonathan al saber que alguien más conoce su secreto? Si leíste “Llegué para quedarme” tal vez hayas reconocido algunos personajes.
Jonathan esa mañana despertaba muy temprano como cada día para someterse a un nuevo examen de sangre, había trabajado con meditación, aromaterapia, una dieta totalmente vegana, en conjunto con tratamientos médicos tradicionales estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario incluso estaba recibiendo sesiones de Reiki. Apenas volvió a su habitación miró nuevamente la fotografía junto a su cama y ese anillo que significaba tanto para él… lo tomó diciendo —Dios dame fuerzas para que este anillo vuelva a manos de tu dueña te prometo que estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para que así sea —respiraba profundo para darse fuerzas en especial en días en los que sentía ese cansancio interno. Se sentó al borde de la cama en esa pieza simple, pero con todo lo necesario donde se había aislado del mundo para poder luchar por su vida. Ya habían pasado los días desde su llegada que después de las dos primeras semanas dejó de contar y comenzaba a ver algunos resultados tal vez es
Mientras pasaban los días después de la cena, Keith no perdía las esperanzas, sentía que ahora que Jonathan de seguro había recibido las fotografías muy pronto Amy ya estaría completamente libre para él. Por ahora sólo debía darle tiempo y mantenerse cerca de ella durante el día y por las noches era claro que Liz debía seguir satisfaciendo sus deseos, no presionaría a Amy, pero sabía bien que la presión llegaría de otra manera. Por esos días Alice salía del hospital, aunque prácticamente debería pasar meses en rehabilitación, casi no podía hablar y lo poco que decía era para seguir culpando a Amy. Como cada día durante ese mes Amy y Jason seguían ayudando a Keith con las últimos preparativos del edificio y ella estaba comenzando a escribir algunos artículos que ya estaban siendo publicados cada semana. Las oficinas del periódico “Tiempo Noticias” y la nueva revista “Portal” estaban casi listas. Jason por su parte se sentía muy emocionado ya que su italiano llegaría pron
Decir que Amy se sentía terrible después de lo que había escuchado era poco, recordaba la ilusión que ella sintió cuando se enteró que estaba embarazada. Andaba riendo sola por la casa, preparó una cena especial y puso en un pequeño cuadro la fotografía de su primera ecografía con una nota que decía “Al mejor Papá, espero que muy pronto tengamos muchas fotos juntos” Esa noche había preparado todo con mucho cuidado, incluso cocinó un pollo a la francesa, unos espárragos y un arroz que sabía bien era una de las cosas favoritas de Jonathan incluso había comprado el pastel de piña que a ambos les gustaba. Cuando Jonathan vio todo eso sobre la mesa incluso con las velas se emocionó mucho y preguntaba preocupado que celebraban, tenía miedo de haber olvidado alguna fecha importante, aunque eso nunca sucedía, él siempre las recordaba incluso cada 19 de julio le regalaba un girasol para celebrar el día que se conocieron. Al final de la cena Amy le entregó un regalo, era una hermosa
Decir que Keith había tomado mal el momento vivido con Amy era poco, la verdad parecía un león enjaulado caminando de un lado para otro, cada vez que planeaba algo salía mal y ya se estaba aburriendo de esa situación no podía ser que llevaba todo ese tiempo pagándole a Liz por sus servicios y Amy seguía como si nada. Por primera vez en su vida una mujer simplemente no cedía y ahora más que cualquier cosa Amy se había convertido en una obsesión para él, tal vez por ser una mujer con el carácter para decirle que quería estar sola la hacía tan diferente a las demás. Debía buscar la manera de hacer que Amy se sintiera comprometida con él y que de una vez por todas ya no quisiera volver a ver a pensar en Jonathan. Tomó su teléfono —César necesito que hablemos —dijo con voz de mando. —¿Cuándo quieres que pase por tu oficina? —Ahora mismo a mi departamento. —Acabo de llegar de Albany, pude incluso conseguir unas fotografías de Jonathan pagándole a una enfermera del lugar ¿De seguro quie
Aunque Amy estuvo más de una vez durante el día tratando de comunicarse con Esteban no lo había conseguido ya que para suerte de él ese día había tenido que salir a visitar un cliente fuera de la ciudad. Tosha trató de calmarla, pero Amy no podía estar tranquila, la habían acusado de un asesinato, su exsuegra le había dado entender que fue la causante de la perdida de sus bebés y algo en su corazón le decía que Jonathan no estaba con otra mujer que había algo más y no podía estar tranquila y mucho menos después de ese sueño. —Me vas a marear con tantas vueltas —le reclamó Jason. —No puedo necesito encontrar a Jonathan. —¿Qué vas a hacer con Keith? —¿Cómo que voy a hacer con Keith? yo no he hecho nada con él… nada de nada y de la única manera que yo pensaría en tener algo con él o con cualquier otro hombre es estando segura de que Jonathan esta bien y que ha rehecho su vida. —Es decir que si alguien te trae pruebas de que él está con otra… —Me dolería y mucho, pero cerraría mi co
Amy se levantó de su silla sin poder controlar las lágrimas y con el sobre de las fotografías en sus manos se acercó a Keith. —Por favor discúlpame por la forma en la que te hablé es que de verdad no imaginé que verlo así me dolería tanto. Keith debía reconocer que no le gustó escuchar esa confesión —Linda no tienes porque discúlpate sabes que estoy aquí —dijo abrazándola y acercándose peligrosamente a sus labios. —No por favor… no podría usarte para olvidarlo —dijo ella tratando de alejarse. —Yo estaré dispuesto a hacer lo que sea necesario para arrancar ese amor de tu corazón. Keith la besó en los labios, pero Amy simplemente no pudo corresponder a ese beso. —Lo siento mucho Keith… tal vez en otro momento… ahora de verdad no puedo —le dijo mientras se apartaba de él. —Te estaré esperando —dijo mientras acariciaba el rostro de ella con mucha ternura algo que ni siquiera él conocía de su personalidad. —Por favor déjame sola… necesito pensar. —Está bien, pero recuerda que sólo
Esa noche Amy llegó a un departamento con una linda vista al mar era pequeño estaba amoblado, no pudo evitar recordar que un día Jonathan le dijo que compraría una linda mansión en ese lugar pero que no le diría a su familia porque ese sería su refugio para los dos. Guardó sus cosas esa noche, tomó esa fotografía la miró una y otra vez, por meses se convenció que había olvidado a Jonathan y ahora estaba hasta peor que cuando se separaron. Sentía que el corazón se le hacía pedazos se daba cuenta de que aún lo amaba y le dolía saber que estaba con otra, nunca se sintió tan culpable de su partida como en ese momento. Por su parte a sólo un par de millas de ahí Jonathan llegaba a la mansión con todo un equipo que lo ayudaría a seguir su tratamiento, el lugar era lo suficientemente grande como para tener todo el personal necesario. Tenía dos enfermeras permanentes, Jeff estaría visitándolo cada tres días, incluso hasta un chef que se encargaría de preparar su alimentación cuidad
Amy se había dado cuenta de que nada cambiaría sus sentimientos por Jonathan, pero si él era feliz con alguien más lo aceptaría, era hora de volver después de todo ese tiempo sentía que debía regresar a la oficina y continuar con su vida. Haría su última caminata por el lugar, de pronto se detiene frente una mansión, debía reconocer que era simplemente hermosa y pensó «estoy segura de que así sería el lugar que Jonathan describiría como perfecto» No pudo evitar una sonrisa casi melancólica era esa mezcla de podríamos estar juntos en un lugar como este y la realidad que significaba el ahora sólo poder verla desde la distancia. Justo está pensando eso cuando ve salir a Jeff desde el interior mientras él se puso pálido al verla. —Hola Jeff ¿Qué haces tú por aquí? —preguntó ella. —Vi… vi… vine a ver un paciente —respondió tartamudeando con los nervios que sintió al verla. —¿Qué te sucede estás bien? —Si, si claro… ¿Cómo estás tú?, ¿qué haces por aquí? —Vine a pa