La mujer meneó la cabeza y frunció los labios haciendo que se marcaran algunas líneas de la edad.—Entremos, esto lo tenemos que discutir con toda la familia.Naia observó a Matthew sin entender qué estaba sucediendo. Incluso observó al niño y a él, en verdad había un parecido, pero no lograba ver cómo esa similitud no sería igual a otro hombre con un tono de ojos similar, más en un país en donde las personas se caracterizaban por su tono de piel pálido y sus ojos claros.Al ingresar, en la sala alrededor de la chimenea había otras personas que posaron de inmediato su mirada sobre ella. Matthew intervino para presentarlos.—Ella es mi madre, ya la conociste, es Virgin Garner —La mujer mayor asintió antes de sentarse al lado de un hombre mayor, de cabello con tonos rojizos, también alto y de aspecto atlético a pesar de su edad—. Él es mi padre Matthew Johnson.El hombre se levantó y extendió su mano para saludarla, expresándole una extensa sonrisa.—Ellos son mis hermanos: Joey y Arón
— ¿Por qué respondiste que vamos a casarnos? Nosotros no hemos hablado sobre eso, además es demasiado pronto —murmuró Naia para que sólo Matthew la escuchara.—Ahora que me he enamorado de ti no pienso alejarme, así que espero que algún día ese sea nuestro plan, por eso dije que será cuando estemos listos —susurró en el oído de Naia haciéndola estremecer tanto por aliento cálido como por la cercanía y palabras que le expresaba frente a su familia.Esto en realidad era por completo nuevo. Aún no podía creer el recibimiento que le habían dado, menos el cariño que le estaban demostrando a su hijo en este momento. Era como si de verdad estuvieran recibiendo a alguien de la familia. Estaba feliz por aquello, pero también estaba preocupada que en cualquier instante esa hermosa imagen se desmoronara. Detestaba ser tan negativa, le dolía pensar de esta forma, pero era algo que no podía evitar. Eso era el resultado de su nefasta experiencia.—Matthew ayúdame en la cocina, estoy preparando la c
De regreso al apartamento, ambos estuvieron en silencio. En el automóvil sólo se escuchaba la voz de Amy Winehouse entonando Close to the Front, mientras Naia procesaba todo lo que acababa de vivir y Muchas preguntas se acumulaban en la mente de Matthew.Luego de cambiar la ropa de Leo y acostarlo en su cuna. Naia salió a la sala, ahí estaba Matthew con una copa de vino como ya era su costumbre y al lado de ésta una copa con agua. Ella no entendía por qué no sólo utilizaba un vaso si se trataba de agua, pero no dijo nada. Sólo se sentó a su lado, en el amplio y cálido mueble que permitía ver parte de la ciudad a través de un gran ventanal. Las luces de la sala eran tenues y las de la ciudad parecían miles de bombillitos que conformaban un hermoso panorama.—Supongo que fue agotador conocer a mi familia.—No, no ceo que esa sea la palabra adecuada —pensó—, tal vez sería correcto decir que fue deslumbrante.— ¿Por qué?—Porque es evidente que son una familia unida, que se quiere y se p
Sin saber qué hacer la sostuvo entre sus brazos.— ¡¿Qué sucede?!Preguntó, pero ella no podía responder, se estaba ahogando. Su rostro enrojeció mientras llevaba las manos a su pecho de forma desesperada.—No puedes respirar —Ella asintió rápido y él tomó el teléfono para llamar de inmediato al 911 de emergencias. Dejó el altavoz encendido mientras pedía por ayuda, y al tiempo en que ella continuaba ahogándose desesperada. Naia se desmayó en sus brazos y él la dejó sobre la alfombra. Recordó aquella clase lejana de RCP cuando estaba en el equipo de natación de la secundaria y pronto empezó a realizar compresiones mientras sus labios se unían con desespero a los de ella para empujar en éstos el oxígeno que le estaba haciendo falta. No supo cuánto tiempo transcurrió, pero si se trató de segundos, lo sintió como si hubiesen sido horas. Cuando vio que el pecho de Naia subía y bajaba respirando con normalidad, terminó la llamada para ahora marcar a Steve.Lo instó a presentarse de inmed
—Señorita Ortega, recuerde que es importante hablar con el psicólogo, él le dará el tratamiento oportuno —dijo la doctora Stevenson.Pero Naia evadió su mirada, sólo se limitó a mirar sus manos unidas, sintiéndose muy tonta por lo que había sucedido. Estaba más preocupada por el mal momento que le había hecho vivir a Matthew, que por lo que la mujer mayor le estaba diciendo en este momento.Al ver que la paciente no respondía, la médica prosiguió:—Usted continúa evadiendo algunas preguntas y es importante hablar, en especial cuando se han experimentado situaciones de violencia y abuso.— ¿Usted le dijo algo sobre mí a Matthew? —preguntó en un hilo de voz.—Como su acompañante y responsable le comenté la situación desde el punto de vista médico. ¿Por qué me hace esa pregunta?, ¿No confía en él?, ¿teme que la lastime?Naia meneó la cabeza ante todas esas preguntas.—Él es bueno, pero... pero...—Entiendo, aún no confía en él.—No es que no confíe, es que me avergüenza mi situación. No
Aquellas palabras quedaron grabadas en la mente y el corazón de Naia, por lo cual si aquel era un sueño, deseaba no despertar. Desde que fue dada de alta en el Hospital hace dos días él no se apartó de su lado, lo cual se sintió agradable, por todas su atenciones y el afecto que le demostraba tanto a ella como a Leo, pero también resultó preocupante por cuanto había dejado de ir a trabajar y notaba que ignoraba las llamadas de Marguerite y del abogado Steve.—Naia, han traído el desayuno —enunció él con una sonrisa al entrar en la habitación, mientras ella aún continuaba en la cama en compañía de su hijo.—Ya te dije que yo puedo levantarme y cocinar. La doctora no me envió ninguna incapacidad. Estoy bien. Bi-en —enfatizó.—Pero yo estoy más tranquilo si tú permaneces en cama.Ella suspiró.—Mateo te lo digo, estoy bien, puedo cocinar, no es necesario que solicites el servicio a un restaurante.Él se acercó a la cama con una sonrisa bobalicona.— ¿Cómo me dijiste?—Que puedo cocinar.
En la oficina de presidencia ingresó una mujer alta, de cabello rubio y ojos color verde, vestía ropa de diseñador y exhibía una actitud poco amigable.—Hola Ashley que alegría volver a verte, suponía que ya habías superado tu mal gusto por Matt —Fue Steve quien la saludó con una sonrisa falsa y palabras precisas.—Largo, necesito a Matthew no a su lacayo —respondió la rubia al escucharlo mientras lo fulminaba con la mirada.Luego paseó sus ojos por la oficina hasta que halló a su objetivo, pero su rostro no pudo evidenciar más sorpresa al ver que tenía a un niño en sus brazos.—Así que de verdad te has vuelto loco —afirmó con el ceño fruncido.—Hola Ashley ¿cómo sabías que estaba aquí?Ella bufó.— ¿No se supone que aquí trabajas?— ¿Qué necesitas?, ahora no tengo tiempo para tus escándalos.Resultaba evidente que Matthew no estaba agradecido de tenerla en su oficina.—Hablé con tu madre, me lo contó todo, ya sé que ese niño no es tuyo y es de una aprovechada ilegal que te ha seducid
El silencio los envolvió por un momento.— ¿Estás diciendo que estás embarazada?— ¡Sí! —respondió emocionada.— ¿Estás segura?Observó su vientre sin ninguna prominencia.—Por supuesto.—Ok, te felicito, pero eso no tiene que ver conmigo, así que lárgate de una vez.—Matt te estoy diciendo que vas a ser papá, por supuesto que tiene que ver contigo.Él movió su cabeza estirando el cuello y escuchando cómo éste crujía por el estrés que aquella le estaba generando. Sin embargo, no se dejó llevar por el enojo.—Ashley Miller, si es verdad que estás en embarazo es imposible que ese bebé sea mío, mejor ve a buscar a su verdadero padre y olvídate de que existo.Ella se acercó para abrazarlo, y aunque él evidenció desagrado, ella no lo soltó.—Matt es tu regalo, para ti y para tus papás. El bebé en mi vientre es un verdadero Garner, ya no es necesario que tengas a tu lado a ese bastadard0.Matthew utilizó su fuerza para soltarse del agarre indeseable. Estableció un límite con sus brazos exte