— ¡Todo limpio! —exclamó Naia al ver cómo relucía la superficie de la cocina.Pero no sólo se trataba de eso, también los pisos, las paredes, los muebles, cualquier rincón del apartamento parecía brillar de lo limpio que estaba. El aroma a canela con manzana inundaba las fosas nasales y la calefacción daba un toque cálido a aquel lugar.—Ughhh...Los balbuceos incoherentes de Leo llamaron su atención, indicándole que había vuelto a despertar luego de su siesta.— ¡Ahí está mi príncipe que está cumpliendo su sexto mes! —Enunció con entusiasmo antes de acercarse a él para cargarlo sacándolo de aquella mecedora eléctrica que a él tanto le gustaba—. Feliz cumple mes a ti, feliz cumple mes a ti, que los sigas cumpliendo hasta el año tres mil— cantó para luego darle muchos besos en cada una de las mejillas que con el paso de los días se habían vuelto más regordetas.»Felicidades mi amor por cumplir seis meses, cada día creces más y más y ya pronto podremos celebrar tu primer añito, te quier
—No sé si esté bien que yo entre —comentó Naia en tono bajo a la joven mujer que tendría un par de años menos que ella.—No se preocupe, realizaron la reunión aquí para que cualquier persona pudiera escuchar.—Eso veo.El lugar estaba abarrotado de hombres.—Llevan varias horas reunidos, no sé a qué hora podría terminar —La observó—, tal vez no pueda hablar en este momento con el presidente, lo siento, si desea la puedo acompañar de regreso a la oficina.Naia lo pensó por un momento, pero luego sus ojos encontraron a quien estaba buscando. Vestía tan elegante como siempre y lucía tan atractivo como lo recordaba, pero su expresión era un tanto sombría y parecía cansado. Su corazón saltó emocionado al verlo, pero también preocupado.—No, me quedaré, además, ya sé qué camino tomar para regresar a la oficina. Gracias.—Muy bien, entonces me retiro.Naia asintió sin mirar a la mujer, puesto que después de encontrarlo sus ojos no se apartaron de él. Estaba sobre una tarima improvisada, sent
—Shhh, todo está bien— le susurró en el oído.La cargó ante la mirada de aquellos que no se habían inmiscuido en la pelea ni en la discusión. Se alejó hasta llevarla a la enfermería, el lugar más cercano y a esta hora solitario. La sentó sobre una camilla mientras ella parecía no querer alejarse y mucho menos terminar con el abrazo, obligándolo a estar en una incómoda posición, aunque no se quejaría, porque incluso estaba aprovechando para inhalar su aroma. —No sabía que estabas aquí —comentó intentando iniciar alguna conversación para que sus pensamientos no lo llevaran a hacer algo que no debía—. Yo... yo he estado con mucho papeleo y...No entendía por qué había aparecido en la fábrica, pero no sólo estaba sorprendido por su presencia, sino por su apariencia, la cual denotaba un mejor semblante y resaltaba demasiado, pero en especial, estaba un poco asombrado por el hecho de que ella lo hubiera defendido hasta hace poco. Fue increíble la manera en cómo le gritó a George e incluso
Si hubiese estado de pie, estaba segura que las rodillas hubieran cedido hasta caer, para su fortuna estaba sobre esa camilla de enfermería y apretada en esos brazos que ahora alrededor de su cuerpo los sentía fuertes y protectores. No sólo sus labios conectaron, sino también sus lenguas. Aquel beso que inició un tanto rápido e inocente se estaba convirtiendo en uno caluroso y apasionado. Como si ambos estuviesen sedientos luego de varios días sin agua y por fin pudieran aliviar un poco sus gargantas.Un carraspeo les obligó a detenerse, dándose cuenta de lo agitado de sus respiraciones.—Tan inoportuno como siempre —refunfuñó Matthew al observar de quién se trataba.—Lamento interrumpirlos, pero la discusión inició una pelea y ahora hay algunos empleados heridos, nada de gravedad, pero necesitan utilizar la enfermería —avisó Steve encogiéndose de hombros— Además, no es justo que digas eso sobre mí, he estado aguardando en la puerta a que ustedes terminaran, pero viendo la situación s
— ¿Estar con Leo?No me molesta que los demás piensen que tu hijo es mío, porque si tú lo aceptas estoy dispuesto a ser su verdadero padre.— ¿Qué estás diciendo? No entiendo... —sonrío nerviosa.—Lo he estado pensando todos estos días, así que no es algo precipitado, aunque entiendo que pueda parecer así, pero de verdad quiero que ambos estén a mi lado. Por eso si tú estás de acuerdo incluso podría adoptarlo.— ¿Adoptarlo?—Puedo registrarlo como mi hijo.— ¡¿Qué?!—Por favor no vuelvas a impresionarte como aquel día cuando te confesé lo que siento por ti.Los ojos de Naia se aguaron, mientras miles de palabras querían escapar de sus labios, pero al mismo tiempo ninguna lograba salir. Un par de lágrimas se deslizaron, pero ella logró atraparlas antes de resbalar por completo por el rostro.Matthew estiró su mano para tocar las de ella y llevarlas hasta su regazo.—Es una propuesta, pero estaré de acuerdo con lo que decidas.—Es que no lo entiendo, tú no me conoces, no sabes nada sobr
Al final del día regresaron al apartamento, con varios paquetes y con un bebé agotado de estar por fuera de casa. Fue Matthew el que se ofreció a darle un baño con agua caliente y a vestirlo para acostarlo en su cuna. Fue él quien luego ofreció una copa de vino con agua a Naia mientras él se servía una copa de vino tinto y fue él quien no esperó a que ella bebiera el primer sorbo antes de iniciar un beso frente a la chimenea.El beso se intensificó, así como el calor, pero en esta ocasión no se trataba de la calefacción o de la chimenea eléctrica, tampoco del licor sin probar o de la manta que los arropaba sobre la alfombra. En esta ocasión el calor emanaba de ambos cuerpos, con la intensión de fundirse como uno solo. Sin embargo, Naia no estaba preparada y posó su mano sobre el firme pecho masculino para detenerlo.—Es muy pronto —enunció con voz tímida pensando que tal vez podría enfadarse y la obligaría a estar con él.— ¿Para qué es muy pronto? —indagó en un susurro.—No estoy lis
Ya había transcurrido una semana de convivencia. Los tres en el apartamento era como si en realidad fuesen una familia, pero además de los besos y algunas caricias, nada más había sucedido entre los dos. Naia aún no se sentía preparada y Matthew no deseaba forzarla. Había algo en ella que no lograba entender en relación con su comportamiento y con esa renuencia a tener un contacto físico más profundo. No obstante, él aceptaba y aguardaba por el momento en que pudiera derribar esas barreras invisibles que ella había construido a su alrededor.—Buenos días —saludó Naia recién bañada y vestida al igual que su pequeño Leo.—Buenos días —contestó él también ya vestido para ir a trabajar.— ¿Hoy llegarás tarde?Él pensó intentando recordar su agenda sin mucho éxito.—No lo creo, ¿quieres que salgamos a algún lugar?—No, es sólo que me gustaría que viéramos una película.—Esa es una excelente idea, podríamos ir al cine, hace mucho que no lo hago.—No me refería a salir, además no creo que de
La mujer meneó la cabeza y frunció los labios haciendo que se marcaran algunas líneas de la edad.—Entremos, esto lo tenemos que discutir con toda la familia.Naia observó a Matthew sin entender qué estaba sucediendo. Incluso observó al niño y a él, en verdad había un parecido, pero no lograba ver cómo esa similitud no sería igual a otro hombre con un tono de ojos similar, más en un país en donde las personas se caracterizaban por su tono de piel pálido y sus ojos claros.Al ingresar, en la sala alrededor de la chimenea había otras personas que posaron de inmediato su mirada sobre ella. Matthew intervino para presentarlos.—Ella es mi madre, ya la conociste, es Virgin Garner —La mujer mayor asintió antes de sentarse al lado de un hombre mayor, de cabello con tonos rojizos, también alto y de aspecto atlético a pesar de su edad—. Él es mi padre Matthew Johnson.El hombre se levantó y extendió su mano para saludarla, expresándole una extensa sonrisa.—Ellos son mis hermanos: Joey y Arón