CAPÍTULO 28

Mordía mis uñas de los nervios y la preocupación ahora por Dalila.

¿Por qué mierda se iría de la clase?, ¿a dónde habría ido?, ¿debería de llamar a Liam?

Esa mujer tenía algo raro desde que llegó de Rusia.

Saqué el teléfono para marcarle a mi hermano cuando Dalila entró por la cafetería muy…feliz.

— ¿En dónde estabas? —curioseé en cuanto llegó a nuestra mesa. Siempre nos sentábamos en ella—. Te perdiste por quince minutos. ¿Acaso pondrás una bomba? Alashalm

Rio y solo negó.

Estaba rara.

— ¿De dónde sacas tantas cosas?

—No lo sé —ladeé un poco mi cabeza y achiqué mis ojos mirándola, algo pasaba—. Te noto distinta, ¿Qué será

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