Volvía de casa de Romina, una de sus amigas, con la alegría de haber conversado con alguien su anhelo de conocer a los hombres Norusakistanes, no dejaría de insistirle a su padre, terminaría cediendo, como siempre. Era incapaz de negarle algo a su adorada hija.
-Hasta que la señorita de la casa se digna en llegar- la ronca voz la sorprendió en cuanto cruzó el umbral de la puerta principal. Se giró y lo miró enarcando una ceja.-A ver Didier, cuándo dejarás de espiarme- le preguntó con su altanero tono.-No la espío, y nunca lo he hecho.- se defendió.-A mi me parece justamente todo lo contrario, no puedo moverme a ningún lado, llegar o decir nada, sin que tú tengas algo que agregar.-Te das demasiada importancia, Haleine- le dijo con burla.-Te creería, lo juró- sonrió- pero tus actitudes demuestran otras cosas. ¿Sigues sin poder superarme?- le preguntó burlona.-No digas tonterías- sonrió traviesamente.-¿Lo son?- enarcó una ceja.-¿Y tú?- le devolvió la pregunta, acercándose a ella-¿Lograste superarme?-Nunca significaste tanto.-¿Seguro?- la estrechó de la cintura y sostuvo la parte trasera de su cabeza con fuerza, obligándola a mirarlo- No decías lo mismo cuando te retorcías de placer entre mis brazos- le habló tan cerca de su rostro, que su cálido aliento le acarició la cara. La respiración de Haleine, se agitó violentamente- cuando ansiabas una hora más, una caricia más, un... beso más... - le acarició los labios con suavidad.-Suéltame,Didier...- intentó sonar firme. él sonrió con malicia y reclamó aquella grosera boca en un ardiente beso, la estrechó con más fuerza, uniendo sus cuerpos. Su boca la instaba con tanta pasión que a los pocos segundos ya estaba obteniendo una anhelante respuesta. Las femeninas manos dejaron caer el bolso para aferrarse a aquel cuello. Su boca le respondió con anhelo y suaves gemidos comenzaron a escapar de ella. Sus manos descendieron hasta entrar por la chaqueta masculina y buscar desesperadamente tirar de la camisa para encontrar algo de piel. De pronto el beso se detuvo, Haleine abrió los ojos desconcertada cuando aquella boca abandonó la suya. Se encontró con aquellos hermosos ojos llenos de burla.-Si me metiera a tu cama, o te llevara a la mía, como tantas veces lo he hecho...serías incapaz de negarte- sonrió burlonamente.-Eres un desgraciado- le dijo enojada y luchó por librarse de sus brazos. -Deberías intentar superarme Haleine LeBlanc- le dijo a la vez que la soltaba bruscamente y se reía con fuerza, para luego girarse y avanzar hacia la salida, dejándola rabiando.-¡Eres un maldito infeliz!- le gritó furiosa mientras él cerraba la puerta principal y la ronca risa masculina le taladraba los oídos.Vanessa, se permitió divagar por los pasillos de Palacio, mientras su mente estaba enfocada en aquellos oscuros ojos. Debía hacer algo para olvidarlo, jamás podría tener algo con su primo y obviamente se estaba haciendo daño... quizás más del que pudiera soportar. -Pareces muy pensativa- se giró al escucharlo.-Nael- lo miró con ojos enormes, pensando que quizás él se hubiese materializado de tanto pensarlo.- Yo... si, pensaba un poco.-¿Y puedo acompañarte en tu recorrido?- le preguntó con una dulce sonrisa.-No voy a ninguna parte en especifico. Solo caminaba.-Entonces, acompáñame - la miró fijamente y ella creyó que se desmayaría. quiso decirle, pero solo sonrió.-Por supuesto.Caminaron en silencio, uno junto al otro. El corazón de Vanessa, latía con mucha rapidez, se supone que quería olvidarlo, necesitaba hacerlo y él solo se aparecía y le pedía compañía y ella ya esta por desmayarse. Llegaron a la hermosa terraza que daba al desierto, siempre había sabido que era su lugar favorito.-Venir aquí, me da paz... me tranquiliza.-¿Hay algo que te preocupe?-le preguntó angustiada.-No directamente... todo marcha muy bien con Francia, es muy importante afianzar relaciones con ellos.-Norusakistan ha crecido mucho- le dijo con una dulce sonrisa, mientras miraba fijamente al desierto.-Sí, mi padre y mi madre han hecho un trabajo esplendido.-Entonces, ¿qué es lo que te preocupa?-Ser el Príncipe heredero... ser el futuro Soberano.- reconoció con un largo suspiro y Vanessa, se giró a mirarlo. su vista estaba perdida en la lejanía del desierto, por un momento su semblante se veía lleno de preocupación.-Lo harás bien Nael, no debes preocuparte.-Todos dicen lo mismo, sin embargo solo yo puedo sentir el peso de esta enorme responsabilidad que en ocasiones es como si me ahogara.-Siempre tendrás a tus padres para apoyarte- le dijo intentando animarlo.-Pero la responsabilidad de las decisiones serán mías... lo que yo elija y decida puede ayudar o acabar Norusakistan, es demasiada carga.-Has crecido preparándote para ese momento, serás un perfecto Rey, no tienes que dudarlo. -Vanessa...- se giró para mirarla- ¿Guardarías en secreto las palabras de un Príncipe angustiado?- le preguntó mirándola con esos hermosos ojos llenos de turbación.-Por supuesto- lo tomó de ambas manos- puedes confiar en mí, Nael. Nunca te fallaría. -Desearía haber tenido otra vida- suspiró- una, donde no dependieran de mi tantas vidas, una donde pudiera dedicarme a hacer lo que quiero, una donde no tuviese que cuidar todo lo que hago y digo... Es muy duro.-Puedes renunciar a trono- le dijo con lentitud.-¿Y quién se haría cargo?... No hay otro varón que asuma el reinado, no tengo un hermano, mi tío solo tiene dos hijas. -Es absurdo que las leyes no le permitan a Isabdiella, heredar y gobernar.-Son las leyes- se encogió de hombros.-Isabdiella es igual de capaz que tú, de hacerse cargo...es una Princesa comprometida, trabaja en pro de su pueblo, es bondadosa, tiene carácter.-Lo sé- sonrió triste- sería una excelente Reina. No me hagas caso- dijo después de unos minutos- es solo que estos días han sido agotadores, pero sé que puedo hacerlo bien.-Yo también lo sé, nunca lo he dudado- lo miró con toda la adoración que guardaba en su alma solo para él. Los minutos pasaron en silencio, mientras ambas miradas se conectaban.-Y...-inició Nael- ¿Cómo van las cosas en Inglaterra?-Muy bien- respondió ella apartando nuevamente la mirada y concentrándose en el desierto- Todo marcha estupendamente... me fue muy bien este semestre. -Eso lo puedo suponer- sonrió y se giró para observarla, su perfil ingles denotaba porte, elegancia, refinamiento casi natural, hermosura...- eres muy inteligente, sin duda serás una excelente diseñadora. -Eso espero- dijo con una sonrisa- mi madre dice que debí estudiar otra cosa.-¿Y tu padre? demandó saber.-Me apoya- respondió con una sonrisa.-Eres su adoración, ¿cómo podría menos que apoyarte? -Es cierto- reconoció.-¿Algún....- carraspeó- novio?- parecía nervioso.-No- respondió de inmediato.-Pero te agrada alguien seguramente- dijo mirando un punto lejano en el desierto. Vanessa, lo miró y suspiró. ¿Su madre tendría razón?, ¿sería bueno hablarle de sus sentimientos?-Sí- admitió y Nael, se giró para verla a los ojos, parecía triste- me agrada alguien, pero... es algo que nunca podrá ser. -¿Porqué no?- quiso saber con voz triste. Vanessa, tenía a alguien... alguien que no era él. -Por que él jamás podría estar con alguien como yo- se hizo un nudo en su garganta.-¿Qué dices?- la miró con ojos enormes- eres una chica excelente Vanessa- se acercó a ella. Vanessa, bajó la mirada temiendo que pudiese ver sus sentimientos. - vales muchísimo; eres hermosa, inteligente, radiante. Nunca te pongas en menos, nunca lo hagas.-Pero, es que somos tan diferentes él y yo- Nael, la tomó del mentón y la obligó a mirarlo.-Ser diferentes no es malo, no tiene porqué ser un problemas, las diferencias en vez de separarlos, pueden unirlos. No tienen que ser iguales, solo deben complementarse- la miró a los ojos, esos hermosos ojos estaban humedecidos por las lágrimas que ella se negaba a dejar caer.-¿Crees que él podría amarme, siendo yo solo una simple inglesa?- le preguntó con voz estrangulada.-Eres la más hermosa de todas las inglesas que conozco, sin duda alguna él se volvería loco por ti- le acarició la mejilla.-Solo espero que tengas razón, porque voy a jugarme el corazón- le dijo.-No perderías, hermosa. Él sería un tonto si no te amara.-Entonces confío en tu inteligencia- le respondió a la vez que se ponía de puntillas y se aferraba a su cuello, segundos antes de unir sus labios.Nael, se quedó inmóvil un momento ante aquella sorpresa, Vanessa lo estaba besando.
Su cuerpo se relajó de inmediato, y una maravillosa sensación lo envolvió antes de tomarla de la cintura y acercarla más a él y disfrutar del increíble sabor de su boca. La besó.... la besó y fue mágico, se permitió explorar aquella boca que tantas noches le había arrancado el sueño, esa boca con la que había fantaseado tantas veces, esa boca que en aquel preciso momento, era toda suya.
-Si van a besarse de esa manera, deberían buscar un lugar más privado- aquella voz, acabó con la magia.Vanessa, sintió de inmediato como el calor abandonaba su cuerpo... Los habían descubierto.¡Rayos!Cortó el beso y se alejó rápidamente. Se giró hacia aquel intruso y un fuerte rubor le cubrió el rostro.Nael, maldijo internamente, no podía crees que aquello estuviese ocurriendo. ¿se podía ser tan inoportuno en la vida?Aquellos ojos les miraban llenos de burla.-Eso sí que fue un beso, Por Alá, digo... no sabía que ustedes, par de pilluelos se traían un romance y...-Es suficiente, tío- dijo Nael, avergonzado- no quiero bromas al respecto.-¡Yo no estoy bromeando!- dijo en medio de una carcajada- lo que digo es cierto, si ustedes, queridos jovencitos van a andar dándose esos besos apasionados- sonrió burlonamente- deberían buscar otro sitio, digo cualquiera podría verlos.-Pues este sitio me parece perfecto- dijo Nael, mirándole directamente a los ojos.-Sí, pero
Para Vanessa, los minutos que continuaron se hicieron eternos, esperar a que Nael, apareciera en cualquier momento era agonizante y por si fuese poco con aquello, también tenía que soportar las extrañas miradas que la familia le dedicaba, miradas llenas de interrogación, de perspicacia de parte de Zahiry, de apoyo de parte de Isabdiella y de burla, de parte del tío Zahir. Sentía que explotaría de un momento a otro.-¿Puedo sentarme junto a ti, cariño?- la dulce voz de la Reina, reclamó su atención.-Por supuesto, tía- le sonrió con dulzura. Isabella, tomó asiento a su lado. Observó como la familia conversaba entre ellos.-Pareces nerviosa...-No, yo...-¿Es por la conversación con mi hijo?- demandó saber.-No... supongo que querrá conversar... no sé tía, no sé de qué quiere hablar si eso es lo que me vas a preguntar- mantuvo la vista e
El corazón de Vanessa, luchaba por tranquilizarse y que ella solo quería evitar darse media vuelta y correr fuera de la habitación.-Es evidente que no me esperabas.-La verdad es que no... lo siento tía, me ha asustado.-No tienes porqué asustarte, tesoro- le sonrió y golpeó suavemente un lugar en la cama junto a ella, en una clara señal que deseaba su compañía- ven acá, hemos dejado una conversación a medias y es evidente que deseo culminarla.-Pero...-No tienes nada que temer- le sonrió- ven, siéntate junto a mi.Vanessa, dejó escapar un poco de aire de sus pulmones y caminó hasta sentarse junto a su tía. Aunque era obvio que era un Reina buena y bondadosa, ella se sentía intimidada, era la madre de Nael, suponía que ese sería el centro de la conversación y aquello estaba
Haleine, despertó muy temprano, para ella fue casi imposible dormir, no dejaba de pensar en la tontería que había cometido. Había ido al cuarto de Didier, con el firme deseo de hacerlo arder en pasión, para luego realizar una elegante retirada pero, el muy imbécil la conocía muy bien y ella había terminado como cazador, cazado. Eso la llenaba de una profunda frustración y más allá de estar furiosa con Didier, lo estaba con ella misma, porque él era una debilidad y odiaba que así fuese, aunque aquello no fuese nada nuevo. Siempre había tenido debilidad por Didier, se había encaprichado por tenerlo y él se había vuelto cada vez más distante, convirtiéndose en un verdadero reto para ella, hasta que poco a poco fue cediendo, cuando lo tuvo en su cama, el capricho se convirtió
-¡Serás tonta Zashirah! - le recriminó su prima- ¿Cómo se te ocurre interponerte en los planes de Jamal?-Yo... yo... solo quería dar un paseo con ellos- tartamudeó nerviosa, estaba roja como un tomate, las mejillas encendidas por una vergüenza que no terminaba de comprender.-Jamal, solo quería pasear con ella. Con su amada. -Dijo con los ojos llenos de anhelos.-¿Su... su amada?- los dulces ojos de Zashirah, casi se salen de su órbita. -¿Cómo que su amada?, ¿ Ya están juntos?-No todavía -sonrió con picardia- pero confiemos en Alá, de que así sea muy pronto. -Nunca ha sido un secreto que Vane, lo adora pero... ¿Le corresponde?-¿Cómo podría no hacerlo?, hasta tu duda ofende- le dijo seriamente. -¡Estoy tan feliz porque ambos se aman, Zashirah!-Yo también - sonrió con timidez- que Alá, bendiga nuestra dicha.-Que así sea- coincidió Isabdiella.
Llegaron a Palacio bien caída la tarde, afortunadamente nadie de la familia había notado la llegada de ambos y Vanessa, lo agradeció internamente, sus emociones estaban a flor de piel y aún no se había calmado lo suficiente como para afrontar a la familia.Se despidieron prometiendo verse en la cena y ambos se retiraron a sus respectivas habitaciones. Vanessa, se dejó caer en la amplia cama, con un largo suspiro, estaba inmensamente feliz, como no llegó a imaginarse estarlo y todo era gracias a él, al amor que le tenía. Se llevó la mano al cuello, acariciando la exquisita joya que Nael le había regalado, jamás la quitaría de su cuello, jamás se alejaría de él, deslizó los dedos sintiendo su textura, jamás se quitaría La flor del desierto, aquella pieza estaría por siempre en su cuello.Nael, llegó a su habitación con una enorme sonrisa en el rostro. Nada más entrar se sorprendió al ver que sus aposentos no estaban vacíos como él esperaba.<
-Es un placer para nosotros estar aquí, Majestad- dijo Antoine- le agradecemos la bienvenida. Mi esposa; Odette Charpentier de LeBlanc.-Gracias por recibirnos, Excelencia.-Es un placer para nosotros- respondió Zabdiel.-Y ella- la tomó de la mano- es mi hija, Haleine LeBlanc Charpentier.-Que gusto poder ser recibidos en Palacio. Norusakistan es sin duda una tierra hermosa- dijo mirando a Nael- tiene un gran encanto.-Es un placer que se sientan a gusto en nuestro país- intervino Nael, correspondiendo a su mirada. Era una mujer hermosa y muy consciente de su atractivo femenino.-Estos caballeros son Thierry y Didier, son mis hombres de confianza.-Bienvenidos- respondió Zahir amablemente a lo que los dos hombres hicieron un leve gesto con la cabeza.-Lamento la demora- Isabella, apareció con una enorme sonrisa- bienvenidos a Palacio, que Alá bendiga su estadía en nue
Isabdiella, Zahiry y Zashirah, entraron como una tormenta de arena a la habitación de Vanessa, la encontraron sentada en la amplia cama con la mirada perdida por el enorme ventanal que daba al desierto.-No me malinterpreten pero, no quiero hablar.-Cariño...- la dulce voz de Zashirah, casi logra hacerla quebrarse.-No entiendo como te has quedado como si nada, mientras la zorresa se ha pasado toda la noche coqueteandole- exclamó Zahiry.-No tiene sentido hacer ningún espectáculo. Jamal, la quiere a ella- Vanessa, se giro hacia Isabdiella.-Pero ella es muy bonita- exclamó a penas audible.-¿Y que? Tú eres más bonita- dijo Zashirah tomándola de las manos.-Pero ella podría gustarle, es todo lo osada que yo no soy. -gimió Vanessa al borde de las lágrimas.