—¿La conoce? —es lo que le pregunta Randall.—Lo hago —responde John—. Trabaja para mí. En consecuencia deduzco que el problema ha sido por un inconveniente de la empresa.—Prefiero no entrar en detalles. Al menos no cuando no esté ella presente —Randall cerciora sus palabras con rapidez y se voltea a ver a su hermana—. ¿Tienes algún problema en que te lleve yo? Katherine se ha mantenido tranquila en su sitio pero no por dentro está igual. La forma en la que John defiende a esa mujer ante lo ocurrido no sólo la enoja, sino que siente hasta decepción que sea de esta forma. Sus ojos se quedan fijos en él, tan fuertes y dubitativos. Da un paso atrás.—Vámonos, Randall. No quiero estar más aquí.Katherine da la vuelta de una vez por todas, y no quiere recibir u oír otra palabra que provenga de John. Randall divisa esta reacción con un gesto serio y le dirige una mirada a quien es su cuñado.—Puedes usar mis llaves y llevar a Kate a dónde desee…—No te preocupes —rápidamente dice Randal
Katherine lo aleja con fuerza y pasa por su lado. John se desata su corbata y con la otra mano la vuelve atajar hacia su pecho. —No me des la espalda. —¡Ah, claro! ¿Pero tú si me la puedes dar? —rezonga Katherine zafandose de aquel agarre—. ¿No hablabas tú que amigos? ¿Compañeros? Trata Katherine de rodear su cuerpo antes de que vuelva John en atraerla delante de su entrecortada respiración causada por el enojo inato de estas cualidades. —Eso mismo te digo yo a ti —le devuelve John de cierta manera también lleno de una gran y falsa complaciencia—. ¿Qué es aquella manera de comportarse? ¿En qué estás pensando? ¿No te das cuentas que llamas la atención de todo el mundo…? —Esa mujer se atrevió a tocar a mi hermano. ¡Mi hermano, John! Y si para ti el concepto de hermano es muy erróneo al mío, pues, ¡No me hables de eso entonces! —No puedes hacer eso otra vez. Llamarás la atención de todo el mundo… —¡No me digas más nada, John! ¡Nada! No quiero oírte. Realmente no sé porqué estás a
—¿Harry? Es lo primero que sale de John en cuanto abre la puerta.—¡Hermano! Llamaba a tu celular pero no contestabas, no tuve de otra que subir a buscarte.John todavía sostiene la fogosidad de este encuentro y se rasca atrás del cuello. Tiene un aspecto desordenado y su camisa se consigue fuera de donde debería. Tiene que fruncir el ceño, sin embargo, cuando quiere saber de su interrupción.—¿Qué es lo que ocurre?—Mamá nos llama. A todos. Nos quiere ver abajo en el salón —deja saber Harry apenas notando de lo que le sucede a su hermano—. No tardes en bajar porque parece ser que bastante serio.—¿Ahora mismo? ¿Qué sucede?—Sí, ahora mismo —Harry palmea su hombro—. Andando. Y no me preguntes que yo no sé nada, y mamá sólo nos quiere ver a todos. Realmente no sé que es lo que nos tratará decir.—Un momento —lo detiene John. No duda en acordarse de algo, bastante importante—. Dame un momento, avisaré a…—Oh, sí claro. Tomate el tiempo —casi Harry se echa a reír y señala hacia adentro—
El escalofrío cala el entero cuerpo de Katherine después de oír esto. Es inevitable no ponerse a pensar en lo que le deparará el destino a esta familia si todo lo que dice Julia es cierto. Pero, sin tener pruebas contundentes, ¿Cómo podrían siquiera pensar acusar a esta mujer?—¿Kate? ¿Sigues ahí? Julia parece algo temerosa, así que sale de su trance de una vez por todas.—Sí, sí aquí estoy —cuando puede verse en el espejo se limpia el maquillaje escurrido por el recién encuentro que la hace sonrojar cuando rápidamente llega a su mente lo que había sucedido sólo minutos antes—. ¿En dónde estás? Estoy en el resort.—Lamentablemente estoy en el norte. Decidí hacer algunas cosas. Pero mañana podrías venir…—No, no. Puedo ir ahora mismo a dónde estás, no hay problema.—¡Qué dices! ¿Hablas en serio? ¿Pasó algo malo, Katherine?—Por supuesto —tiene Katherine que da sentencia verdadera a su palabra porque sus pensamientos sobre una posible malversación de fondos, algo tan peligroso, ocurre
Por poco parece delatarse con Julia al decir esto. ¿Cómo puede decir una cosa como ésta? ¿No sabe lo que siente por su esposo para los ojos de todo el mundo? Ah, ni siquiera lo pensó, ni siquiera midió las palabras. Busca el agua de la copa en aquel sentido y hace que se le despierten cada músculo del cuerpo. —¿Problemas matrimoniales? —se atreve a preguntarle Julia. No está tan lejos de la realidad. Así que Katherine se abstiene de responder para facilitar un poco lo que dirá. —A veces los amamos, a veces los odiamos. Pero sentimos algo por ellos de la misma forma —Julia apacigua el momento con estas palabras y llega el punto reflexivo en donde, con mayor claridad, tiene Katherine que iluminar sus sentidos. —Es difícil pensar o tratar de no pensar que esto puede acabarse algún día. Esta vida es…impredecible —sale Katherine con ese tono de voz lleno de desasosiego—. Lo lamento tanto, no quise mencionar esto. —Descuida, descuida —repite Julia de una manera capaz de hacerle sabe
—Oh sí, todo estará, no te preocupes por eso —se sonríe Katherine en su sitio de manera que da una radiante sonrisa—. No me atrevería a ir a donde mi mamá. Sabrá de una vez por todas lo que me sucede y realmente…no quiero hablar de casi nada.—Lo entiendo —Julia da un asentimiento noble—. A veces queremos sólo tenernos a nosotros mismos y los pensamientos.Katherine está maravillada que Julia pueda entenderlo, y sin preguntas, o alguna otra respuesta. Sólo asentimiento y buena y dichosa vida.—Entonces…¿Me dijiste que no querías sólo agua?Se sonríe Katherine por sus palabras claves y alza su copa con cuidado.—Olvidémonos de todo esta noche. Disfrutemos, señora O'Connell. —¡Hagámoslo! —expresa Katherine.Al primer trago que da se le arruga el rostro y tiene que echarse para atrás mientras Julia estalla en risas por estas acciones. No hace más que también dedicarle una espléndida sonrisa cuando la nota y vuelve a dar otro sorbo, ya acostumbrada.—Así que, creciste en Las Vegas —comie
No sabe Katherine en qué pensar cuando observa la aclamada ciudad de Las Vegas en aquella madrugada. Se supone que estas cosas, de enamorarse de la noche a la mañana suceden, pero dan hincapié a lo que una mujer como ella, tan distinta a las mujeres que cree ella frecuenta John, le hacen sentir. Da un suspiro. ¿Cómo actuará cuando lo vuelva a ver? Sólo serán horas para eso. Para nadie es extraño lo que ocurre entre ellos dos. Pues, son marido y mujer. Sin embargo, que distinto se observa cuando no es más que una farsa. ¡Un contrato nada más! La semana acabará y tendrán que partir hacia la realidad de este enigmático encuentro. Por la única razón con la que ha decidido seguir con esta mentira. Se abraza Katherine aún más con sus propios brazos. La vueltas que da la vida la afecta. Su vida ha cambiado por completo, sin saber, sin siquiera acometer lo que pasa. Debe ocuparse en algo, es lo que piensa. No puede quedarse de brazos cruzados, sin hacer nada. John le ofreció un
Las palabras de Katherine confunden más a Randall de lo que esperó. Así que de inmediato le dice a su hermano que tome asiento. —¿De qué estás hablando? —Primero, escúchame, Randall. Lo que te diré es muy importante, y bastante serio —Katherine se toma el tiempo de tomar aire. El necesario para continuar—. Creo que alguien está haciendo negocios sucios y utiliza la joyería para ocultarlo. Randall alza una ceja de inmediato. Está convencido de que lo que dice su hermana es una locura y se echa a reír con tremendas ansias. Al ver la seriedad de su melliza, tose y niega. —Eso es imposible. ¿Cómo podría ocurrir algo así con tantos ojos al lado? —Eso es lo de menos. Porque lo que sí sé, es que no nos quedará ni la mitad de nuestra conversación para saberlo. —¿Pero por qué crees que esto sucede? Kate, es una acusación demasiado grave. —Cualquiera es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Pero te ahorraré los detalles. Iré al grano. Randall toma un suspiro. Conoce es