Capítulo 3

—Un poco de ambos, el lugar es maravilloso, tienen muy buen gusto, la decoración está genial, y la gente es muy amable—afirmé—. ¿Tú estás ocupado, me preguntaba si podríamos hablar un poco.

—Para ti nunca estaré ocupado, solo deja que termine este formulario y voy contigo, ¿quieres hacer algo? —preguntó Scorpion.

—Podríamos ir a un lugar más Privado, si es posible, pero que no sea en este lugar, si te dejan salir, por supuesto, es decir, si estás trabajando no quiero interrumpirte, o que llegues a tener problemas.—expliqué.

—Te invitaría a mi casa, pero no quiero que te sientas incómoda, hay personas ahí en este momento y presiento que te incomodaría que te presente como la mujer que robo mi corazón en menos de un mes.—espetó Scorpion.

—Claro, debes vivir con tus padres aún, tienes razón, no es buena idea, no estaría cómoda y menos si dices ese tipo de cosas delante de otras personas. —dije apenada.

—¿Qué has dicho? —preguntó. —no logré escuchar, disculpa, es que el ruido es fuerte y tu voz es tan suave, he terminado aquí. —concluyo.

—Nada, que podemos ir a un hotel o aquí si no hay de otra.—dije ruborizada.

—¡Vaya!, no me lo esperaba, ¿me estás pidiendo que tengamos sexo o porque quieres ir a un hotel? —Preguntó sonriente —como tú desees cariño. Espera conozco un lugar que te va a encantar. —¿Has traído tu auto o prefieres que nos vayamos en taxi?

—A un hotel no se va solo por sexo. —gruñí molesta.

«Como decirle que me sentía un poco incómoda en lugares públicos con él, sobre todo porque demostraba su interés en mí».

—He traído el auto, pero lo dejaré para que mis amigas puedan regresar.—afirmé —me despedí de mis amigas, nos subimos al taxi y fuimos al lugar que propuso, no podía dejar de sentirme incómoda, más cuando al llegar este me pide prestado dinero para pagar el taxi, trague grueso mientras pensaba que también tendría que pagar el lugar.

«¿En qué me he metido? — me pregunté. —no pretendo ser sugar mami de este tipo, estaba a punto de arrepentirme, pero quería hablar y no digamos mentiras, quería que me hiciera el amor de nuevo, este motivo me impidió quedarme en el taxi y seguir mi camino».

Salimos del taxi y me pide que espere, minutos más tarde regresa con las llaves de la habitación.

Me molestó un poco y decidí preguntar.

—Me habías dicho que no tenías dinero porque habías olvidado tu cartera, ¿cómo es que has pagado la habitación y este lugar que se ve costoso? —musité notoriamente.

—Es cierto, olvidé mi cartera, pero conozco al dueño del lugar. Ven muero por besarte, me encanta que hayas venido aunque sea solo hablar según tú. —dijo sarcástico.

—Pensé que no volvería a verte más y era triste pensarlo, porque me has flechado, me encantas mujer bonita.—argumentó Scorpion.

—¿Entiendo, aquí es a donde traes a las demás clientas, verdad? —pregunté celosa.

«Qué estupidez estás diciendo, por qué té comportas como una adolescente celosa, pensaba para mis adentros, y la verdad es que me sentía celosa y molesta de imaginar que eso fuese cierto».

—¡No!—exclamo —¿cómo crees? —no he traído a nadie más que a ti a este lugar. —¿te da celos imaginar que sea así?—preguntó

—Para que no tengas dudas no estoy saliendo con nadie, estoy completamente soltero hasta que aceptes ser mi novia —inquirió. —ven, déjame besar esos hermosos labios rojos, no te resistas, tendremos mucho tiempo para hablar, mujer, tú pareces la ninfa de mis sueños.

Intenté contradecir lo que había dicho, pero me halo hacía él y comenzó a besar mi cuello, a desnudar mi cuerpo y alma, me encantaba la manera en que me hacía sentir, como me miraba, queriendo devorarme solo con sus hermosos ojos grises, mi corazón se aceleraba al tener ese cuerpo del deseo desnudo frente a mí.

Me lleva a la cama y una vez que me tumba en ella empieza a besar mi cuerpo lentamente hasta bajar a mis partes, me estaba volviendo loca...

Él siguió dándome placer, se subió e introdujo su miembro en mi vagina, la cual estaba muy mojada, me miró y empezó a decirme lo mucho que le guste, acarició mis labios y me besó.

—¡DIOS!, mujer eres muy bella. —eres lo que había estado esperando todo este tiempo, permíteme conquistar tu corazón Mariam, déjame demostrarte que puedo hacerte feliz, me encantas, eres tan perfecta. —espeto Scorpion.

Habíamos terminado y me recosté en su pecho, tenía tanta vergüenza, me sentía estúpida, era una mujer de 32 años metida en la cama de un hotel con un adolescente que podría ser mi hermano.

Intenté sentirme mal y culpable, pero lo que me decía era tan dulce que me hacía olvidar lo razonable, y es que nunca nadie me había tratado de ese modo, me hacía sentir amada, deseada.

—Tengo que irme, es tarde y debo ir a trabajar mañana. —expliqué.

—¡Oye no! —por favor quédate conmigo, podrías irte en la madrugada, te acompañaré a tu casa en taxi, si es posible, pero quédate permíteme disfrutar más de tu presencia. —dijo triste.

—¡Oye!, ¿esta vez está bien si te llamo? —Preguntó. —no quiero incomodarte, pero no quisiera que esta sea la última vez que nos viéramos.

—Es mejor que sea yo quien te llame. —aseguré. —decidí quedarme, él se había dormido, yo no pude, le dejé una nota y me fui antes del amanecer.

Al día siguiente me fui a trabajar, al salir llamé a mis amigas, estaban bien, él había estado tratando de comunicarse, pero no le respondí.

Habían pasado dos semanas y él intentaba comunicarse, pero no había respondido, yo era una mujer mayor y madura y tenía que comportarme como tal.

Esa tarde tenía un almuerzo con un cliente del cual no sabía mucho, así que me organicé y llegué al lugar donde había sido acordada la cita.

Al llegar no ví a nadie, ordené y traté de comunicarme con la persona, pero no hubo respuesta, cuando decidí marcharme, ví a Kaleth sentarse, me saludo y comenzó hablar, yo estaba en shock.

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