CAPÍTULO XXII
NOS VIGILAN

MÍRIAM

Aún que no pude apreciar bien todo el lugar, lo poquito que contemplé, hizo que sintiera tan familiar este lugar lo que me dejó impactada haciendo que me quedara estática frente a las habitaciones que el guardia nos estaba señalando, de modo que por un momento no supe de mi, pues mi Papirrico volvió aparecer en mis pensamientos con leves recuerdos de lo que ambos queríamos tener en nuestro futuro, por eso que sentir el abrazo de mi Mujer Hermosa, además de escuchar sus instrucciones, hizo que mi mente regresara a la realidad, recordando mi verdadero motivo, ese objetivo personal por el que estoy aquí,, después de terminar nuestro enorme abrazo, nos quedamos viendo al tonto del guardia que nos miró extrañado, Julia le dio una mirada de esas que te hacen bajar la cabeza, cuando Julia lo miró:

—Gracias por traernos hasta aquí, aunque ése es su trabajo, ahora dígame cuál es su nombre—, le preguntó al hombre que nos acompañó hasta nuestras habitaciones—, no vaya a pens
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