Sin decir nada a nadie, Robert se alejó por un momento de Lesley e hizo una llamada telefónica, cuando terminó guardó su teléfono en la chaqueta de su traje y fue a buscar a Lesley de nuevo. Cogida por la mano, Lesley se dejó llevar hasta la puerta del hotel, y allí les esperaba un coche. Había un hombre mayor esperándoles a los dos, el señor abrió la puerta enseguida, para que Lesley y Robert subieran y al cabo de unos veinticinco minutos paró. Robert se bajó, y corriendo se dirigió a la puerta de Lesley para ayudarla a salir. El chofer les había llevado a un edificio no muy grande pero muy coqueto, Robert la volvió a rodear por la cintura y tiró de ella hasta que llegaron a la puerta. —¿Dónde estamos? —pregunta Lesley, boquiabierta, mirando a su alrededor. En realidad, todo es tan bonito que la encanta. —En mi casa, hoy tomaremos la última copa aquí asegura Robert muy decidido, cogiéndola por la mano para que esté más segura. Robert abre la puerta, pasa el primero y enciende
Robert la baja de sus hombros, la coloca en el suelo, y la sostiene entre sus brazos, para que no caiga por la debilidad que tiene. Lesley entierra su cara en el pecho, mientras siente que las yemas de los dedos de Robert rozar su espalda con delicadeza. —Vamos —asegura Robert, acunándola entre sus brazos para echarla en su cama. Lesley asiente, y se deja llevar. Parece que al final Robert se ha hecho el dueño de la situación, y vuelve a besar a Lesley. Pareciera que él lleva el control de todo, hasta que ella se da la vuelta y se coloca a horcajadas encima de Robert. Comienza a rozar su sexo contra el de Robert. Sus caderas se mueven al mismo ritmo, y sus respiraciones se vuelven aceleradas, hasta que consiguen que sus gemidos se alternen entre sí. Lesley se coloca y hace que Robert entre en ella, con las manos puestas en su trasero la hace acelerar el ritmo. Con el contoneo tan efusivo que tienen sus caderas, consiguen llegar al clímax en solo unos pocos minutos. Cuando termin
Cuando llegan, mientras que Lesley busca su tarjeta en el bolso Abraham y Robert intercambian miradas. —Ni de coña me voy a ir. —Gesticula Abraham.—Por favor. —Suplica Robert con las manos, para que le deje a solas con Lesley.—Que no, no me voy a ir a ninguna parte. Abraham se da cuenta de que Lesley le está mirando, y finge una sonrisa, creyendo haber dado su última palabra. —Querido... será mejor que nos veamos mañana, hoy necesito descansar —comenta Lesley, cuando termina de abrir la puerta.—Ves, te lo dije —celebra Robert, intentando entrar con Lesley.—Robert tú tampoco vas a entrar, esta noche... No. —Escucha, cuando ya casi tiene el primer pie dentro de la habitación. Lesley entra en su habitación, y se recuesta sobre la cama, después de una media hora de pensar en lo que Bryan le acaba de hacer, se pone en pie y va al baño. Mientras la bañera se llena de agua templada, ella ordena que la suban una botella de vino tinto. Antes de que llegue el botones del hotel
Cuando llegan, mientras que Lesley busca su tarjeta en el bolso Abraham y Robert intercambian miradas. —Ni de coña me voy a ir. —Gesticula Abraham. —Por favor. —Súplica Robert con las manos, para que le deje a solas con Lesley. —Qué no, no me voy a ir a ninguna parte. Abraham se da cuenta de que Lesley le está mirando, y finge una sonrisa, creyendo haber dado su última palabra. —Querido... será mejor que nos veamos mañana, hoy necesito descansar —comenta Lesley, cuando termina de abrir la puerta. —Ves, te lo dije —celebra Robert, intentando entrar con Lesley. —Robert tú tampoco vas a entrar, esta noche... No. —Escucha, cuando ya casi tiene el primer pie dentro de la habitación. Lesley entra en su habitación, y se recuesta sobre la cama, después de una media hora de pensar en lo que Bryan le acaba de hacer, se pone en pie y va al baño. Mientras la bañera se llena de agua templada, ella ordena que la suban una botella de vino tinto. Antes de que llegue el botones del hotel, va a
CAPÍTULO 18 Entre Robert y su hermano ayudan a Lesley a llegar al despacho. Una vez que ella ya está sentada, el hermano de Robert le ofrece un vaso de agua. —Gracias —dice, cogiendo el vaso para beber—. Perdone señor, ¿cómo se llama usted? —pregunta Lesley, al no saber cómo referirse a él. —Señorita... Me llamo Matciu, Matt para los amigos, y como ya sabe soy el hermano de Robert. Lesley no dice nada más, solo se limita a asentir con la cabeza. Un poco más tranquila pero aún con el cuerpo tembloroso, se acuerda de lo que le dijo Bryan en la puerta. —Robert... ¡Abraham! Él dijo que necesitaba un médico, tengo que ir a verle —comenta muy estresada de nuevo, poniéndose en pie para ir a ver a su amigo. Los tres corren por los pasillos hasta llegar al ascensor, como tarda mucho, Lesley comienza a ponerse aún más nerviosa. Una vez que llegan suben a el, y Lesley aporrea el número cinco con su dedo índice, con la esperanza de que cierre pronto sus puertas. Cuando llegan a la planta, c
Mientras duermen plácidamente, los sentimientos de Lesley hacia Bryan se hacen latentes, Lesley entra en su empresa por la mañana temprano, con un café humeante entre sus manos. Después de dar a sus empleados los buenos días, camina hacia adelante y abre la puerta de su despacho, pero al entrar en su oficina, lo primero que ve son los zapatos de Bryan sobre la mesa.—Holaaa, cariñooo —la saluda nada más entrar, con uno de sus cigarrillos entre los dedos.
Lesly llega a la comisaria, se sienta en una de las sillas que hay en la sala de espera, y comienza a pensar en Bryan, no sabe que hacer, su cabeza está echa un lio, ella jamás pensó que ese hombre fuese a ser como le está viendo en esta ocasión.Sin dejar de reconocer que en la vida unas veces estamos arriba y otras en cambio estamos muy abajo, sabe que no es una mujer invencible y que por mucho que intenten dejar de pensar en él, su corazón sigue latiendo por, Bryan. No es capaz de olvidar lo bueno y lo malo que han vivido juntos, no es lo más normal olvidar una relación de tantos años en tan solo unos días.Pero en el fondo sabe que si no dejara de sentir algo por él jamás hubiese tenido sexo con Robert, ella no es como cualquier chica, nunca ha tenido más novio que ese: Bryan fue su primer amor, y es con él con quien decidió compartir su vida, a pesar de todo lo que ha tenido que luchar con su padre para poder vivir con Bryan. —Señorita, ¿me acompaña? Por favor —dice uno de lo
Lesley llega hasta su habitación, al entrar lo primero que hace es quitarse los zapatos y tumbarse sobre la cama, después llama a recepción para que la suban un desayuno. Intenta dormir un rato, pero al ver que no lo consigue después de un rato, se levanta de la cama y se cambia de ropa para ir a ver a su mejor amigo. Al llegar al hospital llama a la puerta, sabe que Brandon está con Abraham, y ella no quiere ser una molestia para ellos. Por suerte o por casualidades de la vida Abraham también ha encontrado un nuevo amor en Hawái, algo que sin duda le habría hecho pasar unas navidades maravillosas, si no hubiese sido por culpa de Bryan. Al entrar en la habitación Lesley saluda a Brandon, y después se acerca a la cama con cuidado, y coge la mano de Abraham entre las de ellas para dejar un beso en su frente. La amistad que siempre ha habido entre ellos dos ha sido muy bonita, por eso a Lesley se le destroza el alma, ver así de mal a su alma gemela, su hermano, su compañero de vida, l