La noche ya ha pasado, y el mundo no ha parecido detenerse ante los problemas de Lesley. Abre los ojos cuando la luz del día llega a ella, con los ojos doloridos y pegados por todas las lágrimas que derramó sobre su cama la noche anterior, se pone en pie y camina al baño.Nada en más reconfortante que a primera hora de la mañana darse una buena ducha con agua calentita, hasta que en su mente se cuelan unas series de imágenes y pensamientos sobresu pasado con Bryan.
Lesley le ve como se marcha y la deja sola, casi sin decirla adiós o algo más, pero cuando Robert cierra la puerta al salir, a los pocos minutos escucha que llaman de nuevo a la puerta. Corre despavorida con toda la ilusión de que vuelva a ser él y la abre enseguida y... ¡Sorpresa!, Bryan está en el pasillo. —¿Qué haces aquí? Ya te ingresé tu dinero. —Lesley quiere cerrar la puerta de golpe cuando termina de hablar, pero este da un golpe en seco tan fuerte que la empuja hacia atrás. —¡TE ODIO! —grita Bryan sujetándola por el cuello—. La has liado pero a base de bien, quiero que vayas a la comisaría esa y que retires cualquier declaración que hayas podido hacer en mi contra. —Lo sé —asiente Lesley con la cabeza de arriba abajo—. Suéltame, no voy a hacer nada, y tampoco quiero retirar la denuncia, yo te odio tanto o más que tú a mí. —Eres una víbora, eres de lo peor que me he echado a la cara Lesley —reclama, Bryan sin dejar de mirar como se sujeta el cuello, y coge el aire qu
Al día siguiente Robert llega al hospital muy temprano, y al entrar a la habitación en la que está hospitalizada Lesley llama a la puerta, como no le contesta nadie decide entrar. Todos están dormidos como angelitos, Lesley está en su cama, y Abraham duerme con la cabeza apoyada sobre las piernas de Brandon; el cual es el que peor postura tiene ya que solo está sentado en un sofá de dos plazas, y seguramente decidió dejar que Abraham se extendiera un poco mejor que él.<
Lesley y Bryan, estuvieron viviendo juntos por más de diez años. Ellos al principio se apoyaban, y se enfrentaban juntos a todos los problemas que les caían encima. Pero en menos de un año, Bryan cada día necesitaba más dinero para sobrevivir. Bueno, en realidad todo empezó cuando su madre cayó enferma, y Lesley le dio dinero para pagar sus tratamientos. Cuando Susana murió, Bryan se volvió más agresivo y, posesivo con Lesley, y también mucho más egoísta hasta con él mismo. Pero Lesley pensaba que con el tiempo se le iba a pasar, y empezaría a respetarla de nuevo, pero la realidad la hizo comprender que los cuentos de princesas; en donde los príncipes luchan contra el mundo entero para proteger a sus damas, solo existen en los libros. Ella pensaba que, con un poco de esfuerzo, ayudaría a Bryan a superarse. Ella le ofreció un trabajo en la editorial con ella cuando su padre murió, pero ya fue tarde. Para Bryan ya solo existían las casas de apuestas, y las mujeres. Intentó algo senci
Al salir a la calle como su chofer particular no está, llama a un taxi, enseguida aparece uno en la puerta del hospital y le recoge.Cuando llega a la comisaría recibe la información necesaria y todo lo que Bryan ha testificado, pero hay algo que le llama mucho la atención ya que en la declaración dice que fue Lesley quien lo llamó a él, y que ella misma fue quien le amenazó la primera. Robert se queda sorprendido, al ver que en ningún momento
Mientras que Robert se dirige a su banco y saca el dinero que Bryan le pidió, Lesley sigue en el hospital con Abraham y Brandon. Lesley abre los ojos despacio, y ve que la parejita está de lo más feliz hablando en cómo será su nueva vida. Después de mirarlos durante algunos minutos, y enterarse de su que amigo quizás hasta se quede a vivir en Hawái, se atreve a preguntar: —¿Acaso los hombres no entendéis, que hay veces que las mujeres queremos estar solas? —¡Lesley, cariño! —dice Abraham muy feliz de que se despierte, aunque sea un poquito—. ¿Qué tal estás? ¿Cómo te encuentras? —No seas tan pesado. Además, ya estoy mucho mejor —responde, un poco desorientada sin dejar de observar la habitación. —Lesley, cariño... cariñooo... ¡Rápido Brandon! ¡Llama a un médico! —grita preocupado, con la cara de Lesley entre sus manos. Uno de los doctores, llega enseguida y Lesley ya está abriendo los ojos, el doctor la revisa y parece no tener nada. Cuando termina de estabilizarla revisa
Robert ha dividido el dinero en dos bolsas a partes iguales, y también ha llamado a uno de sus mejores amigos el cual es un gran abogado. Entre los dos se van a encargar de conseguir todas esas fotos, y hacer que Bryan desaparezca para siempre de la vida de Lesley. Entran en la comisaría de policía, solo quedan diez minutos para la hora acordada, pero mientras que él colocaba el dinero, su amigo lo preparaba todo como habían acordado. Oscar el director le lleva hasta una sala de interrogatorios que tienen, en la cual Robert se va sentando para esperar que llegue Bryan. —¿Traes el dinero? —pregunta Bryan al entrar en la sala. —Por supuesto que sí, yo soy un hombre de palabra y la duda ofende —espeta Robert, sacando las dos bolsas de debajo de la mesa. —Me parece perfecto, además esa tipa vale mucho dinero, te lo digo yo que la he fo... —¡CÁLLATE! Eres un maldito estúpido. Dame esas fotos y terminemos ya con esto. —Le exige Robert, sin darle tiempo de que le hable más de Les
Robert ayuda a Lesley a volver a la cama, y cuando ya está un poco más calmada, llega uno de los doctores que la está atendiendo, pero como ya está mucho más tranquila solo le hace una pequeña revisión, y le dice a Robert que ella debe descansar. Asiente con la cabeza, y sujeta la mano de Lesley entre las de él, y espera a con impaciencia a que el doctor salga de la habitación. Ahora más que nunca entiende los cambios de humor que estaba sufriendo Lesley con él, pero en este caso sabe que necesita que se calme; porque tiene que hablar con ella y solucionar todos sus problemas. Cuando el doctor sale de la habitación, Robert besa la mano de Lesley, antes de decir: —Lesley sé que estás muy mal con todo esto, pero tienes que relajarte, ya casi tengo esas fotos. —¿Perdón? ¿Como que casi tienes las fotos? —pregunta con el ceño fruncido, aún con lágrimas en los ojos. —Sí, hoy en la mañana cuando te dejé aquí con Abraham, me fui a la comisaría y hablé con Bryan. —¿Por qué has hecho eso?