“La lluvia comienza con una sola gota”
Manal al Sharif
Amaneció lloviendo se enreda entre las sábanas como una mariposas en su oruga. Despierta, ve que aún tiene la misma ropa húmeda de ayer, con razón siente tanto frío. Permanece acostada, mirando las gotas de lluvia en los vitrales, se distrae oyendo como salpican en los bordes metálicos de la ventana.
Siempre recuerda cuando llovía en el campo, donde vivía su abuela; le gustaba oler la tierra desprendiendo ese aroma tenue y delicado. Imaginar cuando de adolescente sus ferormonas la hacían esconderse bajo las sábanas y acariciarse, sentir su vagina cobrando vida y tal, como una nepenthes, succionaba sus dedos.
El sonido del teléfono la regresa a la realidad. Recuerda el episodio de anoche y recuerda esa noche de lluvia, en brazos de Miguel. Toma el celular. Es un mensaje de Virginia: “puedo ir hasta tu casa”.
Deseaba quedarse acostada y no responder. Pero así no es ella, se inte
“El pasado no es, lo que solía ser”Arthur C. ClarkeCuando Karem despertó, Virginia estaba acostada a su lado. Recordó su ratón moral. Se levantó sin hacer ruido y se metió en el baño para darse una ducha. No quería recordar lo ocurrido esa mañana. Era preferible imaginar que todo había sido sólo un sueño. Dejó que el agua cayese por su cuerpo como imaginando que así podría borrar las caricias y el deseo que siempre despertaba Miguel, en ella.Huir, no es una manera de librarte del pasado. Eso pensó y decidió recapitular todo lo vivido. Sintió entonces uma especie de calma y liberación. Aunque se dejaba llevar por cada caricia, también percibió que ya no era igual a aquella primera vez, con él. Algo había cambiado. Sí, el placer se deshace cuando no hay en él, rastros de amor.Se salio de la bañera, se observó al espejo. Ya no era la de años atrás. A veces tememos al tiempo. Pero esta vez, era un alivio saber que todo había pasado. Sonr
“Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”Victor HugoKarem deja a Virginia frente al edificio. Se despiden. Ella sigue hasta su casa. Debe dormir para recuperarse del día anterior.Llega a su apartamento; abre la puerta, toma un vaso con agua. Enciende la tele y busca en la nevera, un pedazo de torta.Saca de su cartera el teléfono. Entra en su messenger. No hay mensajes de Diego. Decide escribirle:–Espero no interrumpir tu trabajo, amado mío. Sé que has estado muy ocupado. Pero te extraño, siento que te extraño.Envía su mensaje. Espera unos segundos. No ve respuesta. Coloca el móvil sobre la mesa, y termina de comer su postre.Suena el tono de mensajes. Abre para revisar. No es él. Sigue ausente. Se levanta del sofá, camina hasta su habitación y se recuesta en su cama. Rápidamente se queda dormida.Virginia, está en su cama, recordando lo ocurrido con Melissa, la chica del club. Suena su teléfon
“Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,la resaca de todo lo sufridose empozara en el alma... Yo no sé!”César VallejoKarem entra a su apartamento, camina hasta su habitación; se quita los botines y la chaqueta, toma su celular para escribirle a Diego. Está descargado, lo coloca sobre la mesa de noche y lo pone a cargar.Aprovecha para descansar un poco. Enciende el televisor y comienza a pasar canal por canal buscando entretenerse en algo. Finalmente escoge el canal de noticias. Noticias de política, de asesinatos, de narcotráfico desbordado en la ciudad.Mejor será apagarlo. Viene a su mente, la imagen de Elena. Tiene días sin verla. Se levanta y camina hacia la entrada. Cuando abre la puerta, todo está silencioso. Va hacia la puerta, toca y nadie sale. “Tal vez salió con Rosa”, piensa.Regresa a su apartamento. Enciende el teléfono ya con algo de carga. Comienzan a llega
“Deja la fantasía y vive la realidad- me dijo. En el mar de la realidad que se ahogue el que quiera”T. FaerronAmanece, Karem, se despierta con los rayos del sol, en su cara. Mira a su lado, Virginia aún duerme. Toda la noche estuvo sobresaltada y durmió poco. Karem se levanta, se estira, bosteza, camina hacia el baño, se cepilla, lava su rostro. Las oscuras ojeras, la delatan, dos días sin dormir bien.Va a la cocina, prepara un café, mira su reloj, apenas son las 7:00am. Regresa al cuarto. Virginia, ya está despierta, pero se mantiene pensativa, ajena, abismada en sus pensamientos.–¿Cómo te sientes?–Algo cansada, aún me duele todo el cuerpo.–Es obvio, imagino que tuviste que defenderte de los golpes.Virginia asiente con la cabeza.–¿Quieres un café?–Sí, por favor.Karem sale y regresa con la taza de café.–¿A qué hora te irás?–Luego del desayuno, imagino.–OK, gracia
“Pero las peores tentaciones son las que realizamos, sin recibir nada a cambio, excepto por el brutal descubrimiento de nuestra debilidad”Paolo Maurensig.La jornada comienza a las 7am, a las 8:00am, habrá un tiempo de 20min para desayunar; la sala de reuniones servirá de comedor; allí tendrán café, sándwich, jugos, agua, te y frutas para el desayuno; la hora de almuerzo será a las 11:30am y a la 1:00 un descanso de 10min para un coffe break–refirió Luis, en la sala, dando las instrucciones del día, continuó diciendo:–Hoy debemos dejar todo organizado. Los horarios y lugares de las charlas y de igual manera, las entrevistas al director del Ministerio de Salud. De igual manera, los hospitales donde se darán las charlas y quienes irán en ese cargo. ¿Alguna pregunta?–¿Los grupos los escoge uno?–preguntó Virginia pensando que podría lograr trabajar con Karem.–¡No!–respondió Luis–yo escogí quienes trabajarán juntos para evitar retr
“El amor ocurre solo una vez, el descanso es solo déjà vu”.Anuup Kamal AgrawalDurante esa semana, h**o encuentros y desencuentros entre Karem y Ernesto. Algunas veces sus miradas y pieles se encontraban en un absoluto espacio creado para ambos. Otras veces, era un infierno de celos y mal entendidos. En cierta forma, ella sentía que esa escena ya era conocida, lo vivió durante los últimos meses con Miguel, angustia, celos, reconciliación.Parecía un Deja Vu. Llegó el viernes, ya cada quien volvería a su espacio. Era difícil para ella, pensar que él le pertenecía y luego aceptar que nadie nos pertenece. Esos pensamientos se debatían en su mente y ella, era juez y esclavo a la vez. A veces, le era sensato pensar que sí, el le pertenecía, otras veces, era absolutamente imposible volver al pasado de apegos y cero compromiso emocional.Antes de salir del coffe break, Virginia se acercó a ella:–Hoy me veré con Melissa, voy
“El arte es magia liberada de la mentira de ser verdad.”Theodor AdornoAmaneció. Diego estaba tan agotado que se quedó dormido, en uma silla, recostado de la pared, en su taller de pintura. Finalmente había concluido. Ya todo estaba listo para presentar al mundo su obra “Musa Virtual”.Había recibido mensajes durante la semana de Eliza Wells. Hoy tenia uno en particular donde lo convidaba a desayunar. Sin pensarlo dos veces, fue hasta la cocina preparó una taza de café y se metió al baño para relajarse y terminar de despertarse.Jeans oscuro, y su camisa preferida, gris; esa camisa le traía tantos recuerdos alegres como tristes. Pero era su camisa de la suerte. Siempre hay un amuleto para atraer cosas buenas y eso significaba aquella polo gris. Se perfuma, toma su billetera y sale. Apenas metió los pinceles en trementina, luego regresaría a arreglar el desorden.Cuando entró al restaurante, Eliza ya estaba en una de las mes
“Da un poco de amor a un niño y obtendrás mucho de vuelta”John RuskinKarem, se despidió de Ernesto y regresó a su apartamento. La niña aún dormía. Sonó el timbre, pensó que podría ser Ernesto, que habría olvidado algo. Abre la puerta:–¡Rosa!–exclama sorprendida. *Dónde estabas metida, por Dios?–¿Cómo está mi hija, Ka?–Pasa, está dormida.–¿Qué fue lo que ocurrió?–No lo sé, ella estaba bien, pero de pronto le empezó una fiebre muy fuerte y tuve que llevarla con un amigo a la clínica.–¿Clínica? ¿Cómo pagaste eso?–No, lo pagué yo. Fue un colega de trabajo.–¡Quiero verla!–Claro, por supuesto. Está en mi cuarto.Rosa entra, coloca su cartera sobre la mesa y entra hasta la habitación. Se sienta en la cama y abraza a la niña aún dormida, quien al sentir el movimiento, se levanta.–¡Mamita!–dice sonriendo y abrazando a Rosa.–¡Aquí estoy, mi amor, aquí estoy!–Debes