Elliot tenía el corazón desbocado, como si se le fuera a salir del pecho de un momento a otro. La sintió respirar con más calma y la levantó en brazos, llevándosela al baño. La sentó dentro de la tina de agua caliente, le apartó el cabello de la cara con un gesto brusco y le acarició la mejilla.
—¡Auch! —protestó Kali con un puchero. La sombra de cuatro dedos de Elliot se desvanecía, pero todavía estaba allí.
—Lo siento… me puse muy nervioso.
Kali lo miró a los ojos y arrugó el ceño.
—Mejor habla en presente, porque estás temblando… Elliot, ¿estás bien? —Se preocupó la muchacha.
—¡Claro que no, estoy cagado del susto! ¿Qué fue lo que pasó…? ¿Te sientes mal…?
—No… —Kali intent&
Elliot no estaba muy seguro de no querer asfixiar al fotógrafo con sus propias manos, pero los celos que sentía no eran razón suficiente para darle un primer mal día a Kali después de su regreso.Dejó las cosas en su oficina y se fue a la de Valeria, porque si alguien podía saber cuál era la flamante noticia del sacafotos era ella.—¡Hola hermanito! —lo saludó Valeria levantando las cejas con un gesto sugerente—. ¿Cómo estuvo la luna de miel?—¡Que no fue luna de miel…!—¡Elliot Davies, Dios sabe que no hay nadie que te quiera más que yo, pero qué bruto te me pones a veces! —rezongó su hermana acercándose a él y dándole un beso en la mejilla—. Ya veo que vienes con un humor de perros. ¿Qué fue lo que hiciste?—Yo no hice nada. —Elliot se cr
Segundos.Fueron solo segundos lo que le tomó a Elliot llegar al lado de Kali, pero ya el ambiente era pesado y agresivo. Y todo empeoró en el mismo momento en que Elliot pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura de Kali y la estrechó contra él en un gesto claramente protector.—¿¡Elliot…!? —gruñó la mujer, incrédula.—Lilian —respondió él sin que el tono de su voz se subiera ni un decibel, pero aun así parecía cargada de amenaza—. ¿Se te ofrece algo?—¡Una explicación estaría bien para empezar! —exclamó y aquel chillido fue suficiente para que varias mujeres se acercaran a ella.El Centro Getty estaba conformado por varios museos y salones de convenciones que se reunían alrededor de un jardín al aire libre. Allí estaban, en un jardín llen
Por desgracia para Lilian, malinterpretó completamente el tono en aquellas palabras del señor Bell, porque se le acercó con la molestia retratada en el rostro.—¡Elijah! ¡Qué bueno que apareces! ¡Por favor, pídele a seguridad que saque a estos dos! —demandó.El hombre la miró con expresión incrédula.—¿Y hay alguna razón convincente para que quieras empezar a echar a mis invitados, Lilian?Elliot sintió que el cuerpo de Kali se tensaba y sabía que no era precisamente por la mujer, sino porque el escándalo había llegado al conocimiento del anciano.—Le ofrezco una disculpa, señor Bell —se adelantó con tono seco—, al parecer a la señora Lilian le ha molestado que besara a mi esposa delante de todos.Elijah Bell se inclinó hacia él y lo miró de ar
Kali no podía abrir los ojos, lo intentaba de verdad, pero tenía el cuerpo demasiado pesado. Sintió el roce suave de los dedos de Elliot sobre su costado y sonrió incluso en medio del sueño. La noche anterior se sentía como un completo huracán, recordaba algunas cosas, otras no… pero había algo… algo que simplemente no se le olvidaba.—Vamos, nena. Ya amaneció —susurró Elliot en su oído, intentando que se despertara—. Tienes que ir a la universidad. Vamos, levántate. —Le dio un beso en la mejilla y la vapuleó un poquito.—¿No puedo faltar hoy? —Ella hizo un puchero porque realmente no tenía ningunas ganas de pararse de la cama.—Nooooo. Ningún profesor te aceptará un justificante mío —se burló—. Ya sé que el sexo conmigo es adictivo pero todavía no pu
Elliot parecía una fiera enjaulada. Ni siquiera se había molestado en volver de nuevo a la oficina después de llevar a Kali a casa, pero verla dormir inquieta, sin llegar a descansar realmente, lo tenía sin sombra.Había intentado comer y había vomitado otras dos veces, y para Elliot estar ahí con ella, sujetarle el cabello o lavarle la cara no era suficiente.—¡Listo! Levántate, nos vamos al hospital —declaró cuando estaba casi anocheciendo, porque Kali parecía más una osa hibernando que una persona.—No, déjame, no es nada… —protestó ella, que no estaba de ánimo para abrir los ojos.—Oye, señorita, no era una sugerencia. Te vistes o te visto, pero tú y yo vam… —Elliot se interrumpió cuando sonó el timbre de la puerta, y protestó antes de ir a abrir—. ¿Qui
El rostro de Emma palideció. Había sentido el mismo golpe seco en el estómago cuando Lilian le había dicho que aquellas fotos de Elliot con una modelo de Sassy Girl no eran solo chismorreos infundados de la prensa amarillista, que la había llevado a un evento importante y que le había soltado en la cara que era su esposa.Pero Emma simplemente no podía creerlo. Elliot no era estúpido, no se habría enredado de esa forma con ninguna mujer. ¡Solo a ella le había tomado cinco años que le propusiera matrimonio! Al principio no le había creído aquella histeria a Lilian, pero la duda la había hecho subirse a un avión para ir a comprobarlo por sí misma.La forma en que Elliot había tratado a aquella chica cuando la había ido a buscar a la universidad la había enojado hasta el infinito y más allá, pero aun así, eso no qu
—Oye… Kali… ¡Kali! —La llamada de Elliot la hizo volver la cabeza, sacándola de sus pensamientos, y se dio cuenta de que ya estaban en el departamento, pero ni siquiera sabía cómo habían llegado allí.Respiró profundamente y se giró hacia Elliot, intentando conservar la ecuanimidad.—¿Qué pasa? —preguntó.Elliot se quedó mirándola por un momento, sin saber muy bien cómo abordarla.—Lamento lo que pasó. No quería que te enteraras de esa manera que Emma había regresado… —murmuró.—Sí, eso es evidente —respondió Kali sin una gota de emoción en la voz, pero Elliot sabía que aquello era un reproche en toda regla.—Solo quise evitarte el mal rato —intentó justificarse él—, igual que tú cuand
Para el momento en que Elliot llegó a la Universidad, ya era inútil intentar rastrear a Kali en medio de la turba de estudiantes. Intentó marcarle varias veces, pero las llamadas iban directamente al buzón de voz.Finamente desistió y se fue a las oficinas de Davies Inc, y a nadie le pasó desapercibido que empezaba su día con un humor terrible. Sin embargo, solo Valeria hizo un acto de valentía y se atrevió a colarse en su oficina.—¿Elliot?Su hermano la miró y en ese mismo momento Valeria supo algo iba realmente mal.—¿Qué está pasando? —preguntó llegando junto a él.Elliot dudó por un instante, pero después de todo no tenía caso ocultarlo.—Emma regresó.—¿Qué…? —El rostro de Valeria solo reflejaba desconcierto—. ¿Cómo