En ese preciso momento José se regresa y sale corriendo en búsqueda de Marisol a ver qué había sucedido y el por qué del grito. Abre la puerta rápidamente y al entrar encuentra a Marisol tendida en piso inconsciente. Es allí donde la carga y la lleva sin perder tiempo al hospital tomando un taxi.
Al entrar al hospital ingresa a Marisol corriendo por el área de emergencia en donde de manera inmediata es asistida por el personal médico que se encontraba de guardia en el lugar, pero en eso, le dice el doctor a José – es necesario que se retire del área de emergencia y vaya a la sala de espera mientras nosotros atendemos a la paciente. – no, yo no pienso dejará mi esposa sola. Respondió José – ella no está sola, está en muy buenas manos. Pero los familiares de los pacientes no pueden permanecer acá. Le agradezco y cooperé o tendré que llamar al personal de seguridad. – de acuerdo, estaré al pendiente, doctor... Por favor no dudé en avisar si necesitan algo. Es así como transcurren las horas y la angustia en José se hacía cada vez más desesperante sin tener noticias de Marisol. Mientras tanto se encuentra Marlene en su apartamento, un tanto preocupada pues vio cuando José saco a Marisol cargada, pero no sabía que había sucedido y tampoco tenía su número de teléfono para contactarlo. Así que tenía que aguardar a que él volviera. Ella ya se sentía más tranquila por todo el apoyo que estaba recibiendo de Enrique, era una ayuda con la cual ella no contaba y además muy oportuna, ya que se sentía desesperada por la presión laboral por parte de sus superiores. No tenía como agradecer todo lo que Enrique había hecho por ella.Mientras tanto, ya se encontraba Enrique en su casa, descansando acostado en su cama, pero no dejaba de pensar en Marlene. Ella significaba para él, todo lo que un hombre pudiera desear. Era realmente hermosa, inteligente, independiente pues trabajaba y no necesitaba de alguien más para cubrir sus gastos. Ella despertaba en Enrique la pasión y el deseo, pero él era muy inteligente y tenía que buscar una estrategia para poder lograr captar la atención de Marlene. Él estaría dispuesto a conquistarla cueste lo que cueste... En otro espacio se encuentra José, en la sala de espera del hospital, ansioso por no recibir noticias del doctor y no saber cómo está su esposa. Cuando de pronto sale del quirófano el doctor y dice –¿familiares de la señora Marisol? –si, aquí estoy. Yo soy su esposo. – bueno le tengo noticias. La señora Marisol sufrió una fuerte ACV, por lo cual aún no reacciona. Debemos esperar a que despierte. Pero su estado es muy delicado.– Pero doctor... ¿Y en cuánto tiempo debería reaccionar? Preguntó José con angustia y la voz temblorosa. – eso es impredecible. Tendría mucha fuerte si reacciona. – sin embargo señor José es importante que sepa que se le está suministrando tratamiento para diluir los coágulos de sangre. Con esto debería reaccionar en algunas horas. Mientras tanto deberá esperar pacientemente y no llenarse de falsas expectativas. – entiendo doctor. De verdad muy agradecido con usted y no todo el personal por el esfuerzo realizado. Y no se preocupe, yo me quedaré aquí esperando hasta que ella esté bien. – ¿Ella no tiene más familiares? Preguntó el doctor. –no, respondió José. Ella es hija única y sus padres ya murieron hace mucho. Y no ha tenido descendencia alguna. – yo soy todo lo que ella tiene. – bueno es lamentable, en ese caso, puede pasar usted un momento a verla pero no ex esa de 5 minutos. Luego debe salir y esperar nuevamente afuera. Advirtió el doctor. – si desde luego doctor. Una vez más gracias por todo. Luego sin pensarlo dos veces entra José a ver a Marisol y se sienta junto a ella, con ganas inmensas de abrazarla, pero se contiene pues no quería alterarla, tan solo se conforma con sobar suavemente su cabellera corta, mientras le dice en susurro – mi amor, estoy aquí, no estás sola. Nunca lo vas a estar. Por favor recupérate pronto para irnos juntos nuevamente a disfrutar de nuestra casa nueva. Te amo. En ese momento José ve como Marisol medio abre uno de sus ojos y él le dice. –Si mi amor, vamos que tú puedes, ¡reacciona por favor! Pero luego entra la enfermera a la sala y le dice con voz firme – por favor señor, ya debe retirarse y dejé la paciente sola. Respondiendo él – no, yo no me salgo de aquí. Ella es mi esposa y sé que me está escuchando. Yo estoy seguro de que puedo hacer que ella reaccione. – por favor señor acompáñeme hasta afuera, debemos conversar seriamente. José sale de la habitación tras la enfermera y al salir ella se voltea, mirándolo fijamente a los ojos y le dice – señor, entiendo su angustia por el momento que está pasando, pero aquí la prioridad es la salud del paciente, y usted no está cooperando. –pero enfermera, ¿Como así? Yo soy su esposo, y estoy seguro de que ella está feliz sabiendo que me tiene a su lado. – señor le repito, su sola presencia la puede alterar y los daños pueden ser irreversibles. De la fuerte emoción le puede repetir la ACV o le puede dar un paro cardíaco. ¿Usted no comprende el grado de salud tan delicado en el que se encuentra su señora verdad? – disculpe usted enfermera, tiene toda la razón, es que estoy desesperado y ya quisiera que se levantará de allí. – este es un proceso que apenas está comenzando, no sabemos cómo reaccionara no que daños pudo causarle lo sucedido. Así que le recomiendo que vaya se eche un baño, coma algo, y busque todas las cosas necesarias para usted y ella. Esto tomará mucho tiempo. En eso él se retira y se va a su apartamento, totalmente desesperado, con la mente nublada, no lograba poner ninguna idea en orden. Sin ánimos de nada. Pero al llegar a su casa Marlene lo escucha llegar y se asoma a la puerta. – Hola, José, cómo está? Él sin poder contener sus lágrimas rompe en llanto mientras le da un golpe a la pared por la impotencia de no poder hacer nada. Ella se acerca a él, y viendo su angustia lo abraza con nostalgia para consolarlo y lograr calmarlo un poco, abrazándolo fuertemente, sobando su espalda mientras le dice en voz baja – debes tener fuerzas José, entiendo que no es nada fácil lo que estás pasando, pero ella cuenta contigo no puedes flaquear en estos momentos. Luego baja sus brazos y lo suelta, pero en ese instante cruzan miradas y su rostro queda tan cerca el uno del otro, que sin poder ni querer evitarlo quedan atrapados en un silencio total cruzando sus miradas. La atracción que sentían el uno por el otro era demasiado fuerte y sin querer la cercanía los impacto más, poniéndola a ella nerviosa, con las manos temblorosas y en José la agarra por la cintura y le dice en susurro con sus ojos azules como el mar, brillantes llenos de lágrimas – nunca pensé que en usted Marlene, quien es mi nueva vecina, encontraría un ser tan especial como lo es usted. Fíjese aquí usted apoyándome, cuando me siento más solo... Ella aún mucho más nerviosa con sus manos puestas sobre sus hombros le responde. – todo ha pasado demasiado rápido José, lamento mucho que estén atravesando esté mal momento. Cuente conmigo para cualquier cosa. Sé muy bien que no tienen más familia. Estoy a la orden. Mientras lo suelta rápidamente. José no podía dejar de sentir esa fuerte atracción por ella a pesar de lo mal que se sentía por Marisol.Marlene se despide y rápidamente entra en su apartamento, era una extraña sensación entre la fuerte atracción que sentía por José y que cada día se agudizaba más y la preocupación por la situación de Marlene… Por su parte José se queda pensativo mientras se sienta en la sala de su apartamento para tomar un breve descanso. No puede creer que haya dejado escapar el momento de besar a Marlene… Lo que esta no sabía era el secreto tan bien guardado de José. Pero eso sería un punto a su favor que tarde o temprano utilizaría sabiamente. Marlene llega a la sala de su apartamento y piensa que necesita conseguir otro empleo adicional para trabajar en sus horas libres, ya que se le estaba haciendo muy difícil la manutención de sus dos hijas con ese bajo salario, y prepara su currículum y actualiza todos sus documentos en la PC, y en ese momento recibe una llamada telefónica – aló, buen día. ¿Quién habla?– muy buen día, ¿Marlene?– si soy yo. ¿Quién habla? Preguntó de nuevo Marlene.– S
Llegó el amanecer y con él, el día tan esperado por ellas, el día en que saldrían con Enrique a pasar un día diferente a la Capital. Se levanta Marlene, comienza hacer el desayuno para todas y mientras tanto llama a sus niñas para que se vayan levantando y se alisten mientras ella prepara todo, dando chané de que llegue Enrique en búsqueda de ellas. Es así como al cabo dé un par de horas a eso de las ocho de la mañana, ya debidamente vestidas y desayunados se encuentran a la espera solo de que vengan por ellas, y en eso escuchen que tocan la puerta, no podían aguantar la alegría, sobre todo la pequeña Estefanía que por estar tan pequeña, solo pensaba en jugar y divertirse. Marlene se aproxima a la puerta y la abre, diciendo: – hola Enrique, ¿cómo estás? Muy buenos días. – Muy buenos días, Marlene. Es un gusto verte de nuevo. ¿Cómo estás? – excelente, ya estamos listas.– ¡genial! Entonces vamos, no hay tiempo que perder, nos espera un día maravilloso. –vamos niñas. Dic
Luego de cenar, se dirigen al estacionamiento y van de regreso a la casa. Al llegar Enrique muy gentil y caballerosamente las acompaña hasta la puerta de su casa. Despidiéndose – fue un honor para mí haber compartido con ustedes el día de hoy. Muchas gracias Marlene. – no tienes nada que agradecer. Fue un día maravilloso y en tal caso somos nosotras quienes debemos agradecer. – por favor piensa bien lo que hablamos, te aseguro que no te arrepentirás... Dice Enrique mientras la abraza y le da un beso en la mejilla. – te prometo que lo pensaré... Dice Marlene mientras le corresponde el abrazo aboyándose en su pecho brevemente. Luego se retira y entra a su apartamento dejando que Enrique se marche. Marlene se sentía feliz junto a sus niñas, tenían mucho tiempo que no la pasaban tan bien. Luego de cambiarse y echarse una ducha las niñas se dirigen a su habitación mientras que Marlene se acuesta en su recámara y ya envuelta en la oscuridad y el silencio de la noche, no para de p
Capítulo I Era un día como cualquier otro en la vida cotidiana de Marlene, ella era una mujer trabajadora, dedicada a la docencia, dando clases en unos de los colegios públicos más reconocidos de aquel lugar, un pueblito que se encontraba en el interior del país. Marlene se levanta temprano y se preparaba para ir a trabajar, pero no sin antes dejarle todo listo a sus dos hijas, Chiquinquirá y Estefanía . Pues ella, acostumbraba levantarse a altas horas de la madrugada para alistar todas las cosas y ya dejarles el desayuno listo bien tapado en su mesa del comedor como cada mañana para cuando ellas se levantaran. Al salir de su casa, se encuentra con la sorpresa de que su vecino de al frente, quien siempre se mostró muy buen amigo y colaborador, buen vecino como pocos, se estaba mudando y se estaba sacando todas sus cosas de su apartamento para subirlas al camión de la mudanza. Vaya, esto si que fue una sorpresa para Marlene, ya que él, si le había comentado que querí
CAPITULO II Marlene se acerca a la puerta y al abrir, no sé imaginaba lo que se iba a encontrar... – buenas tardes. ¿Señora Marlene?Ella queda atónita antes ese cuerpo escultural que parecía tallado por los mismísimos ángeles y esos ojos azules achinados que la miraban fijamente con una hermosa sonrisa que enmarcaba el rostro de aquel catire que tocaba su puerta. – disculpe, ¿es usted la señora Marlene? Pregunta nuevamente aquel atractivo hombre. – sí, sí, soy yo. Responde ella titubeando con voz temblorosa. Él se sonroja un poco, y se presenta tendiendo su mano al frente.– ¿en que puedo ayudarle? preguntó ella. – mucho gusto, yo soy José, su nuevo vecino de al frente. El antiguo propietario me hablo muy bien de usted, por eso he venido a presentarme. – ah ok. Entiendo. Mucho gusto. Es un placer conocerlo. Bueno acá estamos humildemente a la orden para lo que necesiten. Respondió Marlene. Ella estaba impactada ante el físico tan atractivo de aquel hombre, pero
Capítulo III En ese momento Marlene atiende la llamada – hola, ¿Quién habla? – hola Marlene. Soy yo, el profesor Enrique, tu compañero de trabajo. Quería saber cómo llegaste a tu casa. Ella sorprendida por la llamada, responde. – Bien afortunadamente. Ya estoy al fin descansa do un poco. Y... ¿Tú, cómo estás? – bien, pero la verdad me quede muy pendiente de ti.–¿Si? ¿Y eso por qué?– pude darme cuenta de que te llamaron a la dirección y todos ellos te encerraron allí. ESO es de muy mal gusto, y yo sé por todos los años que llevo trabajando en esa escuela, que cuando hacen eso, es para presionar a alguien, e incluso he podido notar cómo siempre te llaman la atención y nunca están conformes con nada de lo que haces. – oye, nunca me percate de que te fijas en lo que estaba sucediendo. Dice Marlene – pues si, pero eso es normal allí cada que vez que llega alguien nuevo, le hacen la vida de cuadritos si esa persona simplemente no es una lambiscona. – ya veo, pero conmigo se