—¿Alison? —Sebastián me observa entre sorprendido e incrédulo, y con un ligero toque de emoción en su tono—. ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo viniste? ¿Cómo has estado? ¿Por qué estás en esta clínica? —Inmediatamente me inunda de preguntas y solo me limito a sonreírle.
—Apenes llegue hace unas horas, vine porque… mi hermanita está internada aquí —respondí con un tono agudo. A pesar de ello, Sebastián me sonrió con calidez y dejo su teléfono a un lado.
—Espero que se mejore... ¿Cómo has estado tú?
—Bien, bastante bien, ¿Y tú? —Le pregunto pero aun así no le presto ni una pizca de atención a lo que dice... Solo deseo encontrar mi maleta y recostarme un rato.
Si no la encuentro, no me quiero ni imaginar c&o
Oigo la risita de Noah y le fulmino con la mirada.¿Que se supone que hacen seis chicos sin camisa y todos mojados justo al frente mi casa mirándome fijamente?Si es una prueba de Dios o el destino, seguro que no la paso.Y como sí me leyera el pensamiento, Noah dice—: Hemos venido porque esta noche iremos a una fiesta y Vania me ha dicho que venga a avisarte. Quiere que vayas.—Entonces, ¿Por qué no vino ella a avisarme? —la voz me salió aguda, puntiaguda y tuve que tragar para disolver el nudo en mi garganta.—Porque le he dicho que puedo venir yo. Además, estaba lavando mi choche y estos han querido acompañarme —asiento sin despegar la mirada del rostro de Noah, si la bajo, aunque sea un poco…—Uhm —musito y asiento—. Bueno, está bien, estaré en esa fiesta a los 8.—Está bien, a los 8 —dice
Apenas doy un paso dentro de la gran fiesta me pasa un vaso lleno de vodka y ni siquiera sé quién me lo dio, camino un poco entre las personas hasta que por fin miro a Vania sentada en un gran sofá junto a todas las chicas. A penas me miro corre a abrazarme.—Nena te ves preciosa —dice y me suelta del gran abrazo —Llegas en buena hora, apenas y vamos a comenzar el juego —Suelta y la miro ceñuda.¿Juego?¿Qué juego?Me siento junto a ella entre las chicas y noto a Noah justo frente a mí.—¿Empezamos? —dice una chica a quien nunca he visto en mi vida.—Sí —dicen todos al unísono y miro a Vania a mi lado.—¿Qué es lo que vamos a jugar? —le dije en un susurro y solo se alza de hombros. Me paso las miradas por todos y termino en Noah, esa miradita pícara que tiene, alza una comisura f
Para cuando bajamos a la fiesta y nos sentamos al sofá todos nos miran pícaros y un tanto sorprendidos... Aunque no pasó nada más que un beso.Mis labios se sienten hinchados y aun puedo palpar los suyos sobre los míos.Siento la mira de Noah sobre mí pero solo me limito a tomar del vaso y a mirar la hora... A penas y son las 10, veo que la noche será larga.—Noah —dice alguien de la nada.Alzo mi mirada para ver quién es y miro a Paola Brown. Sentada justo al lado de Lucas y de Alan con una falda de cuero negro ajustada y un top azul llamativo con unos tacones más altos de lo que creí. El silencio perdura y la mirada de Noah se cruza con la de ella... Sé su historia, sé que aún hay algunas cosas que Noah siente por ella y yo no puedo hacer nada.Por un segundo siento algo amargo en el pecho… Los últimos minutos
Me tomo un gran sorbo de vodka y finalmente dejo la botella a un lado, tengo una sonrisa tonta y claro que es por todo lo que he bebido, me apoyo de la mesa y Vania me ayuda a subir, miro a las chicas quienes están peor o igual que yo y me apoyan con los pulgares arriba.Siento ese valor recorrer mis veas y me levanto sobre la mesa de villar.—Una música lenta y sexy —grita Hilary y enseguida que ponen la canción The Hills de The Weeknd.Siento la música, lenta y sensual. Inmediatamente las personas se aglomeran alrededor de la mesa y eso es el incentivo que me hace comenzar a bailar.Comienzo a moverme, lento y sensual, moviendo mis manos entre mis pechos y luego a mis caderas. Muevo mi cintura y bajo lentamente para volver a subir moviendo mis caderas.Por dios, ¿Qué demonios estoy haciendo?—¡Eso princesa! —oigo a los chicos gritar y ni siquiera puedo decir n
Apenas bajo las escaleras siento un mareo, creo que hasta ahora ha sido suficiente vodka, ya no debo de seguir bebiendo. Me giro para mirar hacia atrás y asegurarme que ni Noah ni Paola han salido de la habitación y finalmente me adentro entre las personas hasta que choco con Vania y un chico rubio.—¡Aquí estas! —Exclama Vania sonriente apenas me ve.—Estaba arriba, tuve que salir un momento de entre tantas personas, me sentí un poco mareada —dije y asintió.Mi mirada pasó entonces al chico a su lado, quién me mira con sus ojos verdes, y pronto me hallo hipnotizada por el color de sus ojos. Es un verde muy distinto a los demás, el iris alrededor es de un color verde intenso y exótico pero a medida que se acerca a la pupila hay motitas azuladas más parecidas a la aguamarina.Me le quedo mirando hasta que Vania me toma del hombro y me trae de vuelta a la rea
Para cuando llego a mi casa apenas son las siete de la mañana y corro escaleras arriba hasta mi habitación, entro al baño y me doy una ducha, me pongo mi pijama y me lanzo a mi cama a dormir. ***Las dos de la tarde.Para cuando despierto son las dos de la tarde, froto mis ojos y voy directo al baño a cepillarme los dientes, me recojo mi cabello en un chongo y me pongo mis pantuflas para salir de mi cueva e ir a la cocina.—¡Vaya! ¡Hasta que despiertas! —dice mi madre apenas entro en la cocina.—¿Cómo que la fiesta estuvo buena? —insinúa Joseph y asiento lentamente recordando todo lo de ayer y
Para cuando llego a mi casa apenas son las siete de la mañana y corro escaleras arriba hasta mi habitación, entro al baño y me doy una ducha, me pongo mi pijama y me lanzo a mi cama a dormir. ***Las dos de la tarde.Para cuando despierto son las dos de la tarde, froto mis ojos y voy directo al baño a cepillarme los dientes, me recojo mi cabello en un chongo y me pongo mis pantuflas para salir de mi cueva e ir a la cocina.—¡Vaya! ¡Hasta que despiertas! —dice mi madre apenas entro en la cocina.—¿Cómo que la fiesta estuvo buena? —insinúa Joseph y asiento lentamente recordando todo lo de ayer y
Es increíble lo que la rabia puede llegar a hacer, cómo la adrenalina te consume al punto de nublarte la vista y ni saber qué es lo que estás haciendo.Camino con suma lentitud hasta la mesa en la que están Noah y Paola. Juntos. Riendo.Siento la sangre correr a través de mi cuerpo y un calor emanar de mi cuerpo.Todo el mundo me mira en silencio, pero no puedo detenerme. Aprieto mis puños con fuerza enterrando mis propias uñas en mi piel, pero ese ligero ardor no se compara con lo que estoy sintiendo en estos momentos.Me detengo justo frente a la mesa con los brazos cruzados y mi mejor mirada retadora.—Alison —murmura Noah lo suficiente alto que lo logro escuchar. Mi mirada está fija en Paola, quién me mira con cierta diversión y no espero más para soltarle:—¿Sabes lo sucia que eres? —suelto casi en