Para cuando llegamos, noto que ya todos están ahí, Vania y las chicas, Alan, sus amigos y otros chicos a quienes no conozco.
Miro de reojo a Noah, quién suspira y se desabrocha el cinturón para apagar el coche. Es entonces cuando me mira, su expresión se suaviza y me regala una pequeña sonrisa.
Este no es él Noah de hace unos minutos.
—Sólo quiero que no nos comportemos extraños, ni nos pongamos raros —dice Noah atrayendo mi atención a él.
—No te preocupes, tampoco quiero que nos pongamos raros —es lo que respondo y él asiente mostrándome una sonrisa haciendo aparecer sus hoyuelos.
Me desabrocho el cinturón y salgo del coche, inmediatamente la brisa fresca de la noche me recibe y me abrazo a mí misma buscando algo de calor.
Miro por última vez a Noah y sin pensarlo camino hacia la fogata. Todos r&ia
—¿¡En serio!? —dijo Price casi en un grito.—¿Qué esperabas? No soy como esas otras chicas —respondí y él reprimió una risa para luego decir:—Ser una perra es lo mejor.Solté una carcajada y le mire con gracia. Price Evans puede ser una diva en acción.—Ser cómo yo es lo mejor —digo y ambos reímos observando el lago frente a nosotros. Miro a Price de reojo y siento la curiosidad pincharme hasta que decido preguntarlo—. ¿Entonces tú...?Antes de que pudiera terminar él me miro y dijo—: Sí, con una linda universitaria, fue gentil y amable. Pero me has dejado sorprendido tú a mí, ¿Cómo es que aún no? ¿Eres consciente de que estás en tu último año?—Soy consciente de eso, y es precisamente por eso que no confió tan
—Hoy no las podré venir a buscar, su madre me dejo encargada algunas cosas, nos vemos en la noche, ¡Las amo! —grita Joseph y me despido de él antes de cerrar la puerta, tomó a Madeleine de la mano y juntas entramos al instituto.Acompaño a Madde hasta su aula de clases y pronto me dirijo a mi casillero para dejar los cuadernos que no utilizaré por ahora, tomo mi libro de calculo e ignoro las miradas que me echan todos cuando paso por el pasillo para ir a mi aula. Todos me observan y cuchichean algunas cosas, todo por culpa del estúpido vídeo.Entró al salón y para mi muy mala suerte Noah ya está sentado en nuestra mesa. Me siento sin mirarlo o decir nada, aunque puedo sentir el peso de su mirada sobre mí. Dejo mi cuaderno en el escritorio y saco mi móvil.—Alison —oigo su ronca voz llamarme pero no me inmuto.Pienso ignorarlo el tiempo que sea
—¡Apúrate! —grita Vania tomando mí mano, corremos por el pasillo del instituto a toda velocidad.—¡¿Por qué corres tan rápido?! —grito de vuelta mientras jadeo buscando oxígeno.Correr es de lo peor.—Porque llegaremos tarde —espeta como si fuera obvio.—Cálmate.—No, no sabes cómo son —dice, cuando por fin atravesamos la puerta y llegamos a la cancha corriendo como locas.Corremos traspasando al montón de chicos del equipo de fútbol, resistiendo sus miraditas y piropos hasta que por fin llegamos:¡A las pruebas para el equipo de porristas!No lo negaré, anoche me lo pensé mucho cuando Vania fue a mi casa para avisarme y decirme que teníamos que enlistarnos para quedar en el equipo, pero ahora viendo como chicas se preparan, como se estiran, como practican pasos una y
Para cuando da la noche estoy postrada frente a mi armario mirando toda mi ropa. No sé qué ponerme ya que Noah ni se le paso por la mente de decirme a donde iremos y sólo me envió un mensaje diciendo que pasaría por mí a las 7. Bueno, tampoco es como si fuera que recorrer media ciudad, vive frente a mí, ¡Por dios!Miro la hora y ya son las 6:54 pm. A este paso nunca estaré lista.Ya me duche pero no sé qué ponerme.Esto sólo me pasa a mí.Me asomo a la venta cuando lo veo salir con unos vaqueros, una camisa blanca y su chaqueta del equipo de fútbol, el cabello engominado y peinado de lado y unos deportivos blancos.Corro al armario, tomo unos vaqueros, una camisa negra y un jersey del mismo color. Me los pongo a la velocidad de la luz y recojo mi cabello en una coleta, me aplico perfume y tomo mis converse blancas, mi teléfono y salgo co
—¿Qué es este lugar? —suelto apenas nos detenemos frente a una cabaña que queda justo en el bosque, frente al lago al que solemos ir—Es una cabaña, les pertenece a mis padres pero ya hacen varios años que no nos pasamos por aquí. Antes solíamos venir los sábados con Vania y mi hermano... A veces mi madre viene a limpiar u ordenar pero no se queda más que lo necesario —dice y asiento mirando la casa, cuando entramos quedo fascinada... Tiene ese toque acogedor y cálido.Unos sofás frente a una gran chimenea y cuadros y portarretratos en las paredes con una mini Vania y un mini Noah corriendo o haciendo monerías. Una cocina y un pequeño comedor. Miro las escaleras y sin pensarlo subo aprovechando que Noah está tratando de encender la chimenea.Abro puerta tras otra admirando las acogedoras habitaciones y miro al final una puerta de vidrio que a
Para cuando llego a mi casa son las siete de la mañana y tengo que entrar por la ventana si no quiero ser vista.Cierro la ventana detrás de mí y solo quiero tirarme sobre mi cama y descansar, me quito la ropa y me quedo en ropa interior para irme al baño a tomar una larga ducha, pero como sí el destino quisiera arruinar mis planes, mi madre abre la puerta de mi habitación más que histérica.—Se dicen buenos días —digo y ella enarca una ceja mirándome, lleva una coleta alta de la cual no se escapa ni siquiera un mechón de cabello. Como siempre.—No son buenos días, Alison. Arréglate para el instituto. Y por favor, se amable con ella… Me trae los pelos de punta esa… esa chiquilla —dice con voz suave pero con un tono autoritario y se gira para salir de mi habitación.¿Esa chiqui
Me doy un vistazo en el espejo y suspiro frustrada.<<Realmente no me gusto ni a mí misma>>Se supone que me tengo que sentir cómoda pero en vez de eso me siento incomodísima con el vestido que mi madre me compro para la cena de hoy. Sí, cena.Una cena para darle como una especie de “bienvenida”a mi hermanastra, no la he visto en todo lo que ha pasado de día y siendo sincera prefiero que sea así, no la conozco y no deseo hacerlo, no tiene el más mínimo parecido con Joseph pero simplemente prefiero guardarme mis pensamientos para mi sola.No puedo ir simplemente y decirle a Jow: “Sabes, hombre, no me gusta tu hija, hasta miedo me da” No sólo sería vergonzoso para mí, sino que intuyo que a Joseph le sentaría mal que le diga algo así.Cuando mi madre toca la puerta para avisarme
La luz del sol atraviesa mi ventana y me pega justo en el rostro, haciéndome removerme incomoda en mi lugar, abro poco a poco mis ojos y me estiro con algo de flojera. Es entonces cuando siento una respiración justo en mi nuca y me giro para encontrarme a Noah.Está dormido.Sus largas pestañas reposan en sus mejillas, su respiración es lenta y acompasada, su pecho sube y baja lentamente, sus labios entreabiertos y sus mejillas rosadas.Por instinto paso mi dedo por su rostro, siguiendo su contorno, es perfecto. Aún dormido. Acaricio con dulzura sus mejillas y mueve sus parpados con los ojos aún cerrados. De inmediato me detengo y miro como una sonrisa tierna se forma en sus labios.Estúpido. Está despierto.—Por favor, no te detengas —dice y luego abre los ojos. Le sonrió de la misma manera.—No quería despertarte.