Soren estaba encantado recibiendo atención de Lynette, no apartaba su mirada de ella
-No se molestará tu esposo si nos encuentra aquí? - pregunto el intentando obtener información
-No tengo esposo- respondió ella de manera cortante y él no pudo evitar sonreír
-Vives sola?
-Si
-No te da miedo… digo, una mujer tan hermosa, viviendo sola en el bosque
Lynette, levanto la mirada y entrecerró los ojos- no, la gente me teme más a mí, ya sabes lo que dicen…
Soren se sorprendió al escuchar la respuesta de Lynette y casi se cae del banco donde estaba sentado, lo que hizo que Lynette soltara una sonora carcajada
-No me digas que tú también crees que, por este bosque habita una bruja
-No… no… tu eres una?
-jajajaja… podría ser si me enojas… así que pórtate bien
***
Lynette le explico a su sobrina, en realidad no era nada difícil, solo debían sumergirse ambos en el agua y ella esparcir agua sobre la herida en cuestión, solo debía concentrarse y visualizar la herida sanando, les costó un poco convencer a Soren, quien aceptó a regañadientes -Solo concéntrate- dijo Lynette -Eso intento- dijo Amara, tomando agua entre sus manos y dejándola caer en la herida de Soren -Sientes algo? - pregunto William -No… no siento nada -Talvez aun estas muy débil- le dijo Lynette a su sobrina- descansa y lo intentaremos en otra ocasión Amara asintió decepcionada- tal vez sea eso- y caminaron de regreso a la cabaña Al medio día estaban los cuatro comiendo, mientras Lynette compartía algunas anécdotas familiares -Ósea que, ¿todo este tiempo has vivido aquí sola? - pregunto William- ¿cómo es que no te han descubierto? -Tengo mis trucos – respondió ella- en realidad nadie puede llegar hasta aquí, si yo no lo permito -Pero llegamos nosotros- replico Soren- -A mi
Cabalgaron durante todo el día, al anochecer se colocaron varias tiendas de campaña, para descansar, todavía les faltaba un día más, para llegar el reino de Laziria, ya habían cruzado la frontera entre los reinos y debían estar alertas, necesitaban recargar energía para lo que se enfrentarían, Amara permaneció junto a Alastar, tratando de no llamar la atención.Al amanecer continuaron su camino, era un grupo de más de mil hombres, por lo que no pasaban desapercibidos, era casi medio día, cuando una lluvia de flechas los tomo por sorpresa, un batallón de la reina Yelena los estaba atacando.-CUBRANSE!!!- ordeno Alastar, al igual que el resto de los comandantes de los demás batallones- Cierren filas!!! ¡¡¡Escudos arriba!!!Los soldados de Yelena los estaban atacando por varios puntos, al parecer ella no había esperado a que llegaran hasta su castillo, ordeno que atacaran al cruzar la frontera, pero no contaba con que el reino de Cyra tuviera más apoyo, porque los duplicaban en número,
-William, estas bien?... es una flecha envenenada?... -había desesperación y temor en su voz, el asintió, poniéndose de pie -Tranquila, estoy bien… vamos por Yelena – Amara se acercó y olfateo la flecha, se tranquilizó al no encontrar ningún veneno en ella, avanzaron por el salón, buscando a la reina, pero no la encontraron, Alastar tenía a uno de los guardias por el cuello -Donde?... donde esta Yelena???... habla, si quieres conservar tus piernas!!! -exigió Alastar -Les diré… les diré…hay una puerta… escondida detrás de aquel cuadro- dijo señalando un enorme retrato de Yelena -Parece que disfrutaba mucho admirándose -dijo Amara con sorna- vamos hay que tirar ese espantoso cuadro Y en efecto al quitar el enorme retrato, apareció una puerta, la abrieron con cuidado y empezaron a descender, había un largo pasillo de escalones que bajaban, estaba iluminado por algunas antorchas, conforme iban descendiendo se podía sentir un olor desagradable, nauseabundo, olía a humedad y excremento
-Es un honor princesa Amara -dijo Tomas haciendo una reverencia- en nombre de mi padre, el rey de Ozryn, traigo un mensaje de buenaventura para usted y su pueblo, además de la confirmación que cuenta con el apoyo del reino de Ozryn, así como esperamos contar con el apoyo del reino de Laziria, y que podamos continuar con los acuerdos que quedaron suspendidos durante el reinado de Yelena.-Sea bienvenido príncipe Tomas -devolviendo la reverencia- espero que nuestros reinos, puedan convivir en paz y armonía- Eso esperamos nosotros también alteza… los últimos años, hemos tenido algunos problemas con invasiones y robos en las fronteras…-Le puedo asegurar, príncipe Tomas, que eso no volverá a pasar, y que los culpables serán castigados severamente.-No esperaba menos de usted alteza -respondió Tomas con una amplia sonrisaEl príncipe Tomas, no podía quitar la mirada de Amara, William apretando los puños, trataba de controlar los celos, que la presencia del recién llegado le provocaba, po
Lynette ingreso al castillo, y fue llevada donde se encontraban reunidos Amara y William. ¡¡¡Lynette!!! -dijeron los dos al unisonó, sorprendidos al verla -Príncipe William traigo malas noticias, Yelena ha tomado el castillo de Cyra -dijo ella, apoyándose en el umbral de la puerta - No puede ser… y mis padres… ¿qué paso con mis padres? -la furia y la desesperación de William era evidente - Están vivos… pero Yelena los tiene como prisioneros… yo logre escapar, tenía que advertirles -dijo dando unos pasos hacia ellos -Si llega a lastimarlos, yo personalmente me encargare de desollarla -gruño William William caminaba de un lado al otro de salón, gritando y vociferando maldiciones para Yelena -Tenemos que salir para allá, -interrumpió Soren, quien había escuchado todo- Se que podremos derrotarla -Lynette, sabes cuantos soldados están con la m*****a Yelena? -pregunto William -No estoy muy segura… pero creo que son unos trescientos Alastar y Tomas se acercaron al salón al escuchar
- Si lo soy, desde que nací...-respondió sonriendo- ¿no te lo parezco? Ella le devolvió la sonrisa y se quedaron viendo fijamente por largo tiempo, Amara los observaba sonriendo con picardía, decidió dejarlos solos, se despidió, pero ninguno de los dos respondió, ellos ni siquiera notaron que ella había salido. Él se acercó y se sentó de nuevo en la silla al lado de la cama -Te sientes mejor? -pregunto él- ayer tenías mucha fiebre -Si… gracias, me siento mucho mejor, gracias por traerme hasta aquí -No fue nada…-él se puso de pie y volvió a sentarse, indeciso si preguntar o no- No quisiera incomodarte… pero… ayer me dijiste algunas cosas que no entendí, no sé si lo recuerdas, o estabas delirando por la fiebre -Si lo recuerdo, bueno la fiebre no ayudo, tendría que haberme comportando mejor… no quería asustarte -No, no me asustaste, solo despertaste mi curiosidad… a que te referías con eso de que al fin me habías encontrado -No sé si deba decírtelo… -ella se estrujaba las manos ne
-Solo déjalo fluir, no tienes que forzarlo -Lynette tomo la mano de Amara, la sintió temblar, se veía muy nerviosa- estas muy tensa, tienes que relajarte.Amara cerro los ojos, deseaba con todas sus fuerzas ayudar a su padre, pero no sabía muy bien cómo hacerlo, recordó lo bien que se sentía cuando, desde pequeña se escapa para nadar en el rio, recordó también, que cuando se sentía triste o sola, cantaba mientras flotaba sobre el agua y podía sentir una sensación de mucha fuerza y calidez que la hacía sentir plena, llena de luz y feliz.Empezó a tararear una canción, poco a poco se fue relajando y esa sensación de calidez y fuerza la fue llenando, cuando abrió los ojos, tomo un poco de agua entre sus manos y empezó a pasarla de una mano a otra, entonces sucedió algo muy extraño, el agua entre sus manos tomo la forma de una esfera de cristal, el rey la veía sorprendido, Amara, al observar el miedo en los ojos del rey le hablo suavemente para calmarlo.-Papa cierra los ojos, confía en m
Esa noche todos se fueron a descansar, Alastar se mantenía en guardia, todavía no habían tenido noticias del príncipe William y aun le preocupara que Yelena quisiera contraatacar, ella no era de rendirse tan fácil.-Estoy seguro que algo trama -se decía a si mismo Alastar- esa mujer es el mismo demonio, y no creo que este feliz con haber perdido este reino, temo por la vida de la familia real de Cyra, pero temo aún más por mi Amara.Él no pudo dormir, aun cuando uno de los guardias lo relevo para que se fuera a descansar, se la paso caminando en círculos en su habitación, con la certeza de que la guerra contra Yelena todavía no había terminado. El príncipe Tomas, estaba en su habitación, confundido por todo lo que había pasado, su prometida era una especie de bruja buena y la tía, creía que estaban predestinados para estar juntos, no podía negar que Lynette le resultaba muy atractiva y además tenía una sensación muy satisfactoria al estar cerca de ella, su cercanía lo ponía nervioso,