No muy lejos de allí, en una pequeña embarcación, dos hombres observaban atónitos y con lágrimas en los ojos como el barco donde estaba la princesa era consumido por las llamas y se hundía en el océano. -TODAVÍA PODEMOS LLEGAR!! -grito William con lágrimas en los ojos, remando con todas sus fuerzas- talvez ella salto, talvez logro llegar al agua… talvez… -un nudo en la garganta no le permitió continuar, Alastar no decía nada, estaba sumido en su dolor, viendo como el barco casi desaparecía en el horizonte. -William -dijo Alastar con lágrimas en los ojos y colocando una mano sobre su hombro- ese barco voló en mil pedazos… no creo que… -N0, NO TE ATREVAS A DECIRLO!... -grito el príncipe, con demasiado dolor en su voz- ella…ella tiene que estar bien… el agua… el agua la ayuda, el agua la protegió, estoy seguro –en los ojos de William se reflejaba el dolor y la angustia, pero también una leve esperanza, a la que Alastar decidió aferrarse también. -Tienes razón, ella tiene que estar bie
El salón de banquetes estaba elegantemente decorado, la orquesta tocaba hermosas melodías y un ambiente de alegría inundaba todo el lugar, toda la realeza estaba presente, los reyes del lejano oriente, también los reyes de Ozryn y Tomas felizmente acompañado de Lynette, todo el pueblo también se hizo presente. -Tío Tomas!!! –se burló Amara, mientras se acerba a saludar, ganándose una mirada de desaprobación de Tomas- tía Lynette!!! –exclamo abrazando con fuerza a la pelirroja. - Amy, estoy tan contenta de verte!!! - Como estas? ¿Cómo te tratan tus futuros suegros? ¿cómo te recibieron en el reino de Ozryn? - interrogo bombardeando de preguntas a su querida tía. -Bueno, veamos… estoy bien, gracias… los padres de Tomas me tratan muy bien, la reina es muy buena conmigo, me trata como una hija… y aunque estaba muy nerviosa con la respuesta del pueblo de Ozryn, he recibido solo buenos deseos y cariño de parte de todo el reino. -Me alegra tanto escuchar eso, mereces ser feliz, sé que en
-Alteza yo no sé… no se si debería- respondió el aun sorprendido guardia -Amara, creo que deberíamos esperar, o avisar a los reyes y tus papas, -Interrumpió Lynette preocupada- tu no deberías, tú tienes que… -Me parece muy bien, tu haz eso… avísales, yo voy a ver quienes son- dijo saliendo a toda prisa, con la espada del guardia a quien prácticamente le arrebato el arma. Lynette vio preocupada, a su sobrina salir del salón, rápidamente se giró y corrió hasta donde estaban los reyes y Alastar, todos estaban muy sonrientes celebrando y bebiendo, de hecho, parecía que el rey Henry y Alastar ya estaban pasados de copas, con sus rostros enrojecidos y los ojos brillosos. -Qué pasa? - pregunto Alastar intentando ponerse de pie sin éxito, se preocupó al ver llegar a Lynette pálida y agitada -Hay un grupo de personas que dicen ser familia, intentado ingresar… -Como que familia? ¿Familia tuya? ¿No estaban todos muertos? - exclamo Alastar, ahora si poniéndose de pie. -No, bueno, no lo sé,
Amara es una joven hermosa, de piel blanca, con un hermoso cabello castaño que le llega hasta su cintura, ojos verdes esmeralda y un rostro angelical, ella tiene una vida tranquila al lado de su padre, alejados de todos, a su padre nunca le ha gustado que ella se aleje mucho de la cabaña, ni que hable con extraños, pero siendo una joven inquieta y rebelde, siempre se las ingenia para escapar de la vigilancia de su padre y nadar en el rio o escalar árboles. William disfrutaba del hermoso paisaje, cabalgando camino a su castillo del norte, acompañado por su amigo y capitán de la guardia Soren. Iban solos, para no despertar sospechas, ya que habían estado investigando y siguiendo pistas para desenmarañar lo que acontecía en el reino. Su madre había protestado hasta el cansancio, argumentando lo peligroso que podía ser, que para eso tenían guardias, pero William objeto, que un verdadero líder, sabe cómo cuidar de su pueblo y quería resolver este asunto en persona, su padre tampoco estaba
¿Quién soy yo?... quienes son ustedes? – dijo ella – de donde salieron ustedes dos y porque arriesgas la vida por una desconocida, ¿en que estabas pensando? - dijo regañando a William- mírate esa herida necesita atención con urgencia¿No sabes quién es?... él es...- intento decir Soren, molesto por la forma en que la joven se dirigía al príncipe - William, soy William- interrumpió este, rápidamente, ante la mirada extrañada de Soren- …. él es… William y yo soy Soren, a sus pies mi Lady… solo vamos de camino al castillo del norte y no seriamos unos verdaderos caballeros sino rescatáramos a una damisela en apuros.¿Entonces nos dirás quién eres? O me seguirás regañando...ahhgggg – dijo William, intentando levantarseQué crees que haces - dijo ella – no te muevas,
Al amanecer la fiebre había cedido, William abrió los ojos, intento incorporarse pero un mareo se lo impidió, tenía mucha sed, respiro profundo e hizo un esfuerzo, logro sentarse en la cama, todo le daba vueltas, aun no estaba en condiciones de poder levantarse, pero de todos modos lo intentaría, puso los pies en el piso de madera de la cabaña, pero sus piernas no respondieron, justo en el momento en que iba entrando Amara, la chica corrió para intentar sostenerlo, pero él era más alto y pesado que ella, en su intento de sostenerlo ambos cayeron al suelo, William logro girarse un poco para no aplastarla con su peso, quedando los dos abrazados de costado, con sus mejillas rozándose, a milímetros de tocar sus labios, él no se atrevió a moverse para no asustarla, ella intento sacar su brazo de debajo del costado de William, pero este movimiento hizo que sus labios se rozaran brevemente, ella abri
-Entiendo señor, creo que ya he abusado de su hospitalidad-en su mente buscaba la excusa perfecta para no separarse de Amara-No tarda en caer la noche- intervino Amara, que había escuchado la conversación-Puede quedarse hoy, pero mañana tiene que irse, le prepare más medicina- dijo pasándole un vaso con el líquido hecho a base de hiervas- tiene que tomarlo por tres días más.Amara desvió la mirada de su padre, no quería que notara la tristeza en sus ojos, siempre habían sido solo ellos dos, y siempre había bastado, pero ahora sentía que se le partía el corazón, al saber que tendría que separarse de William.Ella no recordaba a su madre, aunque ella había muerto cuando Amara tenía 4 años, desde que ella tenía memoria había vivido sola con su padre, vivían aislados en su cabaña, las pocas v
-Tranquila Serena, no, solo tienes que decirme cuál es su habitación, no te voy a delatar- Serena, salió de la habitación, pensando si había hecho bien en darle esa información a la huésped del príncipe.Pasaron 2 días, el castillo había sido atacado, por dos días y dos noches, Alastar había estado apoyando en los puestos vigilancia, había sido de mucha utilidad, guiando a los militares más jóvenes, Amara había querido participar también, pero había recibido un rotundo NO, tanto de William como de su padre, ella había aprovechado que todos estaban ocupados para ingresar a la habitación del príncipe y buscar el pasadizo escondido, no lo había logrado, pero era una habitación grande, así que sabía que era solo cuestión de tiempo encontrarla.Al amanecer del tercer día, los bandidos hab