Las ruedas del Ferrari rechinando se había escuchado, James ni siquiera espero que el chofer apague el motor del rodado para bajar, habían llegado en un almacén abandonado aparentemente en las afueras de Londres, el hombre que viste completamente de negro abre la puerta digita algo en el reloj que trae en su muñeca el suelo se abre, posteriormente James se pierde en el ascensor subterráneo lo lleva a toda una organización que te conduce a una muerte segura, allí había aproximadamente unos 100 hombres al momento en que ven a James abren otra puerta, posteriormente la vuelven a cerrar dejando al peligroso hombre adentro.Sus ojos negros eran mortalmente fríos, imposible de ocultar el odio y el desprecio en aquella mirada y como no, si por delante de James Campbell se encontraba Andrés Park el hombre que había marcado para siempre de dolor la vida de James al arrebatarle la vida a su hermana y ahora mismo le había causado daño a su amada esposa, James da unos dos pasos más y queda muy ce
James sale de la Sala de Susan, dirigiéndose al área de Neonatología, allí efectivamente se encontraba el Pediatra que al ver a James se había sentido intimidado, como cualquiera que lo veía.— Doctor Campbell — Lo saluda de manera muy respetuosa el Pediatra.— ¿Cuál es la situación? — James mira a Helen dando pequeñas patadas, había subido mucho de peso sus pequeños grados estaban gorditas ya. — La niña ya está en condiciones de abandonar la incubadora, pero es evidente que no va a recibir leche materna, por las condiciones en las que se encuentra su esposa y todos los medicamentos que a diario se le suministra, pero su hija ya está en perfectas condiciones, no presenta ni la más mínima de las complicaciones, cerebro en perfectas condiciones, la sangre está muy bien, afecciones cardíacos nulos, seguiremos con la fórmula, pero ella necesita sentir la cercanía de su madre — Una flecha clavada directamente al corazón de James fue aquello que había escuchado.— Pueden sacarla, yo me enc
Cuando James había vuelto a la habitación de Susan, ella estaba con los ojos cerrados las manos del hombre pican por tocarla por acariciar su rostro suavemente, James solo podía pensar en volver a acariciar a su esposa, en sentir su piel suave bajo sus manos, en besar sus labios y en abrazarla con fuerza. El deseo lo consumía, pero sabía que ahora era imposible. Aun así, no podía evitar anhelar esos momentos de intimidad y conexión que tanto extrañaba. Susan siente la intensidad de la mirada así que abre sus ojos lentamente y James recupera la compostura para evitar incomodar a la mujer.— ¿Se encuentra bien? — Consulta el hombre acercándose a ella — Necesito conversar con usted.— Claro — La pequeña mujer se acomoda mejor.— Déjame ayudarte — James de inmediato se asegura de que su esposa esté bien acomodada.— Gracias Doctor — ella lo mira sin evitar no sonrojarse.— Bien ¿te duele la cabeza? — Susan niega, James escribe — ¿recuerdas tu nombre, algunos sucesos? — James al realizar a
— Estará contigo hasta que lo creas conveniente, te pondré esto aquí, cuando sientas que no puedas solo oprime el botón y alguien vendrá a ayudarte de manera inmediata — James coloca el pequeño teléfono por encima de la mesa.—Muy bien. Gracias — Susan se había sonrojado — ¿Le puedo hacer una pregunta?— Por supuesto Susan — Responde James y aquel evento inglés genera un cosquilleo en ella, pero trata de evitar que el hombre se diera cuenta, lo que Susan no sabía, era que James la conocía perfectamente.— ¿Mis padres no vendrán? — James al escuchar aquella pregunta siente como respirar costaba ¿qué debía de decirle? Bueno su padre estaba cerca, entonces James recuerda que Emilio se había acercado a ella pidiendo una nueva oportunidad para arreglar la situación. — Déjame ver que puedo hacer — Fue la respuesta de James mientras veía como Helen cerraba su pequeño puño, después de dar aquella respuesta el hombre salió de la sala dejando a Susan a solas por primera vez con Helen, no había
Julián la sostuvo evitando su caída, de inmediato la coloca en la cama, en eso James también había llegado mientras Carmen ya cargaba a Helen en brazos.— ¿Qué ha ocurrido? — Pregunta James mientras sus ojos estaban puestos en su esposa — Lleva a Helen a mi Consultorio Carmen — Ordena el hombre mientras se acerca a su mujer y empieza a inspeccionar a Susan.— Carmen me ha indicado que sufría de dolor de cabeza intensa, es probable que algunos fragmentos ya estén regresando a ella — James le revisa los ojos.— Sí, es probable que ya tenga algunos de los recuerdos de regreso eso es un avance — Dice James acariciando el cabello de oro de su mujer, cuando se aparta de ella, Julián se percata de que Susan está reaccionando.— Detente, está reaccionando — James vuelve a darse la vuelta y efectivamente Susan estaba parpadeando y lentamente tratando de acostumbrarse a la luz, hasta que abre por completo los ojos.De inmediato ella se lleva las manos a la cabeza.— ¿Sientes mucho dolor? — la v
— Emilio Lefevbre estará mañana por la tarde en la Villa, solo tiene permitido estar 3 horas con ella después debe de abandonar las instalaciones de la Villa, quiero que posterior a su salida lo vigilen día y noche antes de que una nueva entrada en la Villa se produzca — James tenía puesta los guantes negros mientras estaba por delante de uno de sus hombres de seguridad, el hombre estaba tomando todas las medidas requeridas.Aunque al principio quería llevar a Susan y Helen con él a los Estados Unidos teniendo en cuenta la condición en la que Susan se encontraba lo hizo desistir de manera inmediata de aquella idea.— No tenga dudas de eso Jefe, Emilio Lefevbre estará vigilado las 24 horas del día.— Él no entra a la Villa sin autorización mía incluso si mi mujer pide verlo, no lo hará hasta que yo de ni autorización y si de parte mía no hay autorización, no hay entrada — El hombre asiente entendiendo perfectamente la orden de James — Puedes retirarte. Ya tienes todo claro de como func
ESTADOS UNIDOS El Imponente Edificio del Sanatorio Sacramento le había dado la bienvenida a James Campbell, el Doctor de inmediato se había dirigido a su consultorio al tomar asiento había revisado el reloj faltaban algunos minutos para que su primera cita llegará, James revisa su teléfono celular observando la fotografía que le había tomado a Helen, no había dudas de que las únicas personas que podían despertar la dulzura de James Campbell eran su mujer y su hija, justo en ese momento habían tocado la puerta y el Guardaespaldas abre, James vio a su suegra, Gabriela Lefebvre no era aquella mujer arrogante que él había visto meses atrás, era evidente que la mujer se sintió intimidada por su Yerno.— Señor Campbell — Gabriela incluso tenía miedo de hablar.— Tome asiento Señora, tenemos algunos asuntos importantes que tratar.— ¿Lo he ofendido en algo? — Pregunta con temor imposible de ocultar la mujer.— No lo ha hecho y espero que nunca lo haga señora ¿sabe quién soy?— Sí, uno de lo
— ¿Cómo está la Señora? — pregunta Carmen muy preocupada por el estado de salud de Susan — Cuando la encontré en el suelo me había asustado bastante, yo estaba con la niña, ya que justamente se había despertado y cuando baje la había encontrado en el suelo.— ¿Que órdenes dejo James para el interior de la casa? —Pregunta Julián.— Qué ninguna de las empleadas debe de acercarse a la señora — Carmen se había descuidado y no se ha percatado de lo que verdaderamente ha ocurrido con Susan.— ¿Y ninguna se ha acercado a ella? — Julián quería estar seguro si este desmayo era por algunos fragmentos de recuerdo o su cerebro no ha soportado una sobrecarga de información que para Susan no era buen visto, ocasionando su descompensación, Julián es consciente de que el único que puede sostener esta situación era James, el doctor no veía la hora del regreso de su amigo.— No Doctor, ninguna de las chicas se ha acercado a ella, puesto que la señora estaba en el Jardín y allí no estaba nadie — James