Al día siguiente Susan se encontraba prendiendo los botones de la camisa blanca con Helen observando a mamá. — Buenos días, hija — Gabriela entra en la habitación — Te ves muy hermosa, cariño. — Gracias mamá, hoy tengo una reunión como la Señora Durim — Susan sonríe al decir aquello. — Mi pequeña Susan, yo sé que estás sufriendo por la situación con James — Gabriela ya levanta en brazos a Helen mientras conversa con su hija. — Claro mamá, cómo podría yo estar bien sabiendo que mi marido está en otra casa con otra mujer que dice ser su prometida, que tiene un poder hipnótico en él. — Susan, pero sabemos que la hipnosis no anula la voluntad y el control personal, James viene a ti su voluntad está contigo, sabemos que la mente olvida, pero el corazón no cariño. — Ya lo sé mamá, pero de todos modos tengo miedo de que en realidad James no vuelva a recordar que me ama y que soy su esposa. — Mi pequeña Susan, no tienes por qué preocuparte por eso y ya es hora de ir al trabajo,
Delia estaba por delante de su padre, y otro hombre que no era el tío de James — Esto se me está saliendo de las manos, supuse que con la Hipnosis podría mantener a James Campbell comiendo de la palma de mis manos, pero no estoy ni siquiera logrando nada, ni siquiera del tamaño del dedo meñique y mi tiempo se está acabando, lo que prepare meticulosamente no está funcionando, ni siquiera se nada de mi hermana. — ¿Qué te dice Héctor? — Le pregunta Su padre. — Que esperemos unos días más, pero si algo se complica yo no podré tener más acercamientos a James, hemos liquidado todo el personal hemos puesto a personas incapaces para manejar todo a nuestro antojo, pero con James prácticamente es imposible. — Es imposible que el hombre no tenga alguna debilidad, algo debe de tener oculto — En eso una mujer rubia entra era la mesera — James Campbell no puede tener todo perfectamente oculto. La mesera pierde la fuerza para sostener lo que traía al escuchar el nombre de James Campbell. —¿Qué
— No estoy entendiendo de que estás hablando amor — La mujer realiza el pobre intento de lograr que James no viera más allá de lo que ella quería que se viera. — No se nota, te siento ansiosa — Sus ojos eran de un negro noche profundo — Se me quitaron las ganas de hablar de contigo, nos vemos en la Villa. — No pienso irme hasta que no arreglemos esta situación —Delia tampoco estaba dispuesta a dejar ir a James. —¿Qué parte de que ya no quiero hablar contigo no entiendes? — El hombre se coloca de pie. — James mi amor, por favor no seas tan duro conmigo — Antes de que Delia continuará hablando el teléfono de la mujer suena, pero James la estaba observando así que prefiere no contestar. — ¿No vas a contestar? — La voz del hombre había cambiado mínimamente y Delia se había percatado de aquello — Quizás sea uno de los hombres con quien tienes las agallas de salir ¿Piensas que soy estúpido? Déjame decirte que te veo siempre salir. — No necesito contestar ninguna llamada y a veces salg
Después de 90 minutos aproximadamente James de aquel lugar, el hombre se dirige esta vez a su despacho, cuando James cierra la puerta unos minutos después Delia empieza a descender por las escaleras, a la vista de la mujer no estaba ninguna empleada, ella escucha que el timbre suena allí una de las mucamas va corriendo a abrir la puerta, uno de los hombres entrega un sobre que es entregado a Delia, a simple vista parece ser una invitación. — Retírate — Ordena Delia de mala manera, después abre el sobre, efectivamente era una tarjeta de invitación. — ¿Qué estás leyendo? — La voz de James la asusta, la mujer se lleva las manos a la altura del pecho. — Es una invitación para estar este fin de semana en un Crucero, los Carson invitan a festejar 25 años de Fundación de su Empresa — James no demuestra mucho interés. — ¿Quieres ir? — Delia se sorprendió de la suavidad en la voz del hombre. — ¿Querrás ir conmigo? — Le pregunta ella con timidez. — Claro ¿por qué no querría ir con mi prom
— Mamá, te encargo a Helen solo será por unas horas mientras hablo con Sandra — Susan necesitaba hablar con su hermana, pero no tenía la seguridad de dejarla entrar en el departamento razón por la cual prefiere que se vean en otro sitio. — Claro hija — Gabriela toma en brazos a su nieta y continua alimentando a Helen mientras Susan abandona la cocina, toma su bolso y se dispone a salir del departamento, Leandro la intercepta en el camino. — Señora, sus Guardaespaldas estarán en la cercanía por si llega a presentarse alguna eventualidad. — Gracias Leandro — Susan continua con su camino, hasta que en su campo de visión entra el vehículo en el que se encuentra su hermana, la mujer detiene sus pasos deja escapar un suspiro profundo antes de avanzar, la puerta es abierta por ella misma adentrándose en el interior del automóvil, Sandra también sentía la tensión en sus hombros ante la llegada de su hermana. — ¿Cómo estás, Sandra? — Fue Susan la primera en hablar. — Bien Susan — Sandra n
— Tal parece que voy a encontrarte en cada momento de mi vida — dice Delia con maldad en su mirada.— La mala suerte que atraigo porque déjame decirte que no tengo ni la más mínima de las intenciones de verte, señor Campbell no digo lo mismo para usted, que tengan un buen resto de jornada — Susan pudo sentir que los ojos negros tenían una muy baja intensidad, mientras Sandra se mantuvo al margen, pero con la duda flotando en su mente, Dalia estaba con James, bueno aquel era el pensamiento de Sandra, ya que Delia y Dalia era dos gotas de agua, eran gemelas.— Supongo que su marido está cerca, salúdeme a Robert — el acento inglés de James como siempre sensual y cautivador.— Se equivoca, mi marido está de viaje nada más estoy disfrutando de un día entre hermanas Susan analiza la reacción del hombre, pero siente que James se muestra demasiado indiferente ante ella.— A nadie le importa que usted esté teniendo un día con su hermana.— ¿Qué le pasa? Claramente que a su acompañante si le im
Después de su llegada Susan se había ido con Helen en la habitación, la pequeña niña parecía sentir el temor de su madre, los ojos de Susan tenía lágrimas. — Perdóname mi amor — Susurra la pequeña mujer, acariciando el rostro de Helen —Perdóname por llorar delante de ti, pero tengo miedo, tengo miedo de que papá después de hablar con él tome la decisión de apartarnos de su lado, es por eso que antes de hablar con él voy a enviarte en un lugar seguro a ti, porque lo conozco, sé que clase de persona es y estando bajo un efecto de aquella magnitud me da temor de que reaccione de una mala manera y tome la decisión de separarme de ti, tengo miedo de perderte a ti y miedo de perderlo a él, siento que los malos esta noche dieron tres pasos y yo retrocede 10 — Una lágrima resbalaba por el pequeño y perfecto rostro de Susan, aunque de inmediato lo había secado con la mano, Helen miraba a su madre atentamente. La mujer cargó a la bebé en brazos y se acomodó con ella en el sofá, arrullo a Hele
Susan apenas estaba abriendo los ojos cuando escucha el timbre del celular confundida la mujer lo toma, pero al ver de quien se trataba la llamada entrante sin duda ella cuelga y coloca en silencio, el reloj marcaba las 5 de la mañana recientemente, Susan observa a Helen durmiendo plácidamente después de cambiarla y haberla alimentado, la luz de la pantalla vuelven a encenderse varias veces, no obstante la mujer no le había hecho caso acomodándose nuevamente al lado de su hija, entre tanto James sostenía con fuerza el teléfono molesto por haber sido ignorado por la mujer en todas las llamadas. — Por qué no duermes en la habitación? Pensé que ibas a dormir conmigo. — Lo siento, pero no quería acostarme aún y mucho menos quería molestarte. — Estuviste prácticamente durante toda la noche en el balcón. — Necesitaba del aire fresco, regresa a la cama Dalia. — Yo quiero dormir contigo — Ella se escuchaba como una niña caprichosa. — Tendremos toda una vida para dormir juntos además te