A pesar de la decisión, Rayito no se sentía muy contenta, porque le molestaba que Nataniel no la hubiera apoyado, además había otras soluciones, él podría haberse ido a estudiar allá también y así se hubieran podido mantenerse juntos, o bien alternarse para viajar, pero él prefirió sacar el hacha de la pelea, pensó suspirando con frustración mientras movía sus manos con rapidez, sacando de su armario algunas prendas de vestir que se llevaría, la ropa interior de los cajones del Closet, sus zapatos, también cuadernos y libros de la pequeña biblioteca que tenía en la habitación.Una vez que la maleta estuvo lista, caminó hacia el balcón y comenzó a observar los amplios jardines, a escuchar los sonidos de los animales, respiró profundo impregnándose del agradable olor de madera, y del dulce olor a flores silvestres.Iba a extrañar esa casa, sus jardines, porque ese había sido su hogar desde que llegó allí de cuatro años, solo esperaba que pudiera regresar pronto y que Natán se contentar
Rayito llegó a su apartamento después de la gran fiesta que la marca de lencería había hecho en su honor, se quitó los tacones y se soltó el cabello. Miró a su abuela, quien la observaba con atención. Rayito se sentó en el sofá y respiró profundamente, su expresión era una mezcla de tristeza y cansancio.—¿Qué pasa, mi niña? —preguntó la abuela con suavidad—. No te veo feliz. ¿Qué te pasa?Rayito tomó una profunda bocanada de aire, se apoyó en el respaldo del sofá y cerró los ojos.—Realmente no lo sé, abuela. Me siento abrumada y cansada. Todo esto de la fama y el modelaje es agotador, he salido en las portadas de las mejores revistas del mundo, en todos los medios de comunicación social, no hay nadie en el mundo que no me conozca, pese a ello me pregunto si todo esto ha valido la pena, si estuvo bien alejarme del cariño y de la protección de mis padres y hermanos, incluso de Nataniel —respondió Rayito, con voz cansada—, me siento vacía abuela, no soy feliz, es lo mismo día tras día
Nataniel no podía creer lo que veían sus ojos, Kaire recibiendo comida en su boca de otro hombre, ¿Acaso se le olvidó el pacto que habían hecho cuando eran niños? ¿O será que como eran muy niños esas promesas no tenían validez para ella? Le costaba creer que mientras él esperaba atención de Rayito, ella estaba coqueteando con otros. Había sido paciente, esperando durante más de cinco años que ella tuviera tiempo para dedicarle a la relación, pero no más.Cuando la llamaba siempre estaba ocupada, de viaje o con presentaciones, los primeros meses la justificaba diciendo que quizás, debía acoplarse y ajustar sus horarios, adaptarse a una nueva vida, cultura, pero el tiempo pasó y nada cambió, las cosas se fueron complicando más.Las llamadas fueron cada vez más esporádicas, y las pocas eran de madrugada, la relación de amistad, porque eso era lo que tenían hasta entonces, se fue enfriando, luego salieron los rumores de la relación de ella con un modelo, no las creyó, ni siquiera sintió l
Nataniel se despertó por el sonido incesante de su celular repicando, abrió los ojos lentamente y sintió el fuerte dolor de cabeza que lo aquejaba, incluso estaba tratando de contener lo revuelto de su estómago para no terminar vomitando.Lo tomó con la mano temblorosa, casi con miedo de ver quién lo estaba llamando tan exageradamente temprano. Cuando vio la pantalla del móvil, se dio cuenta sorprendido que se trataba de Yasmina, la prima de su amigo.—¿Hola? —contestó con voz ronca.—¡Nataniel! —exclamó ella emocionada—, te llamo para darte los buenos días y decirte que soy la mujer más feliz del mundo.Nataniel frunció el ceño sin entender.—¡¿Cómo?! —preguntó confundido.—¿Acaso no recuerdas o estás bromeando conmigo? Porque no puedo creer que te parezca indiferente que ¡Somos novios! —exclamó la joven sin poder contener esa explosión de alegría.—¿Qué estás diciendo Yasmina? ¿Acaso estás de broma? —preguntó él con una sensación de nerviosismo en su estómago, lo que vino a empeorar
Nataniel caminó con Yasmina tomándola de la mano hacia el estacionamiento, le abrió la puerta del auto y la hizo subir.Tenía la sensación como si alguien le estuviera apretando la garganta, tanto así que debió aflojarse los botones del cuello de la camisa, se sentía demasiado, incómodo, nervioso, con miedo de lo que estaba por pasar. Una parte de él quería experimentar ese momento, pero su mente no podía parar de pensar en Rayito. Ella había sido el centro de su mundo desde que tenía uso de razón y, si alguna vez pensó en dar ese paso, creyó que sería con ella cuando fueran esposos, pero ahora estaba allí con alguien que no era ella. Se preguntó si estaba haciendo lo correcto, si era esto lo que realmente quería.Él subió al auto y enseguida Yasmina estrechó su mano contra la suya, antes de poner en marcha al auto se giró para mirarla y vio que la expresión de ella complacida.—Te juro que no quepo de la emoción ¿Sabes cuántas veces imaginé este momento? —expresó sin dejar de sonre
Rayito había llegado hacía pocas horas atrás, pero como estaba muy tarde decidió hospedarse en un hotel y al día siguiente ir a su casa. Aunque era tarde, decidió bajar al Restaurante para comer algo, porque durante todo el día, no se había alimentado bien.Por eso cuando se paró y vio a Nataniel frente a ella, no pudo evitar sorprenderse, incluso se sintió emocionada, porque eso significaba que a pesar de estar a punto de comprometerse con otra seguía pensando en ella, sin embargo, esa hipótesis quedó desechada cuando lo escuchó pedirle perdón y desmayarse.Corrió hacia él, le sostuvo con cuidado la cabeza, mientras paraba el ascensor, vio a ver si veía a alguien para que le prestara ayuda, pero no encontró a nadie.—Por favor Nataniel mi amor, despierta ¿Por qué te desmayaste? —le dijo con suavidad dándole pequeños golpecitos en el rostro, porque aunque sabía que estaba a punto de comprometerse con otra, estaba claro que eso se había dado producto de su indiferencia y abandono.Sin
Nataniel se quedó por un momento viendo la puerta y decidió salir hasta su auto, ni loco, iba a regresar a la habitación con Yasmina, se subió y se quedó allí vigilando, como si estuviera esperando a alguien o algo, no sabía por qué razón lo había hecho, pero aunque podía irse, algo le impidió hacerlo, temía que Rayito saliera a verse con alguien, porque ella se lo había dejado claro.Una media hora después, vio salir a Kaire con un ajustado vestido negro, para luego subir a un taxi.—¿Dónde crees que vas? —dijo en voz alta para sí mismo y enseguida comenzó a seguir al taxi.Nataniel se quedó en el coche, observando hasta que vio salir a Rayito y subir a un taxi. Lo siguió hasta que se detuvo en un club nocturno. Vio como la chica salía del taxi y entraba.Dio la vuelta a la manzana buscando un lugar donde aparcar. Todos los sitios parecían ocupados, pero entonces vio un pequeño hueco entre otros dos coches y se apresuró a meter el suyo. Se bajó y se dirigió lentamente hacia el edi
Nataniel y Rayito se quedaron parados, mirando la mancha de sangre en la cama, con los ojos agrandados por la sorpresa. No podían recordar nada de lo que había sucedido la noche anterior, es como si los recuerdos hubiesen sido borrados de un plumazo, pero la evidencia en la cama no dejaba lugar a dudas de lo que había ocurrido.Rayito salió corriendo al espejo y comenzó a revisarse, vio chupones en su cuello, en sus senos y un gemido de angustia salió de su boca.—Esto no puede ser ¡Oh por Dios! Tuve sex0 con Nataniel y ni me recuerdo —susurró sorprendida.Por su parte, Nataniel tratando de mantener la calma, buscó sus ropas y comenzó a vestirse apresuradamente. Rayito hizo lo mismo, moviéndose con torpeza debido al fuerte dolor de cabeza y acercándose a la cama.—No puedo creer que hayamos hecho esto —dijo Rayito, con voz temblorosa.—Yo tampoco —respondió Nataniel, cerrando los ojos con fuerza.No quería pensar en las consecuencias de lo que había sucedido.—¿Qué vamos a hacer ahor