Aníbal besó a Alena con una pasión desbordante, no había parte de su cuerpo que no recorriera no solo con sus manos, sino también con su lengua. Estaba tan enamorado de ella que no podía resistirse a sus encantos, esa mujer se había filtrado en lo más profundo de su corazón, no supo cómo, solo sabía que había llegado allí para quedarse.La pasión que sentía entre sus brazos era aún más fuerte y ardiente que el fuego que ardía en su corazón. La besó con fuerza y profundidad, como si su vida dependiera de ello. Besaba cada lugar de su cuerpo con una absoluta pasión y devoción, de sus mejillas a sus labios, de sus orejas a su cuello, sus cabellos, estaba totalmente volcado a ella a hacerla sentir las más excelsas de emociones.Sus manos se movían con dulzura por su cuerpo, acariciando suavemente su piel. Deslizaba sus dedos por sus piernas, su espalda, sus hombros y su cuello. Se sentía encantado de la suavidad de su piel y no podía dejar de besarla. Sus besos eran cálidos y tiernos, ll
Julián y Erika, a pesar de estar deseosos por estar juntos, decidieron pasar antes por las habitaciones de sus hijos, fueron primero a la de Salva, se pararon de manera silenciosa en la puerta del dormitorio, tomados del brazo, mirando el mundo resplandeciente que había dentro y allí encontraron a Santiago y a Nataniel, estaban profundamente dormidos.—Creo que la velada los agotó por completo, están en coma —dijo Julián sonriendo, refiriéndose a que estaban totalmente dormidos.—Viéndolos así, cualquiera creería que son unos angelitos, pero nosotros sabemos los diablitos que pueden llegar a ser estas criaturas —habló Erika sin dejar de observarlos orgullosa. La luz de la lamparilla de noche proyectaba sutiles sombras en las paredes, apenas iluminando los brillantes colores y formas que llenaban la habitación. Los juguetes brillaban suavemente en una esquina.—Como estos pequeños están bien, veamos ahora a nuestra pequeña, Rayito.Salieron de la habitación apagando las luces y entra
Alena se miró por última vez en el espejo, se arregló un mechón rebelde que había caído de su peinado, con cuidado se la acomodó, procurando no estropear la trenza ornamentada en la coronilla que se entrecruzaban en la circunferencia de su cabeza. Satisfecha, se volvió y sonrió a su reflejo. De pronto escuchó una risita detrás de ella y su hijo estaba sentado allí, en la silla de ruedas, aunque ya caminaba, solo daba pocos pasos. Llevaba ropa de etiqueta, parecía un hermoso y elegante caballero, sostenía entre sus manos una almohada sobre la que había dos anillos de boda. —Mi hermoso hombrecito —dijo, con una voz llena de amor y orgullo. Sabía que para él también sería un día especial, así que le tomó las manos y se las besó. Él la miró con adoración y ella cogió su almohada y lo abrazó con fuerza. —Vamos mami, ¡Apúrate! Ya quiero que te cases con mi padre rápido, ¿vale? —susurró.Ella asintió y le dio un último beso en la coronilla antes de soltarlo. Cogió el velo, se lo puso sob
Erika estaba en el baño de la mansión, arrodillada frente al inodoro, con la cabeza apoyada en el borde del mismo. Julián, su esposo, se encontraba a su lado, sosteniendo sus cabellos con una mano y acariciándole la espalda con la otra. Erika tenía los ojos cerrados y la respiración agitada, mientras que el hombre estaba visiblemente preocupado.—¿Estás bien, mi amor? —preguntó, sin poder evitar que cientos de escenarios sobre el padecimiento de Erika pasaran por su mente.Erika no dejaba de vomitar, le hizo una seña para pedirle que se fuera, hasta que por fin logró hablar.—No, no estoy bien. No puedo dejar de vomitar, pero no quiero que me veas así, esto es tan desagradablemente asqueroso —le dijo a punto de sollozar.Julián siguió sosteniéndole el cabello, negando con la cabeza y oponiéndose a salir de allí.—No me voy a ir ¿Acaso crees que te abandonaré ante la primera dificultad? —inquirió sin dejar de sostenerle el cabello—, solo debes permanecer tranquila, mi amor, ya verás qu
Erika y Alena habían estado esperando por este momento, durante los últimos ocho meses, desde el mismo día en que se enteraron de que estaban embarazadas, todos sus planes y objetivos habían cambiado drásticamente, porque la familia aumentaría y siempre un nuevo bebé traía cambios grandes en sus vidas.Las dos coincidieron en la emergencia del hospital, a pesar de las contracciones, las dos se acercaron y se abrazaron una a las otra dándose ánimos.No sabían cuál de ellas iba a dar a luz primero, pero eso no les impedía compartir la misma alegría. Se apoyaron la una a la otra, mientras esperaban impacientes por el nacimiento de sus bebés. Erika y Alena habían decidido no conocer el sexo de sus niños hasta el momento en que nacieran, querían que fuera una sorpresa para todos ellos y para sus parejas. Estaban emocionadas y ansiosas por conocer a sus pequeños.Durante todo el tiempo del embarazo, los niños habían estado bastante animados y contentos, haciendo planes con los bebés y comp
Conquistando a mi primer amor.SinopsisKaire del Pino y Nataniel Lemus habían sido los mejores amigos de la infancia, y de adolescentes eran inseparables, prácticamente no podía vivir uno sin el otro, hasta que ella decide irse a otro país tras su sueño de ser una modelo reconocida internacionalmente.Todos daban por sentado que terminarían formando una linda pareja, sin embargo, unos años después todos se sorprenden cuando el chico anuncia su compromiso con otra joven, pero Kaire no va a dejar que incumpla su promesa de cuando tenía cinco años y está dispuesta a hacerlo recordar y conquistar el corazón de su primer amor. ¿Qué será capaz de hacer Rayito para conquistar a Natán? ¿Podrá recordar el por fin su promesa de niños?Capítulo 1. Una disputa.Diez años después.Rayito se había convertido en una de las modelos juveniles más populares y reconocidas de su país, estaba en la industria de la moda desde que tenía escasos catorce años, y ahora con tan solo dieciséis, su carrera estab
A pesar de la decisión, Rayito no se sentía muy contenta, porque le molestaba que Nataniel no la hubiera apoyado, además había otras soluciones, él podría haberse ido a estudiar allá también y así se hubieran podido mantenerse juntos, o bien alternarse para viajar, pero él prefirió sacar el hacha de la pelea, pensó suspirando con frustración mientras movía sus manos con rapidez, sacando de su armario algunas prendas de vestir que se llevaría, la ropa interior de los cajones del Closet, sus zapatos, también cuadernos y libros de la pequeña biblioteca que tenía en la habitación.Una vez que la maleta estuvo lista, caminó hacia el balcón y comenzó a observar los amplios jardines, a escuchar los sonidos de los animales, respiró profundo impregnándose del agradable olor de madera, y del dulce olor a flores silvestres.Iba a extrañar esa casa, sus jardines, porque ese había sido su hogar desde que llegó allí de cuatro años, solo esperaba que pudiera regresar pronto y que Natán se contentar
Rayito llegó a su apartamento después de la gran fiesta que la marca de lencería había hecho en su honor, se quitó los tacones y se soltó el cabello. Miró a su abuela, quien la observaba con atención. Rayito se sentó en el sofá y respiró profundamente, su expresión era una mezcla de tristeza y cansancio.—¿Qué pasa, mi niña? —preguntó la abuela con suavidad—. No te veo feliz. ¿Qué te pasa?Rayito tomó una profunda bocanada de aire, se apoyó en el respaldo del sofá y cerró los ojos.—Realmente no lo sé, abuela. Me siento abrumada y cansada. Todo esto de la fama y el modelaje es agotador, he salido en las portadas de las mejores revistas del mundo, en todos los medios de comunicación social, no hay nadie en el mundo que no me conozca, pese a ello me pregunto si todo esto ha valido la pena, si estuvo bien alejarme del cariño y de la protección de mis padres y hermanos, incluso de Nataniel —respondió Rayito, con voz cansada—, me siento vacía abuela, no soy feliz, es lo mismo día tras día