Hola lobos de corazón. Les dejo este apartado para anunciarles que el tercer libro estará aquí mismo. Formará parte de Alpha Ikender, puesto que es su continuación. De esta manera será más fácil para ustedes leerlo, de forma corrida. Espero que les guste la historia de Elián y Alderin, tanto como a mí.
También veremos personajes de la entrega pasada, como Ikender, Christopher y sobre todo, la presencia de Amara, Hija del segundo Alpha Supremo.
En el aullido del Alpha se desglosará mejor la historia de cada hombre lobo. Y sí, debo decir que romperé un par de corazones con esta tercera novela.
¿Pero qué es el amor sin un poco de dolor? Bueno vamos a descubrirlo.
Sinópsis. Elián es el Alpha de la manada Deep shine, un hombre bastante serio y reservado, nunca deja ver sus sentimientos. Alderin es una chica tranquila, pero guarda un triste secreto que vive atormentandola desde los quince años. Ahora que ha cumplido la mayoría de edad, y después de no poder continuar la universidad por problemas económicos, trabaja en un auto-servicio. Claro, todo cambia cuando un sujeto de cabellos plata y un tanto largos se convierte en su sombra protectora, salvándola de un incendio. Elián a perdido mucho en su vida. Ni siquiera quiere una pareja. Aldefin es dulce, tierna, delicada, cometió un acto horrible hacía quien más amaba. En esta historia el único villano, es quien duerme a tu lado. Elián
•Al Mando• —¿Así que Nelson se niega a entregar a los Omegas?— Pregunté mirando la fuente de mi madre colocada en el jardín principal.—Mandamos a los guerreros del sector «B» pero sus lobos...—Levanté mi mano haciéndole una señal para que parase. —Sabes que odio las escusasWilliam—. Respiré profundo, mi beta seguía de pie con la mirada baja. No me gustaba viajar, y sabia que ahora debía hacer una pequeña excepción. —Arregla todo, dile a Santer que viajaremos a Canadá, yo mismo liberaré a esos Omegas.—Como ordené Alpha.Mi beta salió de la habitación preparando todo. Era tan deplorable ver cómo otros Alphas usaban su poder contra los más débiles, y aún más sabiendo que estos pertenecen a la manada Deep shine, cuando mi padre me cedió su puesto le prometí que cuidaría de su gente como nadie más lo a hecho en los últimos siglos. Tomé la espada de plata que yacía a un lado de mi escritorio. Era él único licántropo inmune a ella, no me dañaba en lo más mínimo. Ningún primogénito con
•Miedo•—Llegas cinco minutos tardeAlderin— rodé los ojos colocándome la gorra de mi uniforme. —Lo sé Tomy, además, ¿cuando piensa tu padre cambiar el uniforme?, odio esta falda negra, y también odio la camiseta amarilla.—Llevas quejándote desde el año pasado, agradece que mi padre no puso como vestuario una botarga de dinosaurio— me crucé de brazos entrecerrando los ojos.—Oh vamos, es gracioso— empezó a reírse.—Si, muy gracioso— mencioné molesta yendo hacia mi puesto. —¿Que tal amaneció la pequeña lombriz?—Austin no estoy de ánimos— resoplé bajo. —¿Y eso?—preguntó mi mejor amigo. —La empresa para la que trabajaba mi papá quebró, van a darle su baja. —Oh Alderin, no siento mucho.—Tendré dinero para cubrir el alquiler de la casa este mes pero, no se que pasara después, espero que él logré encontrar otro empleo. Tenía tres años viviendo con mi padre, los últimos meses habían sido buenos. Encontré fantasy ice cream para trabajar, así ayudaría en los gastos de la casa y podrí
•Brillo Celeste• —¿Y esta cabaña?— Le pregunté a William de brazos cruzados. —La alquilé por un par de días, es grandiosa cierto, esa escoria humana sabe hacer cosas buenas— le gruñí. —No me gusta que te refieras a ellos de esa forma. —Bueno, solo digo la verdad. Son egoístas, perjuicios y débiles— negué con la cabeza. Siglos atrás, sus padres murieron a manos de un grupo de humanos. Los cazaron por temor, dejando a un pobre niño huérfano. —Bueno cambiate iremos a pasear por allí, con suerte me encontraré a alguna vampira, de esas que aparentan ser humanas— Murmuró emocionado sacando un cambio nuevo de ropa de su maleta. —Tu ya tienes mate William, no lo olvides— mi comentario pareció causarle molestias ya que aventó el equipaje a un lado. —Esa niña no es mi mate, la rechacé y ella me rechazó. A parte, jamás sería mate de un intento de loba. Ni aunque su padre sea Ikender Castler— resoplé. Jamás entendería como alguien podía rechazar al amor de su vida. A la razón de su e
•Simetría• Sentía un fuerte dolor de cabeza, poco a poco fuí abriendo los ojos, sin embargo los cerré con fuerza, aún no me acostumbraba a la luz. «¿En donde estoy» Respiré profundo llevándome el olor de productos de limpieza a la nariz. «¿Productos de limpieza?» Abrí mis ojos con fuerza, estaba en una habitación de hospital. En ese instante una enfermera abrió la puerta. —Hola señorita Moore. Que bien que ya despertó. ¿Cómo se siente?— parpadeé confundida.—Bien yo, solo me duele un poco la cabeza, ¿Qué fue lo que pasó?—Bueno, Fantasty ice Cream, estalló, por suerte su novio logró sacarla a tiempo y traerla para recibir ayuda. Sufrió una pequeña contusión en la cabeza, inhaló una considerable cantidad de humo, sin embargo logramos ponerla fuera de peligro. Tragué en seco tratando de recordar todo. —¿Mi novio?— le pregunté confundida. —Si, el joven de cabellos plateados y largos— esto debía ser un error, no conocía a nadie con esas características.«Austin» —¡¿Y Austin?! Ha
•Fragmento• ( Capítulo corto) —¿Porque has estado tan pensativo mi niño?— un suspiro largo sale de mi garganta. Milena se para a un lado. Desde que llegué no he salido de mi despacho, suelo mirar el jardín principal durante horas. Escuchar las pequeñas avecillas cantar, ver cómo beben agua desde la fuente. —Hace una semana encontré a mi mate— respondo sin apartar la vista del ventanal. —¡¿Que?! ¿Cómo fue?, ¿Dónde está?— sonrío de lado, sabía que la noticia la pondría de está manera.—En Canadá, la conocí cuando fuí a la manada de Nelson.—Oh, entonces pertenece a su manada— negué con la cabeza. Esta vez me di la vuelta para mirarla.—No Milena, ella no es una loba, es una humana, y de hecho, la salvé de morir en un incendio en el local donde trabajaba— La mujer que siempre me a visto como un hijo, frunce el ceño confundida. Con pasos lentos y algo torpes se sienta en el sofá de la habitación. —¿Cómo?, Pensé que ustedes no podían tener un mate que no fuese de su misma especie— re
•De excursión• No dejaba de pensar en lo que Austin me contó. Aunque no dejaba de ser un simple relato de un libro. Habían leído una historia en una página de lectores. Su nombre era: Mi Luna, escrita por Andrea Ramos, autora británica. ¡Pero era ridículo!, se estaban dejando influenciar por un libro que les encantó. Y no era más que eso, un libro de fantasía. El chico que me salvó no volvió a aparecer en las últimas semanas, ni siquiera dió indicios de ello. Quizá solo quería asustarme o, yo que sé.El padre de Tomy se encargó de todos los gatos. He incluso nos indemizo con una cierta cantidad de dinero en lo que reparaban la heladería. Austin había entrado a trabajar en otra de sus sucursales pero, ciertamente aún me venía un poco afectada por lo ocurrido. Esté fin de semana llevaríamos a cabo una excursión, acamparemos y trataré de relajarme m Justamente me encontraba arreglando todo en mi mochila y bolso. —Hola cariño, ¿puedo pasar?— preguntó mi padre detrás de la puerta.
•Cautiva• Desde lejos observé como Sander la tomó en brazos, mientras que William, Clark y Niol se encargaban de sus amigos. — Elián, ¿no crees que esto es demasiados exagerado?, Secuestrar a tres adolescentes en una excursión— cuestionó el rubio dándome a la castaña. Respiré profundo llevándome su dulce olor a mi sistema. —Mañana ellos podrán regresar, pero ella no. No dejen rastros— ordené dándome la vuelta. —El portal está abierto, ¿ella es tu mate?— mi querida Malena se ofreció a ayudarnos, con su habilidad podíamos llegar a la casa sin necesidad de exponernos. —Asi es, ella es nuestra Luna. Me adentré al portal viendo como acataban mis órdenes, desapareciendo todo rastro de los chicos. «Lamento que sea así pequeña niña, pero tú bonita, eres mía» Aparecimos en la casa de Louisiana. Respiré profundo caminando hacia las escaleras. La subiría hacía nuestra habitación.—Elián— paré en seco al escuchar el llamado de mi guardiana. —¿Crees que esto es correcto?— sonreí sin darm