•Brillo Celeste• —¿Y esta cabaña?— Le pregunté a William de brazos cruzados. —La alquilé por un par de días, es grandiosa cierto, esa escoria humana sabe hacer cosas buenas— le gruñí. —No me gusta que te refieras a ellos de esa forma. —Bueno, solo digo la verdad. Son egoístas, perjuicios y débiles— negué con la cabeza. Siglos atrás, sus padres murieron a manos de un grupo de humanos. Los cazaron por temor, dejando a un pobre niño huérfano. —Bueno cambiate iremos a pasear por allí, con suerte me encontraré a alguna vampira, de esas que aparentan ser humanas— Murmuró emocionado sacando un cambio nuevo de ropa de su maleta. —Tu ya tienes mate William, no lo olvides— mi comentario pareció causarle molestias ya que aventó el equipaje a un lado. —Esa niña no es mi mate, la rechacé y ella me rechazó. A parte, jamás sería mate de un intento de loba. Ni aunque su padre sea Ikender Castler— resoplé. Jamás entendería como alguien podía rechazar al amor de su vida. A la razón de su e
•Simetría• Sentía un fuerte dolor de cabeza, poco a poco fuí abriendo los ojos, sin embargo los cerré con fuerza, aún no me acostumbraba a la luz. «¿En donde estoy» Respiré profundo llevándome el olor de productos de limpieza a la nariz. «¿Productos de limpieza?» Abrí mis ojos con fuerza, estaba en una habitación de hospital. En ese instante una enfermera abrió la puerta. —Hola señorita Moore. Que bien que ya despertó. ¿Cómo se siente?— parpadeé confundida.—Bien yo, solo me duele un poco la cabeza, ¿Qué fue lo que pasó?—Bueno, Fantasty ice Cream, estalló, por suerte su novio logró sacarla a tiempo y traerla para recibir ayuda. Sufrió una pequeña contusión en la cabeza, inhaló una considerable cantidad de humo, sin embargo logramos ponerla fuera de peligro. Tragué en seco tratando de recordar todo. —¿Mi novio?— le pregunté confundida. —Si, el joven de cabellos plateados y largos— esto debía ser un error, no conocía a nadie con esas características.«Austin» —¡¿Y Austin?! Ha
•Fragmento• ( Capítulo corto) —¿Porque has estado tan pensativo mi niño?— un suspiro largo sale de mi garganta. Milena se para a un lado. Desde que llegué no he salido de mi despacho, suelo mirar el jardín principal durante horas. Escuchar las pequeñas avecillas cantar, ver cómo beben agua desde la fuente. —Hace una semana encontré a mi mate— respondo sin apartar la vista del ventanal. —¡¿Que?! ¿Cómo fue?, ¿Dónde está?— sonrío de lado, sabía que la noticia la pondría de está manera.—En Canadá, la conocí cuando fuí a la manada de Nelson.—Oh, entonces pertenece a su manada— negué con la cabeza. Esta vez me di la vuelta para mirarla.—No Milena, ella no es una loba, es una humana, y de hecho, la salvé de morir en un incendio en el local donde trabajaba— La mujer que siempre me a visto como un hijo, frunce el ceño confundida. Con pasos lentos y algo torpes se sienta en el sofá de la habitación. —¿Cómo?, Pensé que ustedes no podían tener un mate que no fuese de su misma especie— re
•De excursión• No dejaba de pensar en lo que Austin me contó. Aunque no dejaba de ser un simple relato de un libro. Habían leído una historia en una página de lectores. Su nombre era: Mi Luna, escrita por Andrea Ramos, autora británica. ¡Pero era ridículo!, se estaban dejando influenciar por un libro que les encantó. Y no era más que eso, un libro de fantasía. El chico que me salvó no volvió a aparecer en las últimas semanas, ni siquiera dió indicios de ello. Quizá solo quería asustarme o, yo que sé.El padre de Tomy se encargó de todos los gatos. He incluso nos indemizo con una cierta cantidad de dinero en lo que reparaban la heladería. Austin había entrado a trabajar en otra de sus sucursales pero, ciertamente aún me venía un poco afectada por lo ocurrido. Esté fin de semana llevaríamos a cabo una excursión, acamparemos y trataré de relajarme m Justamente me encontraba arreglando todo en mi mochila y bolso. —Hola cariño, ¿puedo pasar?— preguntó mi padre detrás de la puerta.
•Cautiva• Desde lejos observé como Sander la tomó en brazos, mientras que William, Clark y Niol se encargaban de sus amigos. — Elián, ¿no crees que esto es demasiados exagerado?, Secuestrar a tres adolescentes en una excursión— cuestionó el rubio dándome a la castaña. Respiré profundo llevándome su dulce olor a mi sistema. —Mañana ellos podrán regresar, pero ella no. No dejen rastros— ordené dándome la vuelta. —El portal está abierto, ¿ella es tu mate?— mi querida Malena se ofreció a ayudarnos, con su habilidad podíamos llegar a la casa sin necesidad de exponernos. —Asi es, ella es nuestra Luna. Me adentré al portal viendo como acataban mis órdenes, desapareciendo todo rastro de los chicos. «Lamento que sea así pequeña niña, pero tú bonita, eres mía» Aparecimos en la casa de Louisiana. Respiré profundo caminando hacia las escaleras. La subiría hacía nuestra habitación.—Elián— paré en seco al escuchar el llamado de mi guardiana. —¿Crees que esto es correcto?— sonreí sin darm
~Desconfianza~ Suspiré una vez nos sentamos sobre la mesa. Había muchos alimentos y jugos de distintas frutas. Mi atención se fijó en los panecillos de nata con relleno de crema. Recuerdo cuando mamá y yo solíamos levantarnos temprano por la mañana para hornearlos. —¿Todo bien?— la voz del peliblanco me regresa a la normalidad. —¿Cuando podré ver a mis amigos?— pregunto bajando la cabeza. —Después de desayunar te llevaré con ellos, puedes tomar lo que desees— su voz me hacía sentir tranquila, no era grave o aguda si no, carente de sentimientos. Cómo si sus emociones estuviesen atascadas dentro de si mismo. Tomé un panecillo con algo de crema extra y jugo de durazno. —Te encanta lo dulce ¿no es así? Yo prefiero más lo agrio— sin poder evitarlo solté una pequeña carcajada callando de inmediato. Quise toser para tratar de ocultar mi burla sin embargo ya era tarde. De reojo mire que frunció el ceño. —¿Que fue tan gracioso?— preguntó. Negué con la cabeza—Nada— aunque quise decir
•Solamente nosotros dos•Estaba cansada real y totalmente agotada. Austin y Logan se fueron hace una hora, o debería decir, los obligaron a irse. Estaba por anocheser, la tarde se pasó tan tranquila, tan cuidadosa. —Tengo que ver a papá- Murmuré mientras cruzaba mis manos y piernas sentada incómodamente en la sala de está enorme mansión. -Iremos pronto por él Alderin, solo quiero que entiendas que este es tu lugar, pero, tampoco quiero obligarte a qué lo sea- levanté la cabeza observándolo. No era una mala persona, lo sentía, en el fondo lo sentía. -Extraño a mi bebé, tengo que ir por ella, me necesita, no puede estar mucho tiempo sin su mamá y...- callé abruptamente al ver cómo rompía un vaso con tan solo apretar su mano.Abrió muchos sus ojos. -¿Tienes un bebé? Cómo fue que no me lo dijiste antes, como fue que... ¡William!- gritó fuertemente. En menos de un minuto el moreno ya estaba plantado en medio de la sala sin camiseta y con una pijama puesta. -Te pedí que investigarás lo
Entramos a su casa, tenía el mismo dulce olor que la castaña. —No entiendo nada Alderin, explícame que está pasando—su padre lucía nervioso, y lo entendí. Debería estarlo. —Lo que pasa es que...— Déjame hablar a mí— Levanté mi mano en señal de que parara. —¿Quienes son ustedes?—Mi nombre es Elián, Soy el novio de su hija y bueno, creo que es más fácil si lo hago de está forma.-Bander, ¿estás listo?- pregunté a mi lobo interior.-HazloMiré fijamente al padre de Alderin, coloqué tres dedos sobre su frente, sabía lo que venía. Tenía un extraño don, le mostraba lo que era, lo que quería y porque lo necesitaba. Una vez terminé dejé que procesará la noticia. —No puede ser— Murmuró antes de dejarse caer al sofá. —¡Papá!— La castaña lucía preocupada.—Tranquila, creo que fue mucho para él, despertará en unos minutos. —¿Que le hiciste?— me encogí de hombros.—Le mostré quien era, y quién eras tú para mí. —Tengo que ir por Evolet— Fruncí el ceño. Posteriomente suspiré, pensar que ell