•De excursión• No dejaba de pensar en lo que Austin me contó. Aunque no dejaba de ser un simple relato de un libro. Habían leído una historia en una página de lectores. Su nombre era: Mi Luna, escrita por Andrea Ramos, autora británica. ¡Pero era ridículo!, se estaban dejando influenciar por un libro que les encantó. Y no era más que eso, un libro de fantasía. El chico que me salvó no volvió a aparecer en las últimas semanas, ni siquiera dió indicios de ello. Quizá solo quería asustarme o, yo que sé.El padre de Tomy se encargó de todos los gatos. He incluso nos indemizo con una cierta cantidad de dinero en lo que reparaban la heladería. Austin había entrado a trabajar en otra de sus sucursales pero, ciertamente aún me venía un poco afectada por lo ocurrido. Esté fin de semana llevaríamos a cabo una excursión, acamparemos y trataré de relajarme m Justamente me encontraba arreglando todo en mi mochila y bolso. —Hola cariño, ¿puedo pasar?— preguntó mi padre detrás de la puerta.
•Cautiva• Desde lejos observé como Sander la tomó en brazos, mientras que William, Clark y Niol se encargaban de sus amigos. — Elián, ¿no crees que esto es demasiados exagerado?, Secuestrar a tres adolescentes en una excursión— cuestionó el rubio dándome a la castaña. Respiré profundo llevándome su dulce olor a mi sistema. —Mañana ellos podrán regresar, pero ella no. No dejen rastros— ordené dándome la vuelta. —El portal está abierto, ¿ella es tu mate?— mi querida Malena se ofreció a ayudarnos, con su habilidad podíamos llegar a la casa sin necesidad de exponernos. —Asi es, ella es nuestra Luna. Me adentré al portal viendo como acataban mis órdenes, desapareciendo todo rastro de los chicos. «Lamento que sea así pequeña niña, pero tú bonita, eres mía» Aparecimos en la casa de Louisiana. Respiré profundo caminando hacia las escaleras. La subiría hacía nuestra habitación.—Elián— paré en seco al escuchar el llamado de mi guardiana. —¿Crees que esto es correcto?— sonreí sin darm
~Desconfianza~ Suspiré una vez nos sentamos sobre la mesa. Había muchos alimentos y jugos de distintas frutas. Mi atención se fijó en los panecillos de nata con relleno de crema. Recuerdo cuando mamá y yo solíamos levantarnos temprano por la mañana para hornearlos. —¿Todo bien?— la voz del peliblanco me regresa a la normalidad. —¿Cuando podré ver a mis amigos?— pregunto bajando la cabeza. —Después de desayunar te llevaré con ellos, puedes tomar lo que desees— su voz me hacía sentir tranquila, no era grave o aguda si no, carente de sentimientos. Cómo si sus emociones estuviesen atascadas dentro de si mismo. Tomé un panecillo con algo de crema extra y jugo de durazno. —Te encanta lo dulce ¿no es así? Yo prefiero más lo agrio— sin poder evitarlo solté una pequeña carcajada callando de inmediato. Quise toser para tratar de ocultar mi burla sin embargo ya era tarde. De reojo mire que frunció el ceño. —¿Que fue tan gracioso?— preguntó. Negué con la cabeza—Nada— aunque quise decir
•Solamente nosotros dos•Estaba cansada real y totalmente agotada. Austin y Logan se fueron hace una hora, o debería decir, los obligaron a irse. Estaba por anocheser, la tarde se pasó tan tranquila, tan cuidadosa. —Tengo que ver a papá- Murmuré mientras cruzaba mis manos y piernas sentada incómodamente en la sala de está enorme mansión. -Iremos pronto por él Alderin, solo quiero que entiendas que este es tu lugar, pero, tampoco quiero obligarte a qué lo sea- levanté la cabeza observándolo. No era una mala persona, lo sentía, en el fondo lo sentía. -Extraño a mi bebé, tengo que ir por ella, me necesita, no puede estar mucho tiempo sin su mamá y...- callé abruptamente al ver cómo rompía un vaso con tan solo apretar su mano.Abrió muchos sus ojos. -¿Tienes un bebé? Cómo fue que no me lo dijiste antes, como fue que... ¡William!- gritó fuertemente. En menos de un minuto el moreno ya estaba plantado en medio de la sala sin camiseta y con una pijama puesta. -Te pedí que investigarás lo
Entramos a su casa, tenía el mismo dulce olor que la castaña. —No entiendo nada Alderin, explícame que está pasando—su padre lucía nervioso, y lo entendí. Debería estarlo. —Lo que pasa es que...— Déjame hablar a mí— Levanté mi mano en señal de que parara. —¿Quienes son ustedes?—Mi nombre es Elián, Soy el novio de su hija y bueno, creo que es más fácil si lo hago de está forma.-Bander, ¿estás listo?- pregunté a mi lobo interior.-HazloMiré fijamente al padre de Alderin, coloqué tres dedos sobre su frente, sabía lo que venía. Tenía un extraño don, le mostraba lo que era, lo que quería y porque lo necesitaba. Una vez terminé dejé que procesará la noticia. —No puede ser— Murmuró antes de dejarse caer al sofá. —¡Papá!— La castaña lucía preocupada.—Tranquila, creo que fue mucho para él, despertará en unos minutos. —¿Que le hiciste?— me encogí de hombros.—Le mostré quien era, y quién eras tú para mí. —Tengo que ir por Evolet— Fruncí el ceño. Posteriomente suspiré, pensar que ell
•Marcada• «¿Dónde estás estúpida coneja?» -No creo que insultarla la vaya a traer de vuelta- rodé los ojos. -Bander si no encuentro a la bebé de Alderin no se cómo reaccionará. —Alpha ya pasamos la voz a toda la manada— Asentí con la cabeza. —No puedo creer que la hayas perdido— Bufé. William seguía quejándose. —¡Elián!— Sentí que el corazón se me paraba al escuchar el grito de Alderin. Giré hacia el balcón. Allí estaba, de brazos cruzados y una frazada cubriendo sus hombros. Respiré profundo y me di la vuelta, tenía que encontrarla. Dos horas después. —No puedo creer que estemos a estás horas buscando a una coneja que probablemente ya fue comida de lobo— le gruñí frustrado a William. Estábamos al final del territorio de la manada. Estaba casi seguro de que volvería a la mansión sin la mascota de mi mate. —Elián— escuché a Sander llamarme, me hizo una seña para que callara. Y señaló una esquina debajo de la maleza. —Creo que algo se movió allí— Intercepté a Will
•Ataque• Respiré profundo, abrí mis ojos con pesadez, los rayos del sol se estaban colando por las cortinas largas que cubrían las ventanas. Me incorporé lentamente estirando mis extremidades. Al girar la cabeza me topé con una nota puesta a un lado de la mesa de noche. Hola bonita, quizá cuando despiertes no esté a tu lado. Tengo algunos asuntos en la manada que atender. Baja a comer algo, llegaré antes del anochecer. Suspiré, debajo de mí escuché algunos ruidos, sabía quién era. Sonreí de lado agachándome y encontrando a Evolet masticando un zapato de Elián.— Hola bebé, vamos a darnos un baño. Tomé a la coneja en brazos llevándola a la regadera. Una vez limpias me aseguré de secarla bien y buscar algo de ropa para ella. Rebusque entre mis cosas encontrándome una sudadera rosa pastel que hace un mes había adquirido por internet. — Creo que tengo una igual— saqué la prenda se una de mis maletas. Me coloqué una falda negra con cuadros y mayas del mismo color. Ajusté las tiras
•De vuelta al pasado• No podía creer que Nelson llegará a tanto, reconocí a uno de sus lobos al entrar a mi territorio. Creyó que disfrazando su olor lograría que pensara lo contrario.Destruyeron la mayor parte de cabañanas y casas que con esfuerzo y amor dieron inicio a esta familia. Gracias a Milena pudimos trasportar a cada lobo, guerrero y soldado hacía la manada del Alpha Ikender. —Elián— Sander me llama, dándome el aviso de que uno de ellos quedó con vida pero herido. Caminé hacia él arrodillándome.—Dile a tu Alpha que se cuide las espaldas. No solo acaba de atacar una simple manada de lobos. Atacó la manada del tercer Alpha supremo del mundo. Y será castigado por ello. Me di la vuelta tranquilo. Tranquilidad que se fue a un lado cuando noté que William venía bajando las escaleras con Alderin en brazos. —¿Que ocurrió?— se la arrebaté a mi luna, estaba preocupado por ella. Esto no era normal y en cierta forma sabía que era lo que estaba pasando. — Iré por su bebé—Sander