Dalton la ayudó a incorporarse, sosteniéndola con cuidado.—Alice, por favor, no te esfuerces demasiado. Necesitas descansar. —Pidió Dalton con su voz suave.Alice asintió, pero su mente seguía llena de preguntas y preocupaciones.—Dalton, tenemos que hablar sobre lo que está pasando. No podemos dejar que esta situación nos destruya. —Dijo Alice, su voz más firme.Dalton asintió, sabiendo que tenía que enfrentar la realidad de la situación.—Tienes razón, Alice. Necesitamos hablar y encontrar una manera de resolver esto. Pero primero, quiero asegurarme de que estás bien. —Indicó Dalton.Alice lo miró a los ojos, sintiendo una mezcla de amor y dolor.—Estoy bien, Dalton. Pero necesitamos estar unidos como familia. Samuel y Gabriel... ellos se aman. No podemos simplemente ignorar eso. Sin mencionar que nuestra hija, Dalia, no te conoce en lo absoluto. —Masculló Alice preocupada. —no puedes simplemente aparecer dando órdenes y queriendo cambiar la vida de nuestros hijos…Dalton respiró h
Alice se quedó mirando el teléfono, sintiendo una mezcla de miedo y determinación. Sabía que Jennifer no se detendría hasta destruir a su familia, pero estaba dispuesta a luchar con todas sus fuerzas para protegerlos.Samuel y Gabriel se acercaron a Alice, notando la preocupación en su rostro.—Mamá, ¿quién era? —Preguntó Samuel, su voz llena de preocupación.Alice levantó la vista y los miró a ambos.—Era Jennifer. Está tratando de manipularnos y desestabilizarnos. Pero no vamos a dejar que lo haga. Vamos a luchar juntos como familia y enfrentar cualquier cosa que nos lance —Respondió Alice, su voz llena de determinación.Gabriel asintió, sintiendo una renovada determinación.—Alice tiene razón. No podemos dejarnos intimidar por Jennifer. Vamos a luchar juntos y demostrarle que no puede destruirnos —dijo Gabriel, su voz firme.Samuel miró a su madre y a Gabriel, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza.—Sí, vamos a superar esto juntos. No vamos a rendirnos —dijo Samuel, su voz llen
151: JuicioJennifer estaba en su lujoso apartamento recién comprado, observando con satisfacción cómo sus planes se desarrollaban a la perfección. Había logrado sobornar a un juez para adelantar el juicio de Dalton y asegurarse de que todo estuviera preparado para meterlo en la cárcel. Sentada en su elegante escritorio, Jennifer revisaba los documentos y las pruebas que había fabricado y manipulado, sonriendo con satisfacción.—Todo está en su lugar. Dalton no tendrá ninguna oportunidad de escapar esta vez. —murmuró Jennifer para sí misma, su voz estaba llena de malicia.Alzó la vista y observó las pantallas que mostraban las noticias sobre el arresto de Dalton y el revuelo mediático que había causado. Los reporteros y los paparazzi se agolpaban en las afueras del tribunal, tratando de capturar cada momento del escándalo.Jennifer dejó escapar una risa satisfecha mientras se servía una copa de vino.—Finalmente, Dalton pagará por todo lo que me ha hecho. Y yo estaré aquí, observando
Los días y las semanas pasaron, y la incertidumbre sobre el destino de Dalton pesaba cada vez más sobre Alice. Cansada y frustrada por la espera, decidió tomar cartas en el asunto y citar a Jennifer en secreto en la habitación 212 de su hotel. La habitación estaba en remodelación, con herramientas esparcidas por todos lados, escombros, vidrios rotos, tablas, sábanas cubriendo los muebles y envolturas de plástico en las ventanas porque no tenían cristales. Todo en la habitación estaba hecho un desastre, con excepción de las cámaras de seguridad que Alice mandó poner para grabar su encuentro con Jennifer.Jennifer llegó a la habitación con su expresión llena de desdén y arrogancia. Alice la esperaba, su rostro reflejando una mezcla de determinación y cansancio.—¿Qué quieres, Alice? —Preguntó Jennifer con su voz fría.—Quiero que retires los cargos contra Dalton. Sabes que todo esto es una farsa. —Respondió Alice con su voz firme. —Te daré todo lo que quieras, pero déjanos en paz. Estoy
Un par de días después de la trágica muerte de Jennifer, la policía concluyó su investigación. Gracias a las cámaras de seguridad instaladas en la habitación del hotel, determinaron que su muerte había sido un accidente. La grabación mostraba claramente el momento en que Jennifer tropezó y cayó al vacío, lo que despejaba cualquier duda sobre la implicación de Alice.Con esta información, se llevó a cabo un juicio cerrado para revisar las acusaciones en contra de Dalton. El juez, al revisar las nuevas pruebas y la ausencia de la demandante principal, decidió que no había motivos suficientes para continuar con las acusaciones. Dalton fue liberado, y su expediente quedó limpio de cargos.La familia Monroe recibió la noticia con una mezcla de alivio y alegría. Samuel, Gabriel, Malek, Mia, Elizabeth, Moscú y los Colman estaban presentes para apoyar a Dalton cuando salió del tribunal.—Papá, ¡por fin estás libre! —Exclamó Samuel, abrazando a su padre con fuerza.Dalton sonrió, sintiendo el
Esa noche, Dalton y Alice estaban completamente bajo los efectos del alcohol, y respectivamente, todos decidieron “Explorar sus límites”.Dalton y Alice subieron a su habitación, y con solo cerrar la puerta, las cosas se salieron de control, después de tanto tiempo, finalmente estuvieron solos. Caminaron hacia la cama y comenzaron a desvestirse.—Cariño, no sabes cuánto te extrañé. —Confesó Dalton con voz profunda y su mirada ensombrecida.—Yo te extrañé aún más. —Respondió la castaña mientras se desabrochaba el vestido, para luego dejar que este se deslizara hacia el suelo.Dalton al verla en ropa interior, sintió como la temperatura de su cuerpo comenzó a elevarse.Cuando estuvo en España, pensó que jamás volvería a tenerla así frente a él, pero se equivocó. Relamió sus labios y se acercó a ella, sujetó sus caderas y la pegó a su cuerpo, hábilmente sujeto su cabeza con ambas manos y la atrajo hacia sus labios.Sus labios se unieron, reencontrándose por primera vez en años, embonand
Su primera vezSamuel gimió ligeramente, dejando caer su cabeza hacia atrás, mientras Gabriel se apoderaba de su cuello delicadamente, temiendo hacerle daño, pero el joven ni se inmutaba, ni resistía. Para él es como si estuviera en las nubes.—Ah… Gabriel… —Musitó el castaño poniendo sus ojos en blanco.Samuel no podía explicar lo que sentía, nunca antes había experimentado algo así e incluso lo veía un poco raro, pero le encantaba y no quería que terminara.Gabriel volvió a buscar los labios del castaño, mientras escurría una de sus manos por debajo de su camiseta.—Quítamela. —Pidió Samuel a media voz.—¿Por qué mejor no vamos a la ducha? Me gustaría lavarte. —Sugirió el pelinegro dedicándole una cálida sonrisa.Samuel asintió y Gabriel se puso de pie, se inclinó rápidamente para levantarlo entre sus brazos, lentamente se dirigió al baño sin dejar de mirarlo a los ojos y al llegar al cuarto de baño, bajó a Samuel y acto seguido, cerró la puerta detrás de él, colocándole el seguro.
156: Maldita escuelaAl día siguiente, Samuel y Gabriel bajaron al comedor para desayunar. Pero, para su sorpresa, se dieron cuenta de que eran los únicos despiertos y el desayuno no estaba hecho. La casa estaba silenciosa, probablemente todos estaban agotados por la celebración del día anterior.Gabriel, viendo la situación, sonrió y se dirigió a la cocina.—Parece que hoy nos toca a nosotros preparar el desayuno. —Dijo Gabriel, con un tono animado.Samuel asintió, agradecido por la iniciativa de Gabriel. El castaño no podía contener su amplia sonrisa, generada por la gran noche que tuvieron.—Sí, tenemos que darnos prisa. No queremos llegar tarde a la escuela. —Respondió Samuel, mientras se acercaba a la cocina para ayudar a pesar de no saber ni hacer hielo. —¿Seguro de que no te aburre ir a la escuela conmigo? —Preguntó.—Ya te dije que no, soy nerd. Amo estudiar y más cuando lo hago para estar contigo. —Respondió el pelinegro, dedicándole una cálida sonrisa a su novio.—Por eso te