DetenciónSamuel y Gabriel estaban en detención, cumpliendo su castigo en la biblioteca de la escuela después de clases. Les habían ordenado organizar todos los libros en sus respectivos estantes, una tarea que parecía interminable. Mientras trabajaban, el silencio de la biblioteca creaba una atmósfera tranquila, interrumpida solo por sus conversaciones.—No puedo creer que estemos aquí haciendo esto por una semana entera —Se quejó el ojiverde, colocando un libro en su lugar. —Aunque, al menos estamos juntos en esto.Gabriel sonrió mientras revisaba la etiqueta de un libro antes de colocarlo en el estante adecuado.—Sí, al menos tenemos compañía. Y quién sabe, tal vez descubramos algunos libros interesantes. —Respondió Gabriel, tratando de mantener un tono ligero.Mientras pasaban las horas, comenzaron a hablar de cosas más personales, compartiendo historias y experiencias. La conexión entre ellos se hizo más profunda, y pronto, el ambiente se volvió más íntimo. Samuel miró a Gabriel,
DesesperoLos hombres enmascarados arrastraron a Samuel fuera de la biblioteca y lo empujaron dentro de una camioneta negra estacionada en la parte trasera de la escuela. Samuel luchaba desesperadamente, pero la fuerza y la determinación de sus captores eran abrumadoras. Sintió que lo ataban de manos y pies, y una venda negra cubrió sus ojos, sumiéndolo en una oscuridad total.Mientras tanto, en la biblioteca, Gabriel comenzó a recuperar la conciencia. El dolor punzante en su cabeza le dificultaba pensar con claridad, pero la realidad de la situación lo golpeó como una ola helada. Se levantó con esfuerzo, tambaleándose, y vio los signos de la lucha y la ausencia de Samuel. La desesperación y la furia lo invadieron.—¡Samuel! —Gritó Gabriel, su voz resonando en el vacío de la biblioteca. Sabía que debía actuar rápido si quería rescatar a su amigo.Con una determinación renovada, Gabriel salió corriendo de la biblioteca, buscando cualquier señal que lo llevara a Samuel. Mientras corría p
Está vivoJennifer mostró el video en su celular, donde se veía claramente a Dalton confrontándola. Samuel observó con incredulidad, sus ojos llenos de confusión y dolor. La imagen de su padre, vivo y enfrentando a Jennifer, lo dejó sin palabras.—¿Ves, Samuel? Tu padre ha estado vivo todo este tiempo, fingiendo su muerte y dejándote en peligro. ¿Qué clase de padre haría eso? —Cuestionó Jennifer, esbozando una amplia sonrisa amargaSamuel sintió una oleada de emociones contradictorias. La imagen de su padre, vivo y enfrentando a Jennifer, chocaba con todo lo que había creído hasta ahora. La duda y la desesperación se apoderaron de él.—No... no puede ser verdad. ¿Por qué haría algo así? —Murmuró Samuel, al tiempo en que sus ojos se llenaron de lágrimas.(***)El médico terminó de examinar a Gabriel y comenzó a limpiar las heridas más profundas. Su expresión era seria, reflejando la gravedad del estado de Gabriel.—Gabriel ha sufrido múltiples contusiones y laceraciones. Tiene una conmo
Sangre de mi sangre—Samuel, por favor, piensa en lo que estás haciendo. Jennifer solo quiere usarme para sus propios fines. No permitas que te manipulen —suplicó Dalton, su voz llena de desesperación.Pero antes de que pudiera hacer algo más, los hombres de Jennifer lo rodearon, empujándolo hacia la salida. Samuel, con lágrimas en los ojos, se dejó llevar por Jennifer y sus hombres, su corazón lleno de confusión y dolor. Dalton se quedó de pie en el almacén, observando impotente cómo Jennifer y sus hombres se llevaban a Samuel. Su corazón latía con fuerza, lleno de desesperación y rabia. Sabía que no podía rendirse y que debía encontrar una forma de recuperar a su hijo.Jennifer, por su parte, sintió una satisfacción perversa al ver la devastación en el rostro de Dalton. Llevó a Samuel fuera del almacén y lo subió a otra camioneta, asegurándose de que estuviera bien sujeto.—Vamos, Samuel. Te llevaré a un lugar seguro. Tu padre no podrá alcanzarnos allí —Dijo Jennifer con una sonrisa
Gabriel apretó la mano de Alice con ternura, tratando de ofrecerle consuelo.—Lo hizo para protegerte, Alice. Él pensó que, si Jennifer creía que estaba muerto, sería menos probable que te hiciera daño a ti y a Samuel. Pero ahora, las cosas han cambiado. Jennifer sabe la verdad y está usando a Samuel como un peón en su juego. Pero no te preocupes, prometo que no descansaré hasta traerlo de vuelta sano y salvo —Explicó Gabriel con su voz llena de determinación.Alice asintió, con los ojos llenos de lágrimas, pero con una nueva resolución en su corazón.—Gabriel, confío en ti. Por favor, trae de vuelta a mi hijo. No puedo perderlo también. Prometo pagarte la recompensa que me pidas. —Suplicó Alice con su voz llena de desesperación y esperanza.Gabriel asintió, decidido a cumplir su promesa.—Lo haré, señora Alice. Pero no aceptaré su dinero. No hay dinero más valioso que el amor que siento por Samuel. Lucharé con todas mis fuerzas para traerlo de vuelta a salvo, aunque muera al hacerlo.
CapturaDalton, viendo la oportunidad de poner fin a la amenaza de Jennifer, ordenó a su equipo capturarla y llevarla a la comisaría. Los hombres del equipo de seguridad auspiciado por Moscú se movieron rápidamente, asegurando a Jennifer y neutralizando cualquier resistencia que pudiera ofrecer.—Llévenla a la comisaría y asegúrense de que no tenga oportunidad de escapar. Es hora de que enfrente la justicia por todo el daño que ha causado —Ordenó Dalton a gritos, mientras la miraba con desprecio.Sin embargo, Jennifer, siempre astuta y calculadora, aprovechó un momento de distracción. En un abrir y cerrar de ojos, logró liberarse y desaparecer entre las sombras del almacén. Los hombres de seguridad intentaron seguirla, pero Jennifer conocía el terreno mejor que ellos y logró escapar usando una motocicleta oculta detrás del almacén.Dalton maldijo en voz baja, sabiendo que Jennifer no se rendiría fácilmente. Aun así, la prioridad era Samuel.Se volvió hacia Samuel y Gabriel, con su cora
Gabriel colgó el teléfono, sintiendo el peso de las palabras de Dalton. Sabía que había roto las reglas al contarle la verdad a Alice, pero estaba convencido de que era lo correcto. Ahora, necesitaban concentrarse en enfrentar la amenaza inmediata de Jennifer y proteger a Samuel y a Alice.Alice observó la expresión de Gabriel y se acercó a él, colocando una mano en su hombro.—Gabriel, sé que has hecho lo que pensaste que era mejor. Aprecio tu honestidad y tu valentía. Vamos a superar esto juntos, prometo que no dejaré que Dalton te haga daño. —Dijo Alice con su voz llena de determinación.Samuel, aun procesando todo lo que había sucedido, miró a Gabriel y Alice. Sabía que tenían que mantenerse unidos para enfrentar a Jennifer y apoyar a Dalton en este momento crítico. Pero, no quería estar con su padre, sentía que él no se lo merecía.—¿Qué vamos a hacer ahora? Jennifer no va a detenerse hasta que nos destruya —Preguntó Samuel, ignorando rotundamente sus pensamientos.Gabriel respir
Dalton la ayudó a incorporarse, sosteniéndola con cuidado.—Alice, por favor, no te esfuerces demasiado. Necesitas descansar. —Pidió Dalton con su voz suave.Alice asintió, pero su mente seguía llena de preguntas y preocupaciones.—Dalton, tenemos que hablar sobre lo que está pasando. No podemos dejar que esta situación nos destruya. —Dijo Alice, su voz más firme.Dalton asintió, sabiendo que tenía que enfrentar la realidad de la situación.—Tienes razón, Alice. Necesitamos hablar y encontrar una manera de resolver esto. Pero primero, quiero asegurarme de que estás bien. —Indicó Dalton.Alice lo miró a los ojos, sintiendo una mezcla de amor y dolor.—Estoy bien, Dalton. Pero necesitamos estar unidos como familia. Samuel y Gabriel... ellos se aman. No podemos simplemente ignorar eso. Sin mencionar que nuestra hija, Dalia, no te conoce en lo absoluto. —Masculló Alice preocupada. —no puedes simplemente aparecer dando órdenes y queriendo cambiar la vida de nuestros hijos…Dalton respiró h