Conforme Alice relataba toda su historia el rostro de Dalton Cambiaba radicalmente de un estado al otro, pasando por incredulidad, luego a burlón, después incomodidad que se transformaba en fatiga y luego volvía a la incredulidad.—¿Algo te suena familiar? —Preguntó la castaña haciendo una pausa para ver si seguía prestándole atención.Dalton tragó saliva y desvió su mirada hacia la puerta de la habitación.—Ya lo recuerdo… Recuerdo todo, pero… no sé si quiero seguir con esto. —Sentenció.—¿A qué te refieres? —Indagó la castaña frunciendo el ceño.—A lo nuestro. Digo, puedo ver todo con más claridad ahora que veo la historia completa desde el inicio. —Respondió en tono frío. —Tú nunca me has querido, nunca te he importado como tú me importas a mí. Todo este caos lo ocasionaste tú, de no ser por nuestra última pelea en la que Malek confesó que esperabas un hijo suyo, yo no habría ido al bar, no me abrían drogado y no estaríamos en esta situación, ¿No te das cuenta?, solo nos hacemos da
Acuerdo sexualDalton y Alice se quedaron en la puerta, mirando cómo el coche de la trabajadora social se alejaba con Samuel. La casa, que momentos antes estaba llena de risas y alegría, ahora se sentía vacía y fría.—No puedo creer que esto esté pasando. —Dijo Alice, con la voz quebrada.Dalton la abrazó con fuerza, tratando de consolarla, aunque él mismo se sentía devastado.—Vamos a recuperarlo, Alice. No dejaré que Jennifer se salga con la suya. Hablaremos con nuestro abogado mañana mismo y haremos todo lo posible para que Samuel vuelva a casa.Alice asintió, secándose las lágrimas. Sabía que Dalton tenía razón, pero el miedo y la incertidumbre la abrumaban.Esa noche, ninguno de los dos pudo dormir. Pasaron horas hablando sobre los próximos pasos, revisando documentos y buscando cualquier información que pudiera ayudarles en la batalla legal que se avecinaba.A la mañana siguiente, se dirigieron a la oficina de su abogado, el señor Cooper un hombre de mediana edad con una reputa
Después de varias llamadas sin responder, Dalton y Alice decidieron ir hasta la base de Moscú para ver lo que estaba sucediendo y porque no contestaba las llamadas.Al llegar, fueron detenidos en la puerta por unos de los guardias de Moscú.—Identifíquense. —Ordenó el moreno con expresión de pocos amigos.Alice bajó su cabeza para poderlo ver a los ojos y con solo verla, el guardia tragó saliva con brusquedad y luego dio la orden de abrir las puertas, seguido de un “Lo siento” que apenas fue audible para Alice.Aparcaron su auto y de inmediato entraron al recinto, encontrándose con Moscú junto a Elizabeth en la primera sala de operaciones. Se los veía bastante atareados, tal parece que estaban teniendo una crisis de seguridad.—Tía Elizabeth, Moscú… ¿Todo está bien? —Preguntó la castaña acercándose a ellos.—Alice, Dalton... —Dijo Moscú, levantando la vista de la pantalla donde varios gráficos parpadeaban. —Nos encontramos en medio de una situación complicada. Recibimos información sob
Contra demanda IIEl tono de voz de Jennifer era inconfundiblemente arrogante, tan segura de sí misma como siempre, lo que hizo que Alice sintiera una mezcla de frustración y desagrado.—Jennifer, tenemos que hablar. —Dijo Alice, tratando de controlar su molestia. —Ya sé todo acerca de tu acuerdo con Dalton y la verdad es que siempre te creí más digna, pero esa no es la razón de mi llamada tan repentina. Resulta que hay una infiltración en nuestra base de datos y sospechamos que podría tener algo que ver contigo… ¿Tienes algo que quieras decir al respecto?Jennifer soltó una risa burlona.—¿De verdad, Alice? ¿Crees que estoy detrás de eso también? Tienes una imaginación muy activa.Alice apretó el teléfono con fuerza, sintiendo la furia hervir bajo la superficie.—No estoy jugando, Jennifer. Tenemos pruebas de que alguien accedió a nuestra sala de servidores anoche, y no descansaremos hasta descubrir quién está detrás de esto.Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, y luego J
Los teléfonos de Alice y Dalton comenzaron a sonar sin control, llamadas, tras llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto y decenas de correos electrónicos de todos lados.Ambos estaban paralizados, sin poder ver alguno de los aparatos, no entendían lo que sucedía, estaban incriminando a Dalton por delitos que nunca había cometido y otros que sí, pero, en efecto, ninguno de los dos estaba preparado para pasar por esto ahora.Alice y Dalton se miraron, sus rostros reflejando la gravedad de la situación. Los teléfonos seguían sonando sin cesar, y la presión aumentaba con cada segundo que pasaba.—Muy bien… Tenemos que conservar la calma. Pensemos con la cabeza fría. —Dijo Alice alzando sus manos en son de paz. —No podemos permitir que estas acusaciones falsas nos destruyan. Ambos sabemos que eres inocente y si has cometido algún delito ha sido por necesidad, podemos librarte de esto. —Le aseguró al ojiverde.Dalton asintió al tiempo que su mente comenzaba a trabajar a toda velocidad.
Al llegar a la mansión de los Colman, Alice y Dalton bajaron de la camioneta y atravesaron la entrada, se miraron mutuamente como si se comunicaran únicamente con la mirada y luego Alice tocó el timbre.El sonido del timbre resonó en la gran mansión. La tensión era palpable para ambos mientras que esperaban. Finalmente, la puerta se abrió, revelando a Edward Colman, con su expresión severa e imponente.—Alice, Dalton, no esperaba verlos aquí. —Dijo Edward, su tono neutral, pero con un toque de sorpresa.Alice dio un paso adelante, tratando de mantener la calma.—Edward, sé que esta visita es inesperada, pero necesitamos hablar contigo y con Catherine. Es urgente.Edward los miró fijamente por un momento antes de asentir.—Muy bien, pasen. Hablaremos en el salón.Los condujo a través de la lujosa mansión hasta un elegante salón, donde Catherine ya estaba esperando, su expresión igualmente seria.—¿A qué debemos esta visita? —Preguntó Catherine, con una ceja enarcada.Dalton tomó aire,
4:00 AM.El reloj marcaba las cuatro de la madrugada y la oscuridad aún cubría la ciudad mientras Alice y Dalton se dirigían al aeropuerto. Las luces de la camioneta iluminaban el camino, y el silencio entre ellos era cargado de una mezcla de ansiedad y determinación.Dalton miró a Alice, su expresión una mezcla de preocupación y amor.—Alice, sé que esto haces esto creyendo que es lo mejor, pero no puedo evitar sentirme intranquilo. No sé cuánto tiempo estaremos separados.Alice le devolvió la mirada, tratando de infundirle calma.—Lo sé, Dalton. Pero debemos ser fuertes por nosotros, por Samuel y por todos los que dependen de nosotros. Esto solo es algo temporal, y prometo que haré todo lo posible para resolver esto rápido y estar juntos de nuevo.Dalton asintió, apretando suavemente la mano de Alice.Llegaron al aeropuerto, donde Malek ya estaba esperando junto al jet privado. La pista de aterrizaje estaba iluminada, y el aire fresco de la madrugada les envolvía.—Todo está listo.
Antes de que Dalton pudiera reaccionar, Damián se abalanzó sobre él, y comenzaron a forcejear. Dalton luchó con todas sus fuerzas, pero Damián era implacable. El ruido de la pelea alertó a Malek, quien corrió hacia la parte trasera del avión.—¡¿Pero qué carajos?! —Gritó Malek, lanzándose al enfrentamiento.La lucha continuó, con gritos y sonidos de golpes resonando en la cabina. Damián parecía tener la ventaja, pero Malek y Dalton luchaban con una determinación feroz. La situación era desesperada, y sabían que tenían que detener a Damián antes de que fuera demasiado tarde.Finalmente, con un esfuerzo combinado, lograron inmovilizar a Damián. Malek respiraba con dificultad, pero su mirada era firme.—No vas a salirte con la tuya, Damián. —Dijo Malek, su voz llena de determinación.Damián, exhausto y derrotado, miró a Dalton y Malek con una mezcla de odio y resignación.—Esto no ha terminado. —Dijo Damián, su voz un susurro.De repente, un sonido metálico resonó en la cabina cuando el