Moscú se quedó en silencio por un momento, como si estuviera sopesando sus palabras. Alice podía sentir la tensión a través de la línea. Finalmente, él respondió con voz grave:—Alice, ese lugar es un nido de víboras. La corrupción corre como un río subterráneo. Hay personas que están dispuestas a hacer cualquier cosa para mantener sus secretos a salvo.Alice sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que Moscú no hablaba a la ligera; su experiencia en el mundo del crimen organizado le otorgaba una perspectiva única sobre las sombras que acechaban el hospital.—¿Tienes nombres? —Preguntó, con su voz firme.—No puedo darte nombres directamente, pero te diré que hay un grupo dentro del hospital que se beneficia de las donaciones y las pólizas de seguro de los pacientes. Algunos médicos están en la lista, pero hay otros que están más arriba en la cadena. Gente que no dudaría en eliminar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.Alice sintió una oleada de adrenalina. Sabía que deb
Poco después, Alice llegó al punto de encuentro donde ya la esperaba un vehículo negro con los vidrios polarizados. Moscú bajó del auto y la ayudó a subir rápidamente.—¿Todo en orden? —Preguntó, su rostro mostrando una preocupación genuina.Alice asintió, entregándole los documentos que habían conseguido.—Aquí está todo. Ahora tenemos las pruebas que necesitamos para desenmascarar a Damián y su red de corrupción.Moscú revisó los documentos rápidamente, su expresión endureciéndose a medida que leía.—Bien hecho, Alice. Esto es suficiente para iniciar un escándalo que ellos no podrán controlar. Pero debemos actuar rápido antes de que puedan reaccionar.—Espera… ¿Qué pasará si ven los documentos que te involucran con el hospital? —Preguntó la castaña volviendo a estresarse.—Descuida. Eso lo tengo cubierto desde hace mucho, yo no dejo pruebas en papel, ni rastro alguno de mi trabajo.Alice respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que Moscú tenía razón. Confiaba en su capacidad para
La sangre de Alice se heló al ver el nombre de Damián parpadeando en la pantalla de su teléfono. Sabía que contestar esa llamada podría significar muchas cosas: un enfrentamiento directo, amenazas, o quizás una nueva información crucial. Tomó una respiración profunda y miró a Moscú, quien asintió lentamente, indicándole que debía contestar.—¿Hola? —Dijo Alice, tratando de mantener su voz firme.—Alice, qué sorpresa que respondieras tan rápido —La voz de Damián era fría y calculadora. —Me enteré de que has estado muy ocupada últimamente. ¿Crees que puedes esconderte de mí?Alice se esforzó por mantener la calma, pero su mente iba a mil por hora. Miró a Moscú, quien hizo un gesto para indicarle que siguiera hablando.—No sé de qué estás hablando, Damián —Respondió, intentando sonar despreocupada.Damián soltó una risa amarga.—No juegues conmigo, Alice. Sé todo sobre tu pequeño complot. Y déjame decirte, que estoy impresionado, pero lamento decirte que esto no terminará bien para ti ni
Conforme Alice relataba toda su historia el rostro de Dalton Cambiaba radicalmente de un estado al otro, pasando por incredulidad, luego a burlón, después incomodidad que se transformaba en fatiga y luego volvía a la incredulidad.—¿Algo te suena familiar? —Preguntó la castaña haciendo una pausa para ver si seguía prestándole atención.Dalton tragó saliva y desvió su mirada hacia la puerta de la habitación.—Ya lo recuerdo… Recuerdo todo, pero… no sé si quiero seguir con esto. —Sentenció.—¿A qué te refieres? —Indagó la castaña frunciendo el ceño.—A lo nuestro. Digo, puedo ver todo con más claridad ahora que veo la historia completa desde el inicio. —Respondió en tono frío. —Tú nunca me has querido, nunca te he importado como tú me importas a mí. Todo este caos lo ocasionaste tú, de no ser por nuestra última pelea en la que Malek confesó que esperabas un hijo suyo, yo no habría ido al bar, no me abrían drogado y no estaríamos en esta situación, ¿No te das cuenta?, solo nos hacemos da
Acuerdo sexualDalton y Alice se quedaron en la puerta, mirando cómo el coche de la trabajadora social se alejaba con Samuel. La casa, que momentos antes estaba llena de risas y alegría, ahora se sentía vacía y fría.—No puedo creer que esto esté pasando. —Dijo Alice, con la voz quebrada.Dalton la abrazó con fuerza, tratando de consolarla, aunque él mismo se sentía devastado.—Vamos a recuperarlo, Alice. No dejaré que Jennifer se salga con la suya. Hablaremos con nuestro abogado mañana mismo y haremos todo lo posible para que Samuel vuelva a casa.Alice asintió, secándose las lágrimas. Sabía que Dalton tenía razón, pero el miedo y la incertidumbre la abrumaban.Esa noche, ninguno de los dos pudo dormir. Pasaron horas hablando sobre los próximos pasos, revisando documentos y buscando cualquier información que pudiera ayudarles en la batalla legal que se avecinaba.A la mañana siguiente, se dirigieron a la oficina de su abogado, el señor Cooper un hombre de mediana edad con una reputa
Después de varias llamadas sin responder, Dalton y Alice decidieron ir hasta la base de Moscú para ver lo que estaba sucediendo y porque no contestaba las llamadas.Al llegar, fueron detenidos en la puerta por unos de los guardias de Moscú.—Identifíquense. —Ordenó el moreno con expresión de pocos amigos.Alice bajó su cabeza para poderlo ver a los ojos y con solo verla, el guardia tragó saliva con brusquedad y luego dio la orden de abrir las puertas, seguido de un “Lo siento” que apenas fue audible para Alice.Aparcaron su auto y de inmediato entraron al recinto, encontrándose con Moscú junto a Elizabeth en la primera sala de operaciones. Se los veía bastante atareados, tal parece que estaban teniendo una crisis de seguridad.—Tía Elizabeth, Moscú… ¿Todo está bien? —Preguntó la castaña acercándose a ellos.—Alice, Dalton... —Dijo Moscú, levantando la vista de la pantalla donde varios gráficos parpadeaban. —Nos encontramos en medio de una situación complicada. Recibimos información sob
Contra demanda IIEl tono de voz de Jennifer era inconfundiblemente arrogante, tan segura de sí misma como siempre, lo que hizo que Alice sintiera una mezcla de frustración y desagrado.—Jennifer, tenemos que hablar. —Dijo Alice, tratando de controlar su molestia. —Ya sé todo acerca de tu acuerdo con Dalton y la verdad es que siempre te creí más digna, pero esa no es la razón de mi llamada tan repentina. Resulta que hay una infiltración en nuestra base de datos y sospechamos que podría tener algo que ver contigo… ¿Tienes algo que quieras decir al respecto?Jennifer soltó una risa burlona.—¿De verdad, Alice? ¿Crees que estoy detrás de eso también? Tienes una imaginación muy activa.Alice apretó el teléfono con fuerza, sintiendo la furia hervir bajo la superficie.—No estoy jugando, Jennifer. Tenemos pruebas de que alguien accedió a nuestra sala de servidores anoche, y no descansaremos hasta descubrir quién está detrás de esto.Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, y luego J
Los teléfonos de Alice y Dalton comenzaron a sonar sin control, llamadas, tras llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto y decenas de correos electrónicos de todos lados.Ambos estaban paralizados, sin poder ver alguno de los aparatos, no entendían lo que sucedía, estaban incriminando a Dalton por delitos que nunca había cometido y otros que sí, pero, en efecto, ninguno de los dos estaba preparado para pasar por esto ahora.Alice y Dalton se miraron, sus rostros reflejando la gravedad de la situación. Los teléfonos seguían sonando sin cesar, y la presión aumentaba con cada segundo que pasaba.—Muy bien… Tenemos que conservar la calma. Pensemos con la cabeza fría. —Dijo Alice alzando sus manos en son de paz. —No podemos permitir que estas acusaciones falsas nos destruyan. Ambos sabemos que eres inocente y si has cometido algún delito ha sido por necesidad, podemos librarte de esto. —Le aseguró al ojiverde.Dalton asintió al tiempo que su mente comenzaba a trabajar a toda velocidad.