AMALIALos últimos rayos del atardecer se filtran por el follaje de los robles y la noche, ya está sobre nosotros.De repente mi loba se tensa y yo también, de entre unos arbustos que se están moviendo, sale un enorme lobo negro, que nos mira intensa y posesivamente.Da un paso adelante y Megara da un paso atrás con nerviosismo.“Es… es…”“Es Conall” le aseguro porque ella solo lo había visto en mis recuerdos, nunca se ha dado la oportunidad de dejarlo entrar a su mundo interior.“Amalia, ¿qué… qué hago, yo… escapo?”, ella me pregunta y Conall se ha acercado con precaución, está a solo a unos pasos de nosotros.Ya no huele a hierbabuena, sino a esas deliciosas feromonas de cedro que nos tienen con las patas flojas.“Amalia” Su voz lobuna y ronca llega hasta nuestra mente como una caricia, sé que me ha reconocido, sin embargo, no le respondo.“Amalia, yo…” Megara duda, su corazón dividido entre ser leal a mis sentimientos y el tirón del lazo que la une a su otra mitad.Ella es fuerte,
AJAXSuspiré feliz, pero llegando a la conclusión de que mi lobo era más inteligente que yo en esto de la seducción.Valió la pena tomar el riesgo de sacarlo, a pesar de que decían que eso aceleraba más la cosa de Renegado, pero seguía confiando en la magia.Megara era magnífica, enseguida la sentimos con sus patas poderosas siguiéndonos, Conall bajó la velocidad y corrió a su lado, bajo la luz de la luna, a través del bosque nocturno que comenzaba a despertar.La empujó un poco por la hierba y rodaron por el césped llenándose de briznas, la alegría de mi lobo hacía que mi alma se llenara de felicidad.Amaba también esa parte de Amalia, Megara también era mi compañera destinada.Miré a sus orbes brillantes mientras yacía debajo del cuerpo enorme de Conall que la cubría sin apoyar todo su peso, bajó el morro y lamió suavemente su mejilla peluda.Sus respiraciones agitadas por la carrera, sus corazones latiendo unidos y las feromonas de ambos fusionadas de manera perfecta.“Cariño, ¿cuá
AMALIA Llegamos a la orilla, muertas de miedo y preocupación, miramos por todos lados, pero no veíamos a Conall. “¡Siento el olor a su sangre por allá!”, corrió por toda la orilla llena de guijarros hasta unas grandes rocas y ahí nos quedamos horrorizadas al ver el cuerpo desnudo de Ajax, desmayado y casi ahogándose, sumergido en la parte baja del río. “¡Déjame salir!”, le rugí y ella me cedió el control. Mi cuerpo humano es más versátil que el de loba. — ¡Ajax! – le grité varias veces metiéndome en el frío río, donde por suerte la corriente no era muy fuerte, chapoteando y mojándome por completo. — ¡Ajax, reacciona, ay Dios mío, reacciona! – le grité, girándolo bocarriba para evitar que se ahogara, un hilo de sangre bajaba desde su frente, no me detuve a verificar que tan grande era la herida. La adrenalina corría por mis venas mientras lo sacaba del río con todas mis fuerzas, halando sus fuertes brazos y de alguna manera lo logré. No sé si fueron mis miedos, pero parecía much
AMALIAAjax me gritó que corriera a esconderme, pero ya no era esa débil humana que siempre tenía que estar detrás de su espalda.Había entrenado lo mejor que pude durante este tiempo y ahora también contaba con las habilidades de mi loba.Esas bestias se lanzaron sobre nosotros llenos de rabia. Luché con caninos y garras, esquivando sus ataques y en coordinación con Conall.El suelo del bosque se teñía con una capa de sangre, pero era Ajax quien se estaba llevando las peores heridas.“¡Ajax!”, grité cuando lo vi acorralado entre dos, corrí a defenderlo, pero al descuidarme por un segundo el tercer Renegado tomó ventaja.Megara aulló dolorosamente cuando unas garras se hundieron en nuestra pata trasera y fuimos lanzadas por los aires hasta impactar contra un árbol.— ¡Levántate, Megara, reacciona! – le grité y ella movía frenética la cabeza para aliviar el mareo de la conmoción.“¡Cuidado!”, le dije al ver unas garras de repente casi frente a nuestros ojos.Megara luchó por esquivar,
AMALIALa mujer saca de una bandolera de cuero que llevaba como especie de cadena, puedo observar con la vista de mi loba pequeños destellos de piedras mágicas incrustadas en algunos eslabones.Kane le da vueltas en el aire con fuerza, listo para enlazar a la bestia salvaje que le ruge, y empuja una y otra vez, intentando salir de la prisión del hechizo.— ¡Kane, solo tienes una oportunidad, es demasiado poderoso! – la mujer le dice, se ve algo pálida y unas gotas de sangre bajan por su nariz.Por un segundo el tiempo parece detenerse cuando recita un conjuro y Ajax se queda callado al fin y rígido.No duró prácticamente nada, pero fue lo suficiente para que Kane arrojara el lazo de la cadena y lo enredara con ella, incluso tomó el riesgo de meterse al círculo en su forma humana para atarlo aún más con ella.Las gemas se iluminaron con magia chisporroteando en el aire.— ¡Cálmate Ajax, reacciona maldici0n, reacciona!“Ajax” una lágrima bajó por los ojos de mi loba y de los míos, al ve
AMALIANo me compadezco de ese desgraciado, si se muere, así nos ahorra todos los problemas y supongo que sería más sencillo ascender a Sacerdotisa.“Estas son las habitaciones de la manada de Ajax” mi loba me dice lo que ya sé y me paseo por el pasillo delante de las puertas cerradas, con disimulo.“¿Lo hueles o Kane?” Le pregunto, pero me dice que no.— ¿Quería algo, señorita? – me pregunta una voz masculina de repente y me giro algo rígida para ver a uno de los guerreros de Shadow Hunters.— Yo, no, no, solo, su Alfa me salvó de un ataque y quería agradecerle – me invento lo primero que se me ocurrió.— El Alfa Ajax tuvo que salir por asuntos urgentes de la manada, no se preocupe, le doy su agradecimiento.— Ah, ok, gracias – le respondo un poco decepcionada.Me marcho aun mirando hacia atrás, bueno, al menos parece que pudo escaparse para curarse en un sitio seguro.Camino hacia mi habitación y me doy un baño para quitarme toda la sangre.Las imágenes de todo lo que sucedió hoy re
AJAX“Ajax intenta no cambiar más a mi forma, estás tentando a la suerte, acabaste de tener la peor recaída de todas”“Lo sé Conall, lo sé, solo que estoy algo ansioso, intenta camuflarnos lo mejor que puedas, que no nos huelan” – le digo, escondido contra la pared de la villa, amparado en las sombras.Vigilo que nadie me sorprenda mientras me pongo rápidamente el pantalón.Observo un poco las ventanas del segundo piso y escojo la mejor manera de subir por las enredaderas de adorno que cubren la pared.Me paro sobre el alféizar de una ventana que afortunadamente es amplio, pero cuando voy a forzarla para entrar, escucho gimoteos bajos, como llanto de un cachorro, amortiguado por el cristal.La luz se prende repentinamente y me pego a la esquina, escondido y asombrado, por lo que mis ojos ven a continuación.Es Amalia, sin ese ridículo disfraz, aunque su cabello sí que es más platinado de lo que recordaba, camina deprisa, cerrándose la bata de dormir.Parece que se estaba dando una duc
AMALIA“Amalia, él, ha estado un tiempo afuera, en la ventana, yo… pienso que él tiene derecho de conocerlos, los niños no tienen la culpa…”Ella comienza a argumentar mientras yo me acerco paso a paso, a través de las penumbras, mirando su ancha espalda y él está de pie, frente a la cunita.Mis manos tiemblan, me imagino que me va a reclamar por esconder a sus herederos, digo lo primero que me pasa por la cabeza, palabras que pretenden herirlo, cuando en realidad, solo nos estoy hiriendo a los dos.— Aléjate ahora mismo de la cuna o no respondo - lo amenazo esgrimiendo el arma.*****AJAX— ¡Dime la verdad de una vez Amalia! – le exijo tomándola por los hombros y pegándola a mi pecho.Me ha amenazado con ese tonto cuchillo, gritándome todos sus agravios, todo lo que me merezco por imbécil.— Sí, es obvio que los bebés son tuyos y no diré nada más, debes hablarme tú primero con la verdad, Alfa Ajax, ¿desde cuándo te estabas convirtiendo en un Renegado? – me pregunta y me tenso.Parece