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TRES AÑOS DESPUÉS

Mi día había Sido tan largo, estaba muerta, las entrevistas para conseguir las pasantías eran muy aburridas, y se tornaban desagradables cuando empezaban a preguntar por mi padre.

Cuando llegue a casa mi madre estaba allí, ella me miró sonrió y después dejo de sonreír.

— ¿Cariño lo conseguiste? — me preguntó.

Yo me acerque a ella y la abrace.

— Todos quieren aceptarme por papá — Le contesté.

Mamá empezó a pasar su mano por mi espalda para consolarme.

— Encontraras algo cariño, se que puedes — Me animo.

Yo me separé de ella.

— Para hacerlo primero tengo que quitarme el apellido de papá — Le dije.

Mi mamá se rió.

— Deja de ser tan exagerada. ¿que tal si llamas a tus amigas y salen un rato? — Me propuso.

— Mami ellas están muy ocupadas, Barbie casi siempre está con Viviano y Kendall ya no puede caminar — Le dije.

Mi mamá respiro hondo.

— Entonces sal con alguien — Me dijo.

Yo le di un beso en la mejilla y me fui.

Tener una cita en estos tiempos no era tan fácil, los hombres huían de mi, tal vez huelo feo y no me he dado cuenta.

Camine directo a mi habitación, me senté en el borde de la cama y descargue tinder, yo había escuchado a varias personas que esta app de citas era perfecta para encuentros, tal vez tenga suerte y encuentre a alguien.

navegue por perfiles en Tinder por una hora más o menos y ningun hombre allí me gustaba, todos se veían raros y de dudosa procedencia, pero para ser sincera me sorprendió la diversidad de personas que aparecían en la aplicación, habían unos lindos, otros no tan lindos y algunos se pasaban de calientes.

Empecé a deslizar mi dedo hacia la izquierda y hacia la derecha, tratando de encontrar alguien que me llamara la atención. De repente, una foto en particular capturó mi mirada: una sonrisa radiante y un perfil que parecía normal, no había nada raro. Decidí deslizar hacia la derecha y, para mi sorpresa, ¡fue una coincidencia!

Dios definitivamente había escuchado mis súplicas, este hombre se veía tan perfecto.

Un mensaje entro a mi bandeja de inmediato, yo sonreí de par a par, mi soltería estaba a punto de acabar.

Empecé a hablar con él por mensaje, él me dijo que se llamaba Jimmy, que tenía veintiocho años, trabajaba en un consecionario de coches, me contó muchas cosas de su vida y de lo que le gustaría en un futuro.

Con cada mensaje que intercambiábamos, descubríamos más cosas en común y la conversación fluia con Naturalidad, Jimmy era tan chistoso y eso me encantaba.

Compartimos historias y aspiraciones.

Jimmy parecía genuino y su actitud positiva me cautivaba aún más. Decidimos pasar de los mensajes en la aplicación a hablar por teléfono, y nuestras conversaciones se volvieron más profundas.

Había algo en la forma en que Jimmy hablaba que me hacía sentir comprendida y emocionada.

— ¿quieres salir conmigo? — Le pregunté.

— ¿como una cita? — Preguntó él.

— Si, yo conozco un muy buen restaurante — Le dije.

Jimmy acepto de inmediato, yo rápidamente le di la dirección, y la hora.

— Te espero esta noche — Le dije con entusiasmo.

— Nos vemos muñeca — Me dijo y después se despidió.

Rápidamente llame al restaurante y pedí una reserva, para mi buena suerte habían mesas, esto era otra señal de que Jimmy era el indicado.

Yo me levanté de la cama y corri a mi enorme closet, tenía que verme espectacular, las primeras impresiones eran las que contaban.

Después de buscar y buscar en mi closet, al fin encontré el vestido perfecto, con esto lo iba a enamorar de inmediato.

Elegí un hermoso vestido negro que se ajustaba a mi cuerpo, realzando mis curvas de manera elegante. El corte ceñido resaltaba mi silueta mientras caminaba, me veía muy provocativa.

Combiné el vestido con unos zapatos de tacón alto del mismo tono, que alargaban mis piernas y aportaban un toque de sofisticación.

Decidí por dejarme el cabello suelto, dándome un aire natural y despreocupado.

Opté por un maquillaje sencillo y natural, me mire al espejo y sonreí, estaba casi perfecta.

Finalicé el look con una bolsa a juego, un elegante bolso negro que colgaba de mi hombro. Me miré una vez más en el espejo, ahora sí estaba perfecta.

Mire la hora en la pantalla de mi celular, ya casi era la hora, había tardado demasiado en arreglarme, me puse un poco de perfume y salí de mi habitación, lista para encontrarme con el futuro padre de mis hijos.

Cuando estaba a punto de salir de casa, mi padre apareció.

— ¿A dónde vas? — Me preguntó.

Yo camine a él, lo abrace y le di un beso en la mejilla.

— A verme con tu futuro yerno — Le dije.

Mi papá puso mala cara de inmediato.

— Ve con el chófer, está mañana leí en el diario que le robaron a una chica que iba sola — Me dijo.

Yo negué con la cabeza. quería darle una buena impresión a Jimmy, y si iba con chófer seguramente el pensaría que era una hija de papi y yo no quería eso.

— Estaré bien, dentro del bolso llevo gas pimienta — Le dije para tranquilizarlo.

— Me llamas apenas llegues — Me pidió.

Yo asentí con la cabeza, me di la vuelta para irme.

— Si te incómoda me llamas y voy a por ti — Me grito papá.

Yo seguí caminando, adoraba a mi padre, él era tan protector y perfecto, él era mi super héroe, yo quería a alguien como él, y tal vez Jimmy lo sea.

Llegué al restaurante y me senté en la mesa que había reservado. Un camarero se me acerco y me dió la carta.

— Estoy esperando a alguien — Le dije.

El camarero asintió con la cabeza y se alejó.

Yo mire la carta distraídamente, Jimmy se estaba tardando.

Saque el celular y le marque, este sonó un par de veces y después se fue a buzón.

Mire a la puerta en busca de Jimmy, pero él no estaba por ningún lado.

Me levanté para retirarme, no iba pasar más vergüenza en este lugar. Agarré mi bolso para irme, me di la vuelta y en la puerta estaba Jimmy, él me quedó mirando y después sonrió.

Volví a sentarme, ahora tenía el corazón a mil.

Jimmy se acercó, yo me levanté y lo saludé con una beso en la mejilla.

— Que guapa eres — Me dijo.

Yo le di una sonrisa tonta.

— Tu también eres muy lindo — Le dije con timidez.

Jimmy se sentó frente a mi en la mesa, yo lo mire y le volví a sonreír.

Yo le pase la carta para que eligiera lo que quería comer.

Hablamos de todo un poco mientras llegaba el camarero por nuestro pedido.

Jimmy era tan simpático, y cariamatico definitivamente me había ganado la lotería con él.

El camarero llegó, ambos pedimos lo que queríamos comer, yo pedí una ensalada, algo sencillo, no quería que el pensaría que era una glotona.

Cuando llegó su turno de decirle la orden al camarero, él pidió casi todo el menú, tal vez hoy no había comido.

— Pronto les traeré su orden — Nos dijo el camarero y se fue.

— ¿Como te fue hoy en el trabajo? — Le pregunté.

Otro camarero llegó con una botella de vino tinto, nos sirvió una copa y después se la llevó.

— ¡Exelente! Pero ahora que estoy aquí contigo siento que mi dia va a acabar mucho mejor — Me dijo.

Yo sentí como me sonrojaba.

— También pienso que terminará muy bien — Le dije sonriendo.

El camarero llegó con nuestra comida, y ambos empezamos a comer.

— ¿Está buena? — Le pregunté.

Él estaba atragantandose con un filete, yo mire a un lado, una señora nos estaba mirando, me juzgaba, podía sentirlo.

Yo trague en seco y seguí comiendo mi ensalada.

— ¿Que harás mañana? — Le pregunté.

Él se bebió la copa de vino de un trago, después llamo al camarero chasqueando los dedos.

— ¿por qué se tarda tanto? — Preguntó molesto.

— Creo que está ocupado — Le dije.

Él empezó a llamarlo a los gritos, yo agache la cabeza con vergüenza.

— ¿Viste los precios de los platos? Si cobran tanto deberían ser más cervicales — Dijo con molestia.

El camarero se acercó a nosotros.

— trae la botella de vino — Le ordenó.

Yo bebí un poco de vino y seguí comiendo, me sentía tan avergonzada, de las cosas más horribles que me habían pasado, está llevaba la delantera, no creo que haya una situación más vergonzosa que está.

Después de terminar de comer, él me quedó mirando, tenía una sonrisa en sus labios.

— ¿Quieres ir a mi casa? — Me preguntó.

¿Y ahora como hacía para sacarme a este tipo de encima?

El camarero se acercó a nosotros y dejo la cuenta en la mesa, yo mire a Jimmy y él a mí.

— ¿Como van a cancelar? ¿En efectivo o tarjeta? — Preguntó el camarero.

Yo seguí mirando a Jimmy, pero él estaba mirando a cualquier lugar menos a la cuenta.

— ¿Clau no vas a pagar? — Me preguntó después de un momento incómodo.

Yo asentí con la cabeza, si decía algo iba a llorar, ¡está era la peor cita de mi vida!

Saque mi tarjeta y se la di la camarero, el cobro la cuenta y después se despidió.

— ¿Tienes coche no? — Me preguntó.

Yo asentí con la cabeza.

— Que bueno, así no gastas en taxi — Me dijo con una sonrisa.

Yo me levanté de la mesa y camine a la salida, sentía todas las miradas en mi, está vergüenza nunca la iba a superar, jamás volvería a este restaurante, y era una lastima por qué era de mis favoritos.

— ¡Clau espérame! — Grito detrás mío.

Yo me detuve y me di la vuelta.

— ¿No tendrás algo de dinero que me prestes? Me gaste todo viniendo — Me dijo.

Yo estaba en shock, ¿como podía ser tan cara dura?

— O llévame en coche, es tu culpa que haya venido hasta aquí — Me dijo.

Yo me di media vuelta y empecé a caminar, necesitaba irme a casa y llorar toda la noche, si tan solo le hubiera hecho caso a mi papá, ¡pero no! Yo quería verme con el dizque amor de mi vida, esto me pasa por tonta.

Seguí caminando, ya casi estaba llegando a mi coche cuando sentí una mano pesada en mi espalda.

Yo Me di la vuelta y era Jimmy.

— Me sacas de mi casa y me dejas tirado, eres una calienta pollas, después que te di mi tiempo, por qué estoy seguro que ningún hombre había aceptado salir contigo — Me dijo con desprecio.

— ¡Yo no te obligue a venir! y no tengo porque pagarte el taxi, ¿acaso no fue suficiente con todo lo que comiste? ¡Pediste prácticamente todo el menú! Me gaste una fortuna — Le dije medio gritando.

Yo me sentía muy frustrada, furiosa y eso de calienta pollas me había dolido muchísimo.

— Eso es lo que les toca a las mujeres como tu, ¿o es que no te has visto en un espejo? Eres fea, al menos deberías compensarme con algo mas — Me dijo.

Yo trague en seco de inmediato, estaba a punto de llorar.

— Dame dinero, ya que no quieres acostarte conmigo — Me dijo.

Él agarró mi bolso de diseñador y de un jalón me lo quito, la correa del bolso se desprendió, yo ví rojo de inmediato, ¡ese bolso era carisimo! y mi papá me lo había regalado.

— ¡Eres un idiota! — Le grite.

Le quite el bolso de las mano, y con rapidez saque el gas pimienta.

Con el gas pimienta en mano y en la otra mi bolso arruinado, yo mire fijamente a Jimmy.

— Te acercas y lo usaré — Lo amenace.

Jimmy se rió y dió un paso adelante.

no dudé más. Presioné el botón del spray y liberé una nube de gas en dirección a Jimmy.

Un grito de sorpresa escapó de sus labios mientras se cubría el rostro y retrocedía, incapaz de ver claramente.

Yo no lo pensé dos veces y salí corriendo a mi coche, entre y sin ponerme el cinturón arranque, esto me deja de enseñanza que tinder era una horrible aplicación.

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