AL RESCATE DE MI DESPIADADO DUQUE
AL RESCATE DE MI DESPIADADO DUQUE
Por: Aragones
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Cuando llegue a casa, inmediatamente corri a mi habitación, necesitaba volver al hotel, no podía dejar a Domenic en ese estado.

Me saque el vestido y me puso algo más cómodo, unos vaqueros y una camisa blanca holgada de algodón.

Agarré mi bolso y salí, mamá estaba abajo, ella me miró y se cruzó de brazos.

— ¿Pasa algo cariño? — Yo trague en seco.

Jamás le había mentido a mamá, pero decirle que drogue a un hombre y lo deje tirado en un hotel, no se escuchaba nada bien.

— Reunión con las chicas — Le menti.

Mama asintió con la cabeza, ella se acercó y me dió un beso en la mejilla.

— Ve con cuidado — Me dijo.

Yo asentí con la cabeza y salí de casa disparada. no me podía sacar de la cabeza a Domenic, ese tipo se veía muy mal.

Antes de llegar al hotel me detuve a comprar algunas cosas, entre ellas una maleta grande, y varias bolsas plásticas. yo no estaba dispuesta a ir a la cárcel y menos por Domenic.

Cuando llegue al hotel la chica que estaba en la recepción me quedo mirando, yo le sonríe y seguí de largo, tenía que hacer todo rápido, nadie podía descubrir nuestro crimen, un mancha tan grande como un asesinato no se vería bien en mi currículum.

Me subí al ascensor y espero, después que se detuvo en el piso, yo salí y fui directo a la habitación, abrí y entre con cuidado, mire a ambos lados por si alguien estaba aquí, pero no había nadie.

Me acerque a la cama donde estaba tumbado Domenic y lo mire detenidamente.

Él era... fuerte, por ende era muy pesado.

— Debí comprar una maleta más grande — Me dije.

Mire a mi alrededor, y después voltee a ver el cuerpo musculoso de Domenic. acerque mi mano a sus abdominales y con mi uña larga pinche su abdomen duro.

— Eres un medio guapo — Le dije.

Me mordí el labio inferior y subí mi uña hasta su pectoral derecho y también lo pinche, él tenía muchas pecas, pero le quedaban muy bien, yo había visto a varios hombres sin camisa, pero nunca había tenido a uno tan cerca.

Cerré los ojos con fuerza y me baje de la cama, era muy siniestro que yo estuviera comiéndome con la mirada al cadáver de Domenic, eso... era asqueroso.

Empecé a quitarme la ropa hasta quedar en ropa interior, según los documentales está era la mejor forma para deshacerse de un cadáver, después de quedarme en ropa interior me subí a la cama con varias bolsas plásticas y cinta de aislar.

Domenic estaba inmóvil, yo levanté uno de sus brazos y enrolle un pedazo de bolsa plástica en el, después lo fijé con cinta, después de terminar fui a una de sus piernas, la levanté y estaba súper pesada, esto de esconder un cadáver era muy complicado.

— Eres muy pesado — Le dije a Domenic y le di un golpe en la pierna.

Mi mano quedó a centímetros de su pene, tenía curiosidad, mucha curiosidad de saber que había debajo de su ropa interior o de recordar lo que ya había visto.

— Claudine, eso es asqueroso — Me dije a mi misma.

Me quite esos pensamientos pecaminosos de la cabeza y seguí enrollando bolsas plásticas en su cuerpo.

— Lamento haberte asesinado y lamento estar teniendo pensamientos pecaminosos con tu cuerpo — Le dije.

Me trague un sollozo y empecé a llorar, ahora como iba a ver a mis padres a los ojos, sabiendo que mate a alguien.

Respiré hondo, necesitaba calmarme para hacer esto lo más rápido posible.

Seguí tapizando con bolsas plásticas los brazos y piernas de Domenic, de esta manera será más fácil meterlo a maleta.

— irás al infierno por malvado, ¿creo que debería bañarte con agua bendita o algo no? de esa forma tal vez llegues al cielo — Le dije al cadáver de Domenic.

Me levanté de la cama y corri al baño, en un recipiente que había allí lo llene de agua y volví a la cama, metí el recipiente entre mis piernas para que no se tirara y busque en G****e como se puede bendecir un agua común.

— Deberías agradecer que tuviste una asesina tan considerada como yo, no todos los asesinos se toman el tiempo para hacer estas cosas — Le dije al cadáver.

Entre a uno de los enlaces que aparecieron en la búsqueda y empecé a recitar la oración que estaba allí escrita.

— Dios te bendiga, agua pura y clara, que con esta agua se pueda sacar el mal y llene de bien a la persona o lugar que toque ¡Amén! — Dije en voz alta.

Tire el celular a un lado y volví al cadáver, le lance el agua a la cara a Domenic y el abrió los ojos.

Yo salte de la cama y después volví a subir, gateando hasta llegar a la cara.

— ¿Que pasa? — Me preguntó desorientado.

Yo le sonreí ampliamente, me tire sobre él y lo abrace.

— ¡estás vivo! gracias a dios, estaba tan preocupada, tú debes pesar muchísimo — Grite con alegría.

Me separé de él y lo mire a los ojos, Domenic se veía confundido, pero me imagino que era normal, el había regresado del mas allá.

— ¿Te sientes bien? — Le pregunté.

— ¿Por que estás en ropa interior? — Me preguntó.

Yo le sonreí y después me senté.

— Se supone que tenía que hacerlo para no levantar sospechas cuando te sacará de aquí — Le conté.

Domenic arrugó el entrecejo y se sentó. después miró su cuerpo y volvió a mirarme a mi.

— ¿Por que estoy envuelto en plástico? — Me preguntó.

Yo me baje de la cama, alcance los vaqueros que estaban tirados a un lado y empecé a ponermelo.

— ¿Que se supone estabas intentando hacer? — Me preguntó.

Yo me subí la cremallera del vaquero que tenia puesto, después lo mire y le Sonreí.

— Solo quería deshacerme de tu cuerpo, pero te juro que no lo hice con mala intención — Le dije.

Domenic se levantó de la cama y empezó a arrancarse las bolsas del los brazos y las piernas. con tanto trabajo que me había costado envolverlas.

— ¿Estás loca? — Me preguntó.

Yo puse mala cara y negué con la cabeza.

— No, solo quería velar por mi seguridad, y no me lo estás preguntando, pero te lance agua bendita para que entraras al cielo — Le dije.

Domenic abrió la boca y después la cerró.

— ¿Que? — Me preguntó.

Yo respiré hondo.

— Eres malvado Domenic, solo quería hacer algo lindo por ti — Le dije con una sonrisa.

— ¿Malvado? ¿Me lo dices tú qué ibas a deshacerte de mi cuerpo? ¡yo ni siquiera estoy muerto!— me grito con rabia.

— ¡Lo estabas! pero con el agua bendita te traje de vuelta — le dije.

Domenic me miró y después empezó a mirar todo el cuarto.

— ¿Y como se supone ibas a sacarme de aquí? — Me preguntó.

Yo me mordí el labio inferior y después mire la maleta que estaba a un lado.

— ¿Si sabías que para meterme en la maleta primero tenías que cortarme en pequeños pedazos? ¿O como se supone iba a caber yo allí? — Me preguntó.

Me rasque la cabeza, ese pequeño detalle se me había pasado por alto.

— Eso lo iba a hacer después — Le dije.

Él empezó a reír. Ahora yo me sentía muy incómoda y ofendida.

— ¡Eres tan tonta! — Me dijo.

Yo lo mire mal.

— ¡Tu qué sabes de asesinatos! Yo soy la experta, así que si yo digo que eso se hace después, ¡pues se hace después! — Le dije.

Domenic se tapo la cara y empezó a reír.

— ¿experta? — Me preguntó.

— Si, yo he aprendido muchas cosas — Le respondí.

— ¿que clase de crianza te están dando tus padres? Deberían meterte a un manicomio y de paso ir ellos también, y no por qué eres rara, ¡si no por qué eres muy tonta! — Me grito.

Yo me acerque a él, me puse de puntillas y lo mire a los ojos de manera amenazante.

— Tengo un enorme cuchillo en el bolso, no lo utilice por qué aún no era tiempo — Le dije.

Él me agarró con rapidez, aprisionandome en sus brazos, mi cara estaba a centímetros de la suya, podía sentir su aliento estrellarse en mi nariz.

— Eres el intento de asesina más tonta que he conocido — Me dijo.

— No soy tonta — Le dije.

Domenic sonrió de medio lado, dándome una mirada que hizo que mi corazón se sacudiera.

— Lo eres — Me dijo con voz calmada.

Yo lo empuje y me separé de él.

Domenic se tambaleó un poco, yo lo ayude a volver a sentarse en la cama.

— ¿Te sientes muy mal? — Le pregunté.

Estaba muy preocupada.

— Voy a refundirte en prisión, pero no te preocupes que tus dos amigas te harán compañía, no voy a descansar hasta que les den por lo menos veinte años de cárcel — Me dijo.

Yo me levanté, me termine de vestir, y empecé a caminar a la puerta de la habitación.

No me iba a quedar allí a esperar que él llamara a la policía.

— ¿Que le hicieron a mi nariz? — Preguntó.

Yo me di la vuelta y le quede mirando.

— lo siento, es que te caiste cuando te íbamos a subir en la cama — Le dije.

Domenic se puso serio de inmediato, yo agarré mi bolso que estaba tirado en el suelo y salí corriendo del lugar, era mejor huir ahora que quedarse y esperar un horrible desenlace.

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