“Oculto puede estar el camino hacia la luz”.
Eris Morningstar.
Dante
Después de dejar a mi pelirroja y Sandra en casa, conduzco hacia el hospital de la ciudad vecina a Homeless nuestro padre ha sufrido un infarto cuando estaba a punto de subir al avión, así que lo han internado.
Trato de concentrarme en conducir, escucho el hipeo de Eymi que se esfuerza por llorar en silencio, esta sentada en el asiento trasero del auto, Raptor, va junto a ella con la cabeza sobre las piernas de ella.
Al enterarnos de la noticia, mi hermana se descoloco, y también lo hice, con diferencia de que debo mostrarme fuerte, la sensación de posible pérdida volvió a caer sobre nosotros, perder a mamá fue un golpe muy duro, no se como voy a entrar al hospital, el motivo por el cual me horrorizan las ambulancias, es por que muchas veces vimos como
“Todo ser humano es una mezcla de luz y oscuridad, confianza y miedo, amor y odio”. Jean Vanier. Cinthya Sigo viendo de vez en vez hacia la chimenea, no puede ser posible que se lleven todo de estas cabañas, al ser utilizadas dejarían al menos la pinza para atizar, aparte de las sillas y la pequeña mesa en la sala de estar. Respira Cinthya y piensa fríamente, doy tres respiraciones para controlarme o al menos lo intento. Miro mi reloj de pulsera destruido, no fui tan tonto como pensaba, sabía que ahí tenía un dispositivo rastreador. Intento cortar las bridas con los dientes mientras maldigo cuando me doy cuenta de que es esfuerzo es en vano, estoy a punto de darme por vencida, cuando Sandra, me interrumpe. —Vas a quedarte sin dentadura y dudo mucho que le sigas gustando a Dante. —Deja las bromas, no estamos en una hermosa situación—muestro las manos atadas. —Lo hago para no paralizarme y evitar que tengas un ataque de pánico—abro la boca sorprendida—soy una futura psicóloga gra
Kenneth Dos hombres están tirados en el suelo atados no sé con qué tipo de material y un tercero que reconozco a la perfección sentado en una silla un poco golpeado, proliferando miles de maldiciones que en su condición también diría. Cinthya tiene salpicaduras de sangre en su ropa y las manos rojas del mismo líquido. Sandra se encuentra abrazada a la cintura de mi hija, con miedo reflejado en su rostro. Al verme, nos amenaza con un objeto que tiene en las manos, me acerco con sigilo ambas no reaccionan al vernos. —Hola cariño—veo como labios comienzan a temblar, regresa poco a poco a la realidad, y sus bellísimos ojos verdes se llenan de lágrimas, cuando estoy cerca, tomo las pinzas que se usan para atizar las chimeneas, el alivio llega a mi ser de nuevo, cuando abrazo a mi niña, su cuerpo tiembla a causa del bajón de adrenalina. Inspecciono su rostro, esta golpeada, lo que me hace patear a uno de los tipos tirados inconscientes, cuatro veces ante la atenta mirada del tipo que ti
Ten cuidado, mientras vivas, de juzgar a los hombres por su apariencia externa. Jean de la Fontaine. Dante Vamos a ser claros, no estoy huyendo, no tengo razones para hacerlo. Lo que siento no es repelús, solo que, no sé cómo tratarla después de entérame de lo que hizo. Saber que su padre no es alguien común y corriente. Unos padres son capaces de sentarse con sus hijas a fingir tomar té con sus peluches y muñecas, incluso, disfrazarse con un mameluco de unicornio para ver felices a sus hijos. Mas Kenneth, es capaz de asesinar por sus hijas, demostrado al ciento por ciento. Me horrorizo de pensar lo que me haría si llego a lastimar a Cinthya, aunque alejarme ahora que lo pienso no es una buena idea. Sacudo la cabeza ante ese pensamiento, no lo haría, es un hombre que no ha tenido una vida fácil. Mi pelirroja no ha estado bien después de lo que esos hijos de su puta madre, le hicieron. Golpeo con fuerza la barra de la cafetería. Si ella se hubiera cruzado en mi camino antes de e
“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consiente su oscuridad” Carl Jung Observo a mi hermana Katherine mirarse al espejo el vestido de novia que lleva puesto es estilo princesa con escote ilusión en forma de corazón con un delicado encaje cubriendo sus hombros y pecho. Retrocedo mucho tiempo atrás cuando éramos niñas y me gustaba admirarla mientras se arreglaba frente al espejo, soy menor que ella y siempre ha sido el ejemplo a seguir, aunque, no recuerdo cuando perdí ese camino. —¿Crees que me hace ver gorda este diseño? —me saca de mis pensamientos, da vueltas para ver la parte de atrás y luego adelante. —¿Verte gorda? —me rio ante semejante cosa— no te ves gorda hermanita —Me acerco a ella y tomo su mano para darle una vuelta—, estas hermosa, el vestido es perfecto para ti. —la acerco a mí y la abrazo, soy más voluptuosa que ella, t
“Encuentras mis palabras oscuras. La oscuridad está en nuestras almas ¿No crees?” James Joyce Salimos de la boutique y caminamos hacia el estacionamiento, un hombre está a punto de subir a su auto que está estacionado al lado del nuestro, al verlo de inmediato me aferro al brazo de mi hermana, es un hombre alto y de gran contextura, nos observa y por instinto me escondo tras la espalda de Katherine. Él nos sonríe y saluda con un asentamiento, abre la puerta de su auto, se sube y arranca, al tiempo que suspiro de alivio, observo a mi hermana y ella me da unas palmaditas en mi mano que aprieta la suya. Se muy bien que aún no estoy bien y temo enfrentarme a esos fantasmas que me atormentan día a día. Nos subimos a su auto y ella conduce hasta la casa, cuando llegamos el primero en recibirnos es mi lindo Raptor, corre hacia mi encuentro y de inmediato acaricio su cabeza tratándolo como a un bebé, mi herman
“No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando” Terry Pratchett Muy temprano a eso de las seis de la mañana Arturo estaciona su auto frente a la casa, salgo y le doy una sonrisa a boca cerrada mientras me cubro con la franela, no es que sea desconfiada pero no uso mucha ropa provocativa como antes. Raptor camina a mi lado y Arturo se baja del vehículo, mi perro sale a su encuentro y lo saluda, al parecer le cae muy bien, quizá sea el hecho de la confianza y tranquilidad que emana de este joven abogado. —Buenos días, para ti también —acaricia la cabeza de mi pequeño—, eres un buen chico Raptor —lo sigue mimando—, ¿quién es un buen chico?, tú, tú lo eres. —Le caes demasiado bien —su mirada celeste me observa y sonríe —Buenos días, Cinthya, ¿cómo estás? Este chico es muy j
“A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad” Antonio Porchia Una mesera llega para tomar nuestra orden —Disculpen, soy Emisellys —se presenta la camarera viéndome a los ojos—, Vero ya me conoce, pero ustedes dos no. ¿Qué van a pedir estas bellezas? —Emisellys tráeme una hamburguesa y papás fritas con queso extra. —Para mí unas alitas picantes —veo el menú de bebidas antes de escoger— y un té de limón frío, por favor. —¿Y para este cosito hermoso? —mi perro le ladra en contestación, le agrada. —Nada, ya comió y está a dieta —Raptor agacha la cabeza lloriqueando—, no me pongas esa cara señorito. Emisellys ríe a carcajadas al ver al perro hacer un drama, su risa nos contagia por completo y reímos junto a ell
“A veces hace falta oscuridad para ver mejor las cosas” Donato Sandra entra después de que Raptor obedece mi orden de apartarse de su camino y sigue los pasos tras de ella perdiéndose escaleras arriba. —¿Por qué decidieron mudarse? —pregunto mientras bajamos las tres escaleras del porche de la casa. —La abuela de las niñas vivía ahí, así que les heredó su casa, además que es mucho más grande. —Me llamó mucho la atención que dijeras “cuando las niñas llegaron a formar parte de la familia” te refieres a que… ¿son adoptadas? —Así es, me removieron la matriz cuando estaba comprometida, así que soy más estéril que el desierto —sonríe con melancolía—, pensé que mi prometido me dejaría por ello, pero sucedió lo contrario, me cuidó como no tienes idea —lo dice con tanta ternura, sus ojos se iluminan ante el recuerdo, y algo en mi pecho se enciende de emoción, ella transmite mucho—, decidimos ad