Los chicos salieron sonriendo como dos grandes amigos después de unos 45 minutos, Sebastián llevaba en su mano un par de documentos con los que no había entrado. Ambos me quedaron viendo al salir de la oficina y de cierta manera me hicieron sentir incómoda. Yo por otro lado, me volteé hacia el computador para continuar con mi trabajo.–Mariana, por favor vienes a mi oficina–dijo Erick–. Sabía que se trataba del asunto del nuevo contrato para un proyecto gigantesco, quizás era ese proyecto el que le daría el reconocimiento que el deseaba.–Claro, tendré todo listo enseguida–dije–.Sebastián se marchó, no sin antes darme un beso en la frente. Ese fue el beso que nos delató, pero quizás él al igual que yo, no podía contenerse.Entré a la oficina de Erick ignorando el beso que Sebastián me acababa
Sebastián y yo tuvimos una cena espectacular, luego nos disfrutamos nuevamente en mi diminuto departamento que cada vez con la compañía correcta, no parecía tan malo, ahora el espacio y la poca pintura en alguna de las paredes, ya no era un problema tan grande, ya había pensado en comprar papel tapiz para sellar esa parte y en comprar un par de adornos para mejorar el interior. Sin embargo, me bastaba con los recuerdos que tenía ese lugar, para sentirlo tan mío y olvidar lo sola que en algún momento me llegué a sentir.–He visto a tu jefe muy emocionado últimamente –comentó Sebastián con una taza de café en la mano-.–Lo está, tiene algo entre mano y confía en que todo le saldrá bien–dije, evitando dar detalles sobre el tema–.–Ya veo. Ese debe ser su boleto hacia la libertad–.–Lo es o al meno
Sebastián y yo nos quedamos dormidos después de esa gran conversación. A decir verdad, me costó mucho dormir esa noche. Eran miles de pensamientos rondando en mi mente. Deseaba saber más sobre esa nueva información. Una hermandad entre Erick y Sebastián era lo que menos me esperaba. ¿Acaso Sebastián sabe que Erick fue un loco enamorado mientras interpretaba a Marianette? ¿Es por eso que Erick no acepta la relación con Sebastián? ¿Cómo ocurrió ese amorío entre el padre de Erick y la madre de Sebastián? En ese momento mientras todos los pensamientos rondaban en mi mente, recordé que el padre de Erick me había hecho un comentario ese día cuando nos encontramos en el lugar en el que se llevará a cabo el proyecto. Finalmente, después de horas de pensamientos y preguntas sin respuestas, el cansancio y el sueño se apoderaron de mi cuerpo y cedí ante ellos. Cayendo en un profundo sueño. Me desperté a la mañana siguiente a la segunda alarma. Sebastián se encontraba haciendo el café, la sonris
Salí del edificio con todas mis cosas, Sebastián me llevó a su casa. Vivía en un apartamento muy distinguido de la calle remota de la ciudad. Según decían, esa era la zona en donde cada persona debía de pagar hasta por respirar el olor a aire fresco.–Debemos hacer una parada antes de ir a mi casa–dijo–.–Claro–.Salimos del auto y nos adentramos en un enorme caserón, viéndola desde largo, superaba por todo a la casa de Erick.–¿Es la casa de tus padres? –pregunté–.–Lo es–.Jalé su mano y me detuve.–Oye, no creo que sea buena idea, no sé qué haya sido exactamente o cuando salió esa noticia, pero no soportaría que otra persona más me juzgue esta noche–.–Salió en la noticia de hoy, lo leí antes de venir a casa y
Después de todo eso, finalmente descansé y puedo decir que más de lo esperado. Pasé una semana en el apartamento de Sebastián. Desde su punto de vista era solo un apartamento, pero para mí parecía una casa completa. No le falta comodidad, eso es más que evidente. –¿Hablarás con tu mamá? –pregunté–.–Debo explicarle todo lo ocurrido. También hablaré con Javier–dijo–.–No creo que sigamos en una relación después de esa conversación–.–Todos tenemos un pasado, mi madre no juzga a nadie por las cosas que ha hecho, sabe que no tiene derecho. Ella verá si eres una buena o mala persona, además, soy yo el que decidiré con quien estaré–.–Eso no me consuela mucho–.–Puedes estar tranquila, yo realmente quiero estar contigo y espero que el sentimiento sea mutuo–.–Lo es, me gusta estar contigo–.–Me agrada saberlo–.Durante toda la semana que pasé en el apartamento de Sebastián, Erick se había ausentado de la oficina, llegaba y se marchaba de inmediato y s
Comencé a contar mis inicios en el Club y como había conocido a Erick. La historia de una joven bailarina y el joven enamorado a primera vista, parecía no haberla convencido del todo, pero era la verdad. Así conocí a Erick, yo bailaba con una máscara y él siempre llegaba luego de mi presentación a llevarme flores y mensajes de amor, que nunca leí en el camerino, siempre las leía en el apartamento que compartía con mi única amiga y ahora fallecida, pensando que habían sido escritas por mi príncipe azul, pero que en parecido tenía más a Sebastián que a Erick. Le conté como salí del club y la mala racha que tuve. –Jamás escuché hablar de esa compañía–dijo –.–Comenzaba a volverse popular cuando tuve que cerrar, la presión de parte de las personas se había vuelto insoportable y yo no estaba preparada para soportarlo–dije–.–Ya veo–.–Entiendo–.–La idea de volver a tenerla sigue en pie–. –Te felicito, es una gran decisión–.Seguí contando mi historia, ahora cuando Erick me propuso traba
La gran noticia de los doctores de que el infarto de mi padre había sido solo un anuncio, nos preocupó, pero al mismo tiempo nos alivió un poco. Lo llevamos a casa a la mañana siguiente y se miraba mejorado. Al menos estar tan cerca de la muerte lo hizo sentirse un poco más cerca de mí.–Se siente tan bien este abrazo–le dije–.–Lo sé, lamento no haberte enseñado nada sobre la vida y espero que puedas superar todo lo que está pasando. El reporte del periódico me dio una estocada al corazón, pero sé que estarás bien, eres una joven fuerte, de eso no tengo duda. Solo supera todo eso y deja a un lado los prejuicios–dijo mientras me seguía abrazando fuertemente–.Dejé a mi papá descansando en su habitación y me dirigí a la cocina. Mamá se encontraba haciendo un delicio estofado, el olor era irresisti
Desde donde yo lo veía solo me quedaban dos opciones: Renunciar a la empresa o seguir sin importar todo lo que haya pasado. Ninguna de las dos opciones me entusiasmaba, por mi mente solo pasaba el hecho de que mi secreto había sido revelado a todo el mundo. Bueno, era yo contra el mundo nuevamente. Salí del baño y tomé mi puesto como secretaría del Señor Erick Black, una vez más. Miré a Erick salir de su oficina con la lista de las reuniones que debía atender esa semana y con el aspecto de ser el amo y señor de todo. Su aspecto arrogante, aunque siempre lo hacía ver más deseable, no me gustaba demasiado, pues era cuando la idiotez se apoderaba de su ser. Me dispuse a seguir trabajando, la idea de depender de alguien ni siquiera la toleraba como pensamiento. No es malo que las personas te ayuden, pero depender de su dinero, de su voluntad por ayudarte y todo el resto que abarca la dependencia, es demasiado para ser soportado por cualquiera. Quizás en la época en que los padres decidí