Lluvia. Estamos frente a una casa muy bonita, y amplia, se nos acabaron las vacaciones en el hotel y para ser sincera extrañaba estar en un lugar tranquilo y un tanto más solitario, es un vecindario, pero las casas están considerablemente separadas y lo que es mejor, la habitación mía y de Rexon esta al final, alejada de todas las demás, para llegar se tiene que recorrer un largo pasillo de ventanas de techo a piso de cristal, al lado de ellas esta una fuente en el exterior con vista al jardín. — La distancia entre las otras habitaciones y esa fuente será suficiente para que los oídos de los lobos no escuchen cuando te haga mía todas las noches. — ¡Callate Rexon!.- le digo alarmada mirando a mis espaldas mientras recorremos el pasillo hasta nuestra habitación. Es linda, una cama amplia al frente, no se tienen muchos muebles lo que hace lucir el lugar muy espacioso, los muebles son de color gris opaco y las paredes blancas. — Tengo que ir con Dan a comprar provisiones para la casa
3 meses después... Julienth. Estoy sentado en mi escritorio, recargado de una manera para nada elegante mirando el frente, mantengo fija la mirada en el reloj, sus manecillas, sigo el movimiento del segundero con mis ojos, Tic Tak, Tic Tak, lo observo terminar su giro de 360°, la manecilla que marca los minutos se mueve un poco y el segundero continúa trazando el mismo camino, Tic Tak nunca me importó el movimiento de ese aparato estúpido, pero ahora, siempre que puedo vengo a observarlo fijamente andar, porque solo de esa manera siento que el tiempo no corre tan rápido. Ya pasaron 3 meses desde que mi querida Lluviecita se fue a otra ciudad con el maldito príncipe de los lobos, Rexon, mi pecho quema cada que respiro y pienso en ellos, que están juntos, compartiendo cama; dejo escapar el aire contenido en mi pecho, jamás había experimentado un sentimiento así, cuando ella se marchó, cuando no la pude encontrar sentí una rabia inmensurable, me sentí traicionado, cuando se le perdió
Lluvia. Ya pasaron 3 meses desde que estamos en esta casa y no me puedo quejar, los días son muy parecidos a como cuando estábamos en la cabaña, con excepción de que Rexon siempre esta conmigo, ayudándome durante el día en las labores así como todos los demás y en las noches haciéndome tocar el cielo mientras me hace flotar entre las estrellas. Pero desde hace 3 días esta muy extraño, se va durante casi todo el día con los demás chicos dejándome con Colier, no me quejo, no es tan aburrido como parece, sé que tiene un porte de guardia imperial que conservar, pero me las arreglo para que abandone esa postura de vez en cuando, me siento incómoda cuando se comporta más como un guarda espaldas que como un compañero. El día de hoy hace demasiado calor, las temperaturas comenzaron aumentar hace tiempo, odio estar pegajosa... estoy sentada en la banca del patio trasero, bajo la sombra de los árboles, el aire acondicionados se averió así que fue el perfecto motivo para que Rexon volviera a
El aire se comienza a cargar de electricidad creando un ambiente que reconozco muy bien, no se ha acercado a mis labios, aun, pero su mirada perdida en mi me hace sentir incómoda y confundida, analizo la situación en mi cabeza, estamos en el suelo mojados, de la ropa... o bueno Colier quien sabe, él esta sobre mi, nuestros rostros muy cerca, si Rexon llega y nos encuentra a sí... ¡Oh no! Eso se vería muy mal, se malinterpretaría, llena de pánico de que nos encontraran en este momento tan extraño, tomo un puño de pasto y tierra, lo froto en la mejilla de Colier muy cerca de su boca. — Oye... regresa a la tierra, pesas mucho… Cuando puse mi mano en su mejilla con el lodo él movió la cabeza y logre poner la mano en buena parte de su boca, se separa de un brinco de mí, comienza a escupir y sacar la lengua, me siento en el pasto y comienzo a reír al verlo de rodillas inclinado frente al aspersor para limpiarse la boca. — ¿Se divierten?.- la voz de Rexon sofoca mis carcajadas y me saca u
Trato de contener las lágrimas, me siento totalmente conmovida, ellos, renunciaron a una parte de su cuerpo, una parte importante, un colmillo lobuno para dármelo, para que se me pudiera hacer esta arma para defenderme de ser necesario. — ¡Esperen!.- digo de manera abrupta, todos se quedan quietos, dejo la cajita y la hermosa daga letal en la barra de cocina, me acerco a Rexon. Él retrocede un poco al verme acercar con total seriedad, pongo mis manos a ambos lados de su rostro, de repente comienzo a levantarle los labios, todos sus dientes están en orden.— ¡¿Me están tomando el pelo!? — ¿Qué? No claro que no.- me dice Rexon en lo que me alejo, pero no le creo, yo recuerdo perfectamente que su abuela que dio sus colmillos para que se me creara el collar no los tenía ya, ahora voy sobre Dan, se pone rígido. — Tu abuela no tenía los colmillos ya... Miro como Kurt arruga la frente, le echo una mirada de "tú eres el siguiente" Dan sonríe ampliamente, todos sus dientes están en su lugar
Colier. ¿Qué tiene una humana de especial para enamorar al príncipe Rexon? El principal detractor de su especie... Una pregunta que más de uno y me atrevo a decir que toda nuestra sociedad se hacía, y de la cual hace poco descubrí la respuesta. Ella es un sol, desde la primera vez que la miré trepada buscando unas galletas ocultas en el refrigerador me pareció una criatura interesante, graciosa y muy bella. Pero su belleza era una de tantas cualidades que hacían a esa humana única... e irresistible. Desde hace tres meses que vivo con ellos, ella es sencilla, trabajadora, amable, linda... maldita sea la lista es infinita, todas las buenas cualidades que existen y se pueden nombrar ella las tiende. No entendía como Dan y Kurt no dejaban de alagarla y admirarla, ahora yo estoy igual. Desde hace 3 días que Rexon no esta en casa con ella y me confió su cuidado, solo esos malditos días me bastaron para que esa mujercita me alborotara las emociones y confundiera mis sentimientos. No quie
Lluvia. Gritos me hacen levantarme de un brinco, son Rexon y Colier en el jardín, mierda... mierda, pienso que seguramente es por lo que paso en el patio esta tarde Rexon debió de vernos, pero ¿por qué no me dijo nada? Pudimos hablarlo primero. Salimos al patio y Colier menciona que como Rexon pudo exponerme de esa forma, no tengo idea de que hablan, pero ambos están muy alterados, me acerco a Rexon para intentar que se tranquilice, pero para mi sorpresa me empuja y caigo en el suelo. Ni siquiera me mira mientras lo fulminó con la mirada, él esta con los ojos puestos en el lobo frente a él. Colier menciona algo de un duelo, de Alfa a Alfa, el ganador se queda con la chica, o sea yo. Rexon me había comentado como se supone que cortejaban hembras, peleando entre ellos, pero esto... quien gane se quedará conmigo. Me pongo de pie, ni siquiera le doy tiempo a Rexon de responder para aceptar o negarse al reto, me pongo frente a él y mi mano se estrella con fuerza en su rostro, se lleva
Colier. Mi mejilla quema, mis pensamientos se encuentran agitados y descontrolados después de tremendo golpe que me pegó Lluvia en el rostro, no puedo decir que fue un golpe doloroso, que me movió la cara del golpe, no, pero el dolor que me dejó en la piel no se comprara con el que crece en mi pecho después de verla llorar tan enojada, después de decir que ella no era un objeto, una cosa, una mercancía que podríamos intercambiar, no pretendía ofenderla en ningún sentido, para una Loba ser disputada en un duelo de Alfas era un honor, pero para ella fue un insulto sin precedentes. Ella me dio la espalda, la mirada de decepción en sus ojos al entrar a la casa me desgarró el corazón, y no fui el único. Una vez que ella desapareciera en el interior y sus pasos se volvieran silenciosos ante mis oídos, la atención se me fue al movimiento brusco de Rexon, pensé que él iba a atacarme, o por lo menos eso esperé, pero lo que mis ojos presenciaron me deja sin palabras. Rexon se deja caer de ro