Lluvia. No permití que ninguno de los chicos me acompañara a donde yo estaba porque no quiero que miren el bikini que voy a comprar, con Colier y Dan más que nada por vergüenza, con Rexon porque quiero darle una sorpresa... Estoy indecisa entre uno amarillo con puntos blancos o uno rojo brillante, me gusta el rojo, resalta mi piel y cabello además me parece un color muy pasional, creo que volvería loco a Rexon (más) creo que tomaré ese, es sencillo de dos piezas con unas cuantas incrustaciones de pedrería en las tiras para amarrarlo. Me muevo a otro lugar de la tienda para buscar un cubre bikini, no quiero estar tan destapada, uno blanco de encaje me parece lindo, pero aun así el rojo estaría llamado la atención desde abajo y se supone que quiero ocultarlo un poco así que lo mejor será uno gris o negro para que esos colores lo oculten. — Vaya... vaya mira nada más a quien tenemos aquí.- me quedo fría ante la voz femenina bastante familiar, esta muy cerca de mí, levanto la cabeza y
Ya habían pasado 3 días, en donde Rexon y yo nos la pasábamos encerrados en nuestra habitación mirando televisión, durmiendo y de vez en cuando en las noches salíamos al balcón a ver las estrellas. Mi piel estaba mucho mejor, me emociona mucho poder pasar mis manos por ella y no sentir en las yemas de mis dedos la elevación en la piel por las cicatrices, ahora apenas eran visibles, me abrazó a mi misma con emoción, aguantando las ganas de llorar al verme al espejo. Estoy en el baño, Rexon ya debe de estar en la cama esperando por mí, hoy iremos a la alberca, estoy emocionada, desde pequeña cuando vinimos aquí quise meterme, explorar este lugar, y bueno esta vez sí que lo hice, lo único que faltaba era alberca, dentro de poco nos iríamos de aquí, no me siento triste en absoluto extraño estar en un lugar menos... concurrido. Me echo un último vistazo frente al espejo, recogí mi cabello en una coleta alta, el bikini rojo se me mira fenomenal, me puse una manga en mi brazo marcado, es
Rexon Lluvia esta en la piscina, la veo que se divierte por desgracia yo no estoy disfrutando mucho, en cuando la miré salir del baño con el dichoso Bikini sabía que sería un problema, ella dijo que abría más mujeres y no sería el centro de atención, me tranquilice un poco cuando me dijo eso, ya que sin duda hay más mujeres, pero la maldita sensación del lugar es la rubia con el bikini rojo. A mi no me importa cuantos pares de ojos femeninos me miren, mi indiferencia es más que suficiente para que posen la mirada en cualquiera de los demás que vienen conmigo, el problema es que mi ricitos es totalmente ajena a todos los ojos masculinos que se la comen con la mirada, que la desvisten con los ojos. Ella sale del agua y me saluda, no me muevo ni un centímetro, mantengo mis brazos cruzados sobre mi pecho, manteniendo mis lentes en su lugar para ocultar mi mirada molesta, no con ella, sino con toda la bola de idiotas de aquí, ella parece darse cuenta, nada para llegar a donde yo estoy,
Lluvia. Estamos frente a una casa muy bonita, y amplia, se nos acabaron las vacaciones en el hotel y para ser sincera extrañaba estar en un lugar tranquilo y un tanto más solitario, es un vecindario, pero las casas están considerablemente separadas y lo que es mejor, la habitación mía y de Rexon esta al final, alejada de todas las demás, para llegar se tiene que recorrer un largo pasillo de ventanas de techo a piso de cristal, al lado de ellas esta una fuente en el exterior con vista al jardín. — La distancia entre las otras habitaciones y esa fuente será suficiente para que los oídos de los lobos no escuchen cuando te haga mía todas las noches. — ¡Callate Rexon!.- le digo alarmada mirando a mis espaldas mientras recorremos el pasillo hasta nuestra habitación. Es linda, una cama amplia al frente, no se tienen muchos muebles lo que hace lucir el lugar muy espacioso, los muebles son de color gris opaco y las paredes blancas. — Tengo que ir con Dan a comprar provisiones para la casa
3 meses después... Julienth. Estoy sentado en mi escritorio, recargado de una manera para nada elegante mirando el frente, mantengo fija la mirada en el reloj, sus manecillas, sigo el movimiento del segundero con mis ojos, Tic Tak, Tic Tak, lo observo terminar su giro de 360°, la manecilla que marca los minutos se mueve un poco y el segundero continúa trazando el mismo camino, Tic Tak nunca me importó el movimiento de ese aparato estúpido, pero ahora, siempre que puedo vengo a observarlo fijamente andar, porque solo de esa manera siento que el tiempo no corre tan rápido. Ya pasaron 3 meses desde que mi querida Lluviecita se fue a otra ciudad con el maldito príncipe de los lobos, Rexon, mi pecho quema cada que respiro y pienso en ellos, que están juntos, compartiendo cama; dejo escapar el aire contenido en mi pecho, jamás había experimentado un sentimiento así, cuando ella se marchó, cuando no la pude encontrar sentí una rabia inmensurable, me sentí traicionado, cuando se le perdió
Lluvia. Ya pasaron 3 meses desde que estamos en esta casa y no me puedo quejar, los días son muy parecidos a como cuando estábamos en la cabaña, con excepción de que Rexon siempre esta conmigo, ayudándome durante el día en las labores así como todos los demás y en las noches haciéndome tocar el cielo mientras me hace flotar entre las estrellas. Pero desde hace 3 días esta muy extraño, se va durante casi todo el día con los demás chicos dejándome con Colier, no me quejo, no es tan aburrido como parece, sé que tiene un porte de guardia imperial que conservar, pero me las arreglo para que abandone esa postura de vez en cuando, me siento incómoda cuando se comporta más como un guarda espaldas que como un compañero. El día de hoy hace demasiado calor, las temperaturas comenzaron aumentar hace tiempo, odio estar pegajosa... estoy sentada en la banca del patio trasero, bajo la sombra de los árboles, el aire acondicionados se averió así que fue el perfecto motivo para que Rexon volviera a
El aire se comienza a cargar de electricidad creando un ambiente que reconozco muy bien, no se ha acercado a mis labios, aun, pero su mirada perdida en mi me hace sentir incómoda y confundida, analizo la situación en mi cabeza, estamos en el suelo mojados, de la ropa... o bueno Colier quien sabe, él esta sobre mi, nuestros rostros muy cerca, si Rexon llega y nos encuentra a sí... ¡Oh no! Eso se vería muy mal, se malinterpretaría, llena de pánico de que nos encontraran en este momento tan extraño, tomo un puño de pasto y tierra, lo froto en la mejilla de Colier muy cerca de su boca. — Oye... regresa a la tierra, pesas mucho… Cuando puse mi mano en su mejilla con el lodo él movió la cabeza y logre poner la mano en buena parte de su boca, se separa de un brinco de mí, comienza a escupir y sacar la lengua, me siento en el pasto y comienzo a reír al verlo de rodillas inclinado frente al aspersor para limpiarse la boca. — ¿Se divierten?.- la voz de Rexon sofoca mis carcajadas y me saca u
Trato de contener las lágrimas, me siento totalmente conmovida, ellos, renunciaron a una parte de su cuerpo, una parte importante, un colmillo lobuno para dármelo, para que se me pudiera hacer esta arma para defenderme de ser necesario. — ¡Esperen!.- digo de manera abrupta, todos se quedan quietos, dejo la cajita y la hermosa daga letal en la barra de cocina, me acerco a Rexon. Él retrocede un poco al verme acercar con total seriedad, pongo mis manos a ambos lados de su rostro, de repente comienzo a levantarle los labios, todos sus dientes están en orden.— ¡¿Me están tomando el pelo!? — ¿Qué? No claro que no.- me dice Rexon en lo que me alejo, pero no le creo, yo recuerdo perfectamente que su abuela que dio sus colmillos para que se me creara el collar no los tenía ya, ahora voy sobre Dan, se pone rígido. — Tu abuela no tenía los colmillos ya... Miro como Kurt arruga la frente, le echo una mirada de "tú eres el siguiente" Dan sonríe ampliamente, todos sus dientes están en su lugar