Lluvia. Cuando desperté Rexon ya no estaba en la habitación, no me di cuenta de a que hora se marchó, los medicamentos me causaban un sueño pesado, la que entro a darme los buenos días fue su abuela, hoy se cumplen los tres días que mencionó Ali, me preocupaba de cierta manera, pero una gran parte de mí se sentía tranquila, no le temía a un grupo de colmilludos salvajes ahora que sabía que Julienth no estaba tras de mí, y si se llegaban aparecer, estaba segura de que los lobos los harían papilla. Rexon no me había dicho nada, pero sé que estoy al acecho de los demás vampiros, mi sangre peculiar me convierte en objetivo, pero no siento la mitad de miedo de enterarme de eso a cuando Julienth me perseguía. La tarde se me paso como un suspiro, Kurt se turnaba con la abuela de Rexon para cuidar de mí, y bueno, me sorprendió descubrir el lado divertido de él. — Me gustaría tener un cerdo.- dije cuando hablamos de nuestros animales favoritos, la abuela de Rexon y Kurt me miraron divertido
Al día siguiente en cuanto abro los ojos siento un calor agradable en mi espalda además de un peso inusual situado en mi cintura, al voltearme miro que Rexon se encuentra profundamente dormido a mi lado abrazándome, me emocione, por un momento contuve el aliento, pensando que el sonido de mi respiración podría despertarlo, se le mira tan guapo, su rostro atractivo completamente relajado, su respiración es suave y a pesar de que el clima esta algo frío y él solo durmió con una camiseta delgada su cuerpo esta tibio, me quedo así observándolo con fascinación unos minutos más, pero el gusto me dura muy poco mi cuerpo me pide ir al baño, con este frío son demasiado constantes mis idas al baño, la nieve es hermosa, pero en verdad estoy sufriendo con este clima. Con extremo cuidado me muevo para tratar de salir del agarre de Rexon, pero él, no sé si por instinto o que, pero cuando me deslice bajo su brazo se levanta de un brinco y me agarra con fuerza de la cintura, sus ojos alarmados se en
Rexon Empiezo a pensar que esto no fue buena idea, no voy a negarlo, estoy sumamente excitado ante nuestro juego, pero la seguridad de ganar se hizo polvo en cuanto ella dejó de darme la espalda. Mi valentía me abandonó, la única razón por la que pensaba que podría resistirme a tocarla en primera fue porque ella me retó y mi orgullo me empujó aceptar el reto, en segunda me convencía de no ponerle la mano encima porque si llegábamos hacer algo más todos en casa se darían cuenta, sería vergonzoso para ella y yo no quiero que los demás la escuchen. Pero ahora, estando frente a frente uno del otro, sin ninguna prenda que cubra nuestros cuerpos me siento expuesto y vulnerable de mil maneras. No se siente igual, no es lo mismo a cuando solía andar en pelotas por la casa para meterme al lago con los demás, todo es diferente cuando estás con tu persona especial. Las costras de la espalda de lluvia ya se han caído, cuando se dio la vuelta mis ojos casi salen de su lugar, no le presté mucha
El cuerpo de Lluvia se retuerce de una manera deliciosa bajo mi cuerpo, tengo una de mis manos sujetando su nuca y la otra entre sus piernas, pasando mis dedos delicadamente por la entrada a su cuerpo, su piel está tan húmeda y sensible que le causa espasmos cada que paso mis dedos al frente y a tras acariciando esa zona. — Rexon... para... Se separa de mi boca, jadeando, su voz me vuelve loco, sus pupilas están dilatadas, su aliento es cálido, nuestras bocas están tan cerca, miro sus labios con hambre, después los poso en sus ojos azules, tiene la mirada perdida, trata de aferrarse a algo para no perder la poca cordura que le queda y quiero arrebatarle eso. — ¿Por qué tormenta?... ¿No te gusta? — No es eso es solo que…- muevo mis dedos de nuevo, cierra los ojos con deseo, los aparto solo para pasarlos en su clítoris y comienzo a mover mis dedos en ligeros y suaves círculos.— Rex... nos pueden escuchar. Ahora parece asustada, sonrió con malicia, su cuerpo comienza a doblegarse an
Lluvia. No tengo palabras para describir este momento, sabía que meternos los dos juntos en la ducha acabaría en caos, pero no me imaginé que llegaríamos tan lejos, en mi cabeza estaba la posibilidad de besos, unas cuantas caricias, pero al momento de pasar a más allá de eso, me dije a mi misma que si él no lo hacía, yo me iría. Pero nada resultó como lo pensé, el hecho de que él me dijera las razones por las cuales no podíamos hacerlo ayer en la noche y me dejara en claro que ahora no había más impedimentos, me hizo ligeramente cambiar de opinión, aunque en el fondo tenía miedo y más que nada vergüenza a ser escuchados, poco a poco comenzó a importarme poco. Quería pararlo, pero después ya ni yo entendía muy bien el porqué, él tenía razón yo lo deseaba tanto como él a mí, mi cuerpo no mentía y yo ya me sentía lista para entregarme a él. Su cuerpo es perfecto, cada músculo bajo mis manos es firme y definido, su piel es suave y puedo sentir una que otra cicatriz bajo mis yemas, pero
Rexon. Lluvia duerme tranquilamente en mi pecho, paso mi mano acariciando su cabeza, mi atención total está en escuchar los latidos de su corazón y su suave respiración, la adoro, no dejo de pensar en lo que paso en el baño, cada vez que las imágenes de su rostro y bello cuerpo llegan a mi cabeza un escalofrío recorre mi cuerpo, quería más, deseaba más, pero después de haberla hecho correrse dos veces se miraba exhausta y no estaba equivocado, después de lavar nuestros cuerpos con rapidez y salir de la ducha, ella quedó totalmente dormida, estábamos desnudos sobre la cama, ella arropada con varias cobijas al rededor parece que mi calor corporal no es suficiente para tenerla cómoda. Alguien toca la puerta, un gruñido molesto se forma en mi interior y mi mal humor se intensifica cuando el aroma de Kurt llega a mi nariz, estaba a punto de gritarle que se largara, pero eso despertaría a mi ricitos así que me detuve, con cuidado comencé a salir de la cama, hice a un lado su brazo, estaba
Lluvia. Cuando me desperté Rexon no estaba conmigo en la cama, a pesar de que estaba envuelta en varias cobijas la falta de la calidez del cuerpo de Rexon fue eminente y bueno estaba desnuda, me levanté y fui a buscar ropa, me duele todo el cuerpo, pero es un dolor hasta cierto punto agradable, no me quejo. Con rapidez voy al armario y agarro unas licras térmicas y me pongo los jeans encima, dos camisas de manga larga, y un suéter esponjoso color durazno, me pongo tres pares de calcetines después mis pantuflas y salgo de la habitación, me voy directo a la cocina, después de tantas sopas en estos días mi estómago comienza a exigir algo pesado. Todo esta en silencio y no veo nadie en casa, después investigaría, primero mi estómago, para mi sorpresa y mala suerte la cocina había sido saqueada, siempre conté con que pasara algo así... por eso tenía reservas, me pare en la barra con cuidado, hasta la parte de atrás del refrigerador había dejado una bolsa de harina, la tome y casi grito d
Miro el pequeño rastro de sangre con la cara agachada no me atrevo a mirar a Rexon a los ojos, esto es algo vergonzoso, pero el tono de alarma en su voz me obliga a levantar la cabeza. — ¡Lluvia! ¡Lluvia! ¡Por todos los cielos! ¿Estás bien? Te dije que esto no era buena idea... ¿Dónde te lastimaste? Se acerca de una manera torpe a donde yo estoy, estirando sus brazos para mantener el equilibrio en lo que resbala sus pies para avanzar por el lago congelado, apoyo mis manos detrás de mí y siento mis manos hundirse en la suavidad de la nieve, me apoyo en ellas y me hago para atrás sentándome en ella y dejando de estar sobre la helada nieve. — Estoy bien.- le digo a Rexon, cuando esta cerca de mí, se resbala y cae de boca en la nieve al lado de mí, me pongo a reír, pero no sigue mi humor, esta aún con esa preocupación en su rostro que no le permite nada más.— Estoy bien lobito, es solo mi periodo. — ¿Periodo? ¿Qué es eso? Seguro una de tus mentiras para que no me preocupe... ven acá.-