Al día siguiente desperté muy adolorida de mi cuerpo, él no estaba en ningún lado y en ese momento agradecí al cielo, no iba a poder complacer a ese hombre nuevamente si me lo pedía, mi cuerpo no aguantaría. Al lado en el buró de la cama había una bonita rosa, como las que siempre me llevaba a la tienda, al lado de ella un vaso de agua, pastillas y una nota, la tomé, solté un quejido al estirarme, la parte baja de mi cuerpo sufría. "Lo siento Lluviecita... se me pasó la mano anoche, en verdad me perdí en la lujuria de tenerte, eres tan bella, me vuelves loco...Te dejé unas pastillas para el dolor, tomalas, prometo ser más gentil la próxima vez, te dejaré descansar unos días. Tuve que salir a atender un imprevisto, estaré de vuelta en unas horas, si te da hambre toma lo que quieras de la cocina" Dejé la nota de nuevo en el buró, me tomé las dichosas pastillas y me esperé a que hicieran efecto, cuando ya podía moverme un poco mejor sin sentir tanto dolor me levanté y fui a la cocin
Desperté, como siempre débil, aturdida y con el cuerpo adolorido, lo mismo de todos los días, ese techo gris que a pesar de que llevara un año entero aquí encerrada y no había visto a nadie entrar más que el doctor, estaba todo limpio, en orden e inmaculado. No es como que hubiera muchas cosas, una enorme cama al lado de la puerta, frente a ésta dos sillones, y de mi lado izquierdo un baño con retrete y regadera, tenía una tina, pero una vez me intenté ahogar en ella, tenía la creencia de que había cámaras aquí, llegaron en el momento exacto para sacarme, me durmieron y cuando desperté esta había desaparecido y fue remplazada por una regadera... Todo era como siempre, abrir los ojos nuevamente solo significaba volver a sufrir, estaba mentalmente agotada y físicamente destrozada. — Por fin has despertado, Lluviecita. Su voz... escuchar la voz de Julienth me puso en alerta, me senté en la cama con rapidez y pegué mi espalda a la fría pared en lo que abrazaba mis rodillas, él sonrió,
Rexon. Desde hace tiempo había terminado de atender la espalda de Lluvia, se acomodó la camisa y nos sentamos frente a frente con las piernas cruzadas sobre la cama, ella mantenía la cabeza agachada en todo momento mientras hablaba, su cuerpo temblaba de repente en algunas partes de su historia, otras se le cortaba la voz y en algunas tenía que tomar su tiempo para seguir hablando, se limpiaba las lágrimas constantemente, me mantuve en mi lugar, ignorando el impulso de querer abrazarla y limpiar sus lágrimas yo mismo, pero no quería interrumpirla, aunque la otra parte de mí quería decirle que parará, no solo me estaba contando su pasado y los jodidos horrores que le hicieron, era como si estuviera reviviendo esos momentos en carne propia. Cuando ella terminó de hablar se quedó con la cabeza agachada, pensativa y en silencio, no sabía que decirle, tenía que organizar mis pensamientos y controlar mis emociones, tenía mucho coraje atorado en el pecho que apenas y me permitía respirar
Hoy se cumplía el tercer día de la emboscada que sufrieron Lluvia y Kurt, todos estábamos en alerta, aquel vampiro dijo que no habría ningún ataque, o por lo menos eso quiso dar a entender, pero yo no me fio de nada no puedo confiarme en una situación así, aunque muriera por estar en la habitación al lado de mi ricitos mi deber como Alfa era estar al frente con los demás, Dan y el Alfa de la manada de apoyo me dijeron que fuera con mi Luna, pero sé que ella esta bien con mi abuela, nos corresponde a los hombres cuidar de las chicas. Todos estábamos fuera para estar preparados para cualquier contingencia, los demás hablaban, reían, trataban de aligerar el tenso ambiente, yo no, yo miraba con atención el bosque, atento a cualquier movimiento. — Relájate un poco amigo, no creo que ataque la casa.- Dan apareció a mi lado, se sentó junto a mí mientras bebía una soda, me ofreció una, la verdad era que no tenía sed, pero aun así la tome para no despreciarlo. — No puedo relajarme, aunque q
Lluvia. Cuando desperté Rexon ya no estaba en la habitación, no me di cuenta de a que hora se marchó, los medicamentos me causaban un sueño pesado, la que entro a darme los buenos días fue su abuela, hoy se cumplen los tres días que mencionó Ali, me preocupaba de cierta manera, pero una gran parte de mí se sentía tranquila, no le temía a un grupo de colmilludos salvajes ahora que sabía que Julienth no estaba tras de mí, y si se llegaban aparecer, estaba segura de que los lobos los harían papilla. Rexon no me había dicho nada, pero sé que estoy al acecho de los demás vampiros, mi sangre peculiar me convierte en objetivo, pero no siento la mitad de miedo de enterarme de eso a cuando Julienth me perseguía. La tarde se me paso como un suspiro, Kurt se turnaba con la abuela de Rexon para cuidar de mí, y bueno, me sorprendió descubrir el lado divertido de él. — Me gustaría tener un cerdo.- dije cuando hablamos de nuestros animales favoritos, la abuela de Rexon y Kurt me miraron divertido
Al día siguiente en cuanto abro los ojos siento un calor agradable en mi espalda además de un peso inusual situado en mi cintura, al voltearme miro que Rexon se encuentra profundamente dormido a mi lado abrazándome, me emocione, por un momento contuve el aliento, pensando que el sonido de mi respiración podría despertarlo, se le mira tan guapo, su rostro atractivo completamente relajado, su respiración es suave y a pesar de que el clima esta algo frío y él solo durmió con una camiseta delgada su cuerpo esta tibio, me quedo así observándolo con fascinación unos minutos más, pero el gusto me dura muy poco mi cuerpo me pide ir al baño, con este frío son demasiado constantes mis idas al baño, la nieve es hermosa, pero en verdad estoy sufriendo con este clima. Con extremo cuidado me muevo para tratar de salir del agarre de Rexon, pero él, no sé si por instinto o que, pero cuando me deslice bajo su brazo se levanta de un brinco y me agarra con fuerza de la cintura, sus ojos alarmados se en
Rexon Empiezo a pensar que esto no fue buena idea, no voy a negarlo, estoy sumamente excitado ante nuestro juego, pero la seguridad de ganar se hizo polvo en cuanto ella dejó de darme la espalda. Mi valentía me abandonó, la única razón por la que pensaba que podría resistirme a tocarla en primera fue porque ella me retó y mi orgullo me empujó aceptar el reto, en segunda me convencía de no ponerle la mano encima porque si llegábamos hacer algo más todos en casa se darían cuenta, sería vergonzoso para ella y yo no quiero que los demás la escuchen. Pero ahora, estando frente a frente uno del otro, sin ninguna prenda que cubra nuestros cuerpos me siento expuesto y vulnerable de mil maneras. No se siente igual, no es lo mismo a cuando solía andar en pelotas por la casa para meterme al lago con los demás, todo es diferente cuando estás con tu persona especial. Las costras de la espalda de lluvia ya se han caído, cuando se dio la vuelta mis ojos casi salen de su lugar, no le presté mucha
El cuerpo de Lluvia se retuerce de una manera deliciosa bajo mi cuerpo, tengo una de mis manos sujetando su nuca y la otra entre sus piernas, pasando mis dedos delicadamente por la entrada a su cuerpo, su piel está tan húmeda y sensible que le causa espasmos cada que paso mis dedos al frente y a tras acariciando esa zona. — Rexon... para... Se separa de mi boca, jadeando, su voz me vuelve loco, sus pupilas están dilatadas, su aliento es cálido, nuestras bocas están tan cerca, miro sus labios con hambre, después los poso en sus ojos azules, tiene la mirada perdida, trata de aferrarse a algo para no perder la poca cordura que le queda y quiero arrebatarle eso. — ¿Por qué tormenta?... ¿No te gusta? — No es eso es solo que…- muevo mis dedos de nuevo, cierra los ojos con deseo, los aparto solo para pasarlos en su clítoris y comienzo a mover mis dedos en ligeros y suaves círculos.— Rex... nos pueden escuchar. Ahora parece asustada, sonrió con malicia, su cuerpo comienza a doblegarse an