El dolor detona y me retuerzo en la cama con gritos agónicos, aprieto la mano de Taxon con fuerza, al verlo me doy cuenta de que él está llorando, el señor Raymond se mueve de un lado a otro con el teléfono en el oído, acomodando y buscando cosas que supongo le pide el doctor. Me conecta a una máquina y al instante está comienza a emitir sonidos como loca, la puerta se abre y el doctor entra corriendo, se pone unos guantes y toma asiento frente a mí.— Esto no está bien, nada bien...Acomoda algo para que quede con encima de mi vientre y pone una tela arriba para que me cubra, estoy demasiado aturdida, me quita los pantalones de pijama, lo escucho suspirar pesadamente. — No hay tiempo para una cesaría, el primer bebe ya viene... Raymond y el doctor se miran entre ellos, como si hubiera algo que solo ellos saben, parecen abatidos, me revuelvo sintiendo que el dolor detonara en cualquier momento, ya no lo soporto, ya no puedo más. — Lluvia, a la siguiente contracción puja, no grites,
Rexon. Despierto aturdido, la cabeza me da vueltas y me siento desorientado, me llevo la mano a la frente tratando de controlar el punzante dolor que no es tan intenso, pero si algo molesto, miro el techo, está girando un ventilador lentamente... no se parece al nuestro. ¿Lo cambiaron cuando no estuve? Alargo el otro brazo, pero la cama se encuentra vacía; probablemente ya vinieron por Lluvia para llevarla a desayunar, por la intensidad de la luz que entra por la ventana me doy cuenta de que pasa del medio día, no puedo creer que durmiera tanto. Me siento en la cama y comienzo a frotarme los ojos, siento una pesadez en el cuerpo que jamás había experimentado; no recuerdo haber bebido anoche, enfoco la mirada y me quedo frío... esta no es mi habitación. La decoración es diferente, los muebles, pero algo en el lugar me parece bastante familiar, un ave canta y mi cabeza gira en dirección al sonido a la gran ventana que está al frente, después me giro a la izquierda y encuentro la puert
Devora. "Está en coma"... cuando las palabras de Nala escapan del altavoz de mi celular suelto un grito lleno de rabia, el teléfono se encuentra sobre una mesa, si estuviera en mi mano ya lo hubiera arrojado lejos, esta debe ser una maldita broma, ¿Cómo carajos es que esa mujer no se muere? Es pequeña, inferior y débil, su resistencia no me parece que sea de este mundo, va en contra de su naturaleza ¿En verdad es una humana? Aprieto la mandíbula, esto no puede estarme pasando. — Ella tenía que morir, yo me quedaría con sus cachorros, con el trono, con Rexon ¡MALDICIÓN!- Me duele la garganta de tanto quejarme, la molestia no hace más que crecer, Nala permanece en silencio al otro lado de la línea, ya me la imagino con su cara de tonta. Mi plan era perfecto no entiendo que fue lo que falló, eso debió bastar para matarla, pero no, parece ser que el destino no está de mi lado como pensé al parecer me juega en contra, se burla de mí... nadie se burla de mí. Estoy metida hasta el cuello
Si soy una loba, pero detesto el bosque, el aroma a tierra, los animales del exterior, el viento húmedos, cielos... no soy una salvaje, pero aun así me niego a vestirme como una pueblerina, admito que mi vestido ajustado no me hace fácil la movilidad, y trato de pensar lo menos posible en como el tacón de mis zapatillas se hunde en la tierra, avanzo por unos arbustos y un pequeño grito de disgusto sale de mi garganta al momento que mi rostro choca con una red de telaraña. — ¡Maldita sea! ¡Puto busqué de mierda! ¡Jodida tierra!.- exploto en lo que me paro para sacudirme la maldita telaraña de la cara y del cabello, un escalofrío me recorre el cuerpo al pensar que alguna araña quedo en mi cabeza que horror. — Veo que sigues siendo la misma delicada de siempre. - levanto la vista molesta, ante mí aparece un hombre de buen ver con el cabello rojizo como los rayos del atardecer y una mirada igual de filosa que la mía. — Y tú sigues siendo igual de bestia, no me sorprende que terminaras
Nala. Todo mi cuerpo está temblando sin control, me llevo las manos a la cabeza y acerco las rodillas a mi pecho para recargarme en ellas, no puedo creer lo que acabo de hacer y aunque tengo miedo, una gran parte de mí está muy orgullosa de por fin haber tenido la fuerza para romper mis ataduras, de deshacerme de las cadenas que me mantenían atada a la voluntad de Devora; pero este solo es un pequeño logro, solo un pequeño respiro, así como cuando por fin sales a la superficie a tomar aire después de estar bajo el agua, en poco tiempo otra ola me golpeara, y estoy segura de que solo marcara el fin para mí. La ansiedad hace de las suyas y el montón de emociones revueltas que me golpean, pierdo el control, comienzo a llorar dejando el alma en cada sollozo desgarrador que escapa del fondo de mi pecho, no es justo que mi vida acabe de esta manera, todo es tan injusto, pero era de esperarse, la muerte llegó a mi hace mucho tiempo y Devora me rescató de ella solo para ponerme unas cadenas
Kurt. Me duele en el alma todo lo que le está pasando a Lluvia, maldita sea, ella es una persona muy buena, se pasa de buena gente y aun así parece que la vida, el destino lo que sea la tiene en contra de ella. Rexon... no quiero verlo ni en pintura, él es el culpable de lo que le pasó, nadie más que él, Devora es una tramposa, se le dijo antes de marcharse y aun así se fue con ella, posiblemente porque el sí es su amante y solo trataba de vernos la cara de tontos a todos; de solo pensar que Lluvia muera me enferma, no pudo con ella el jodido rey de los vampiros, pero una asquerosa loba tramposa sí... no puedo creerlo. Escucho que alguien se acerca a donde estoy, espero que no sea Rexon porque lo único que va a recibir de mí es un puñetazo, pero me calmo solo de pensar que si él necesitara de alguien fuera con Dan, él es más... tranquilo a comparación de mí, si no me la pensé dos veces en golpear a Devora menos a él; pero me llevo una sorpresa cuando veo que es Nala la que se acerca
Rexon.Estoy tirado en una de las esquinas de la oscura habitación, me abrazo las rodillas mientras apoyo mi frente en ellas, me duele mucho el pecho, cada respiro es agónico, siento como si alguien me exprimiera los pulmones y me estuviera picando con agujas desde el interior.Estoy encerrado en una de las habitaciones más alejadas del ala real, en dónde no llega a mis oídos el llanto de los bebés, ni la máquina que mantiene con vida a Lluvia. Soy una basura, jamás me había sentido como ahora, como si fuera la peor escoria del mundo, me doy asco, si en el pasado llegué a dañar a alguien me arrepiento tanto, ahora estoy pagando con intereses muy altos mis malas acciones y mi estupidez me está pasando una factura demasiado alta. Yo no me metí con Devora en ningún momento, solo quería mantenerla alejada de Lluvia, yo no quería mentirle ni ocultarle cosas a mi mujer, solo quería que llevara un embarazo un poco más tranquilo libre de miedos y preocupaciones, pero terminó pasando todo lo
KurtLe acabo de quitar un gran peso de encima a Rexon, me doy cuenta por su postura tan diferente y esa mirada llena de esperanza, cosa que siento que yo he perdido por completo. Me duele el corazón, me lastima le pecho con cada palpitar, no puedo creer que esto me esté pasando a mí. ¿Colier también sintió esto con el rechazo de Lluvia? ¿Cómo es que pudo superarlo y sobre todo ver el lado positivo a esto? Porque yo no se lo encuentro. — Era tu Mate...- la voz de Rexon me hace volver a la realidad, levanto la mirada y me topo con unos ojos llenos de tristeza y dolor, como si sufriera junto conmigo, me limito a solamente asentir lentamente, él suspira y me pone la mano en el hombro en un gesto de apoyo supongo. — Sé que la traición de Nala dio paso a grandes desgracias y daños que nos lastimaron a más de uno... reconozco mi error y también culpa al dejarla escapar me convertí en un traidor como ella, aunque trato de excusarse, sin importar sus razones para mí no tiene perdón, me resp