Si soy una loba, pero detesto el bosque, el aroma a tierra, los animales del exterior, el viento húmedos, cielos... no soy una salvaje, pero aun así me niego a vestirme como una pueblerina, admito que mi vestido ajustado no me hace fácil la movilidad, y trato de pensar lo menos posible en como el tacón de mis zapatillas se hunde en la tierra, avanzo por unos arbustos y un pequeño grito de disgusto sale de mi garganta al momento que mi rostro choca con una red de telaraña. — ¡Maldita sea! ¡Puto busqué de mierda! ¡Jodida tierra!.- exploto en lo que me paro para sacudirme la maldita telaraña de la cara y del cabello, un escalofrío me recorre el cuerpo al pensar que alguna araña quedo en mi cabeza que horror. — Veo que sigues siendo la misma delicada de siempre. - levanto la vista molesta, ante mí aparece un hombre de buen ver con el cabello rojizo como los rayos del atardecer y una mirada igual de filosa que la mía. — Y tú sigues siendo igual de bestia, no me sorprende que terminaras
Nala. Todo mi cuerpo está temblando sin control, me llevo las manos a la cabeza y acerco las rodillas a mi pecho para recargarme en ellas, no puedo creer lo que acabo de hacer y aunque tengo miedo, una gran parte de mí está muy orgullosa de por fin haber tenido la fuerza para romper mis ataduras, de deshacerme de las cadenas que me mantenían atada a la voluntad de Devora; pero este solo es un pequeño logro, solo un pequeño respiro, así como cuando por fin sales a la superficie a tomar aire después de estar bajo el agua, en poco tiempo otra ola me golpeara, y estoy segura de que solo marcara el fin para mí. La ansiedad hace de las suyas y el montón de emociones revueltas que me golpean, pierdo el control, comienzo a llorar dejando el alma en cada sollozo desgarrador que escapa del fondo de mi pecho, no es justo que mi vida acabe de esta manera, todo es tan injusto, pero era de esperarse, la muerte llegó a mi hace mucho tiempo y Devora me rescató de ella solo para ponerme unas cadenas
Kurt. Me duele en el alma todo lo que le está pasando a Lluvia, maldita sea, ella es una persona muy buena, se pasa de buena gente y aun así parece que la vida, el destino lo que sea la tiene en contra de ella. Rexon... no quiero verlo ni en pintura, él es el culpable de lo que le pasó, nadie más que él, Devora es una tramposa, se le dijo antes de marcharse y aun así se fue con ella, posiblemente porque el sí es su amante y solo trataba de vernos la cara de tontos a todos; de solo pensar que Lluvia muera me enferma, no pudo con ella el jodido rey de los vampiros, pero una asquerosa loba tramposa sí... no puedo creerlo. Escucho que alguien se acerca a donde estoy, espero que no sea Rexon porque lo único que va a recibir de mí es un puñetazo, pero me calmo solo de pensar que si él necesitara de alguien fuera con Dan, él es más... tranquilo a comparación de mí, si no me la pensé dos veces en golpear a Devora menos a él; pero me llevo una sorpresa cuando veo que es Nala la que se acerca
Rexon.Estoy tirado en una de las esquinas de la oscura habitación, me abrazo las rodillas mientras apoyo mi frente en ellas, me duele mucho el pecho, cada respiro es agónico, siento como si alguien me exprimiera los pulmones y me estuviera picando con agujas desde el interior.Estoy encerrado en una de las habitaciones más alejadas del ala real, en dónde no llega a mis oídos el llanto de los bebés, ni la máquina que mantiene con vida a Lluvia. Soy una basura, jamás me había sentido como ahora, como si fuera la peor escoria del mundo, me doy asco, si en el pasado llegué a dañar a alguien me arrepiento tanto, ahora estoy pagando con intereses muy altos mis malas acciones y mi estupidez me está pasando una factura demasiado alta. Yo no me metí con Devora en ningún momento, solo quería mantenerla alejada de Lluvia, yo no quería mentirle ni ocultarle cosas a mi mujer, solo quería que llevara un embarazo un poco más tranquilo libre de miedos y preocupaciones, pero terminó pasando todo lo
KurtLe acabo de quitar un gran peso de encima a Rexon, me doy cuenta por su postura tan diferente y esa mirada llena de esperanza, cosa que siento que yo he perdido por completo. Me duele el corazón, me lastima le pecho con cada palpitar, no puedo creer que esto me esté pasando a mí. ¿Colier también sintió esto con el rechazo de Lluvia? ¿Cómo es que pudo superarlo y sobre todo ver el lado positivo a esto? Porque yo no se lo encuentro. — Era tu Mate...- la voz de Rexon me hace volver a la realidad, levanto la mirada y me topo con unos ojos llenos de tristeza y dolor, como si sufriera junto conmigo, me limito a solamente asentir lentamente, él suspira y me pone la mano en el hombro en un gesto de apoyo supongo. — Sé que la traición de Nala dio paso a grandes desgracias y daños que nos lastimaron a más de uno... reconozco mi error y también culpa al dejarla escapar me convertí en un traidor como ella, aunque trato de excusarse, sin importar sus razones para mí no tiene perdón, me resp
Lluvia. Siento que todo me da vueltas, me llevo la mano a la cabeza y abro los ojos poco a poco, pero la luz es fuerte y me lastima, los rayos del sol están eclipsados por las hojas de unos grandes árboles. Me siento y me doy cuenta de que estoy en el suelo, paseo mis manos por la tierra húmeda, después me doy cuenta de mi ropa, es mi pijama completamente limpia... — ¿Qué pasó? ¿Por qué me vinieron a tirar aquí?. - me sacudo las manos haciendo caer la tierra que se me había pegado; de pronto se escucha el aleteo de unas aves, el sonido hace que me lleguen de golpe imágenes, recuerdos de lo último que viví. - Mis bebés Digo y me pongo de pie de un brinco y comienzo a correr por el bosque, buscando la casa, pero no tengo idea en que parte del bosque estoy, jamás lo había explorado yo sola, por más que corro nada de lo que veo me parece conocido, veo algo de luz entre unos arbustos lejanos, al abrirme paso entre ellos salgo a un bonito y tranquilo rio; el sonido de el agua es relajan
Abro los ojos de nuevo, y esta vez me topo con un oscuro techo y un ventilador con una bombilla que emite una luz muy tenue, parpadeo varias veces, en esta ocasión mi cuerpo siente matices de dolor y tengo una sensación de pesadez, señal de que ahora si estoy en el mundo real. Enfoco la mirada y me tomo mi tiempo para sentir, cada una de mis extremidades, cada dedo de mis manos y pies, cada músculo dolorido, el único sonido en este lugar es el dichoso aparato que monitorea mi latido, emite un ritmo tranquilo y suave. Cuando siento que ya tengo las energías necesarias pongo mis manos a los lados de la camilla y me siento de golpe, veo al doctor con una tablilla, anotando algo que emiten las máquinas, al verme levantarme da un brinco del susto y se separa de la camilla, cuando nuestros ojos se encuentran no hay más que asombro he incredulidad. — Luna Lluvia... ha despertado, es un milagro. — ¿Dónde están mis bebés?. - es en lo primero que puedo pensar ahora, quiero ver a mis hijos.
Rexon. Como siempre en las reuniones con el consejo todo es un caos, pero esta vez estoy sorprendido por no ser juzgado por lo que pasó con Devora, al contrario, indirectamente están felicitándome, en repetidas ocasiones he volteado a ver a mi padre, un gesto suyo es más que suficiente para que me mantenga en mí sitió; no digo palabra alguna, me mantengo en mi lugar. No es el momento para crear más problemas, y envolvernos en la misma discusión de siempre, en la que parecemos unos perros tras sus colas, pronto haré que se le borre la sonrisa a aquella estúpida al otro lado de la mesa. Devora se encuentra más lejos de mí de lo normal, hace bien, aunque me sorprende su nivel de hipocresía y sinvergüenza después de lo que me hizo, de lo que nos ha hecho a todos. Un tipo habla sobre la "debilidad" de Lluvia al ser una humana, pongo los ojos en blanco, harto de los mismos comentarios, la puerta de la entrada se abre de manera abrupta, todos volteamos a ver quién se ha atrevido a empuja