Todos nos quedamos en silencio, los chicos se alejan de la puerta dejándome el camino libre y Taxon se hace a un lado, el silencio es incómodo, más que nada porque creo que todos sabemos que el que yo vaya a hablar con Devora podría significar su muerte. — Creo que deberías pensar las cosas un poco más antes de actuar.- ni siquiera volteo a mirar en dirección a Colier quién es el que habla, pero Dan asiente dándole la razón. — No deberías de actuar por impulso, las cosas nunca terminan bien. — ¿Y qué quieres que haga?.- le respondo a Dan levantando ambos brazos con frustración y demandándolos caer de golpe. — Devora es una maldita amenaza andante y creo que todos los que estamos aquí nos interesa el bienestar de Lluvia... bueno a Taxon quizás no. Mi hermano suelta una risa sin gracia y me fulmina con la mirada, de todos aquí es el que no ha convivido con ella y dudo que tenga algún interés en su protección como el resto de nosotros, mi atención se va a los demás. — Rex tiene raz
Lluvia. Abro los ojos, el sol emite destellos naranjas, son altas horas del atardecer, cuando enfoco mi mirada me incorporo de golpe, de todas mis niñeras en turno esta es nueva, o más bien ellos; el padre de Rexon y Taxon están en mi habitación, tienen una mirada triste en sus ojos, instantáneamente me llevo las manos al vientre, pero mi panza perece estar bien. — Tranquila Lluvia estás bien...- Taxón me dice extendiendo su brazo para tomar mi mano, su padre abre mucho los ojos dando un brinco para apartarlo de mí, pero yo poso mi mano sobre la suya y parece relajarse. — Gracias... ¿Dónde está…? - recorro la habitación con la mirada buscando a Rexon, pero él no está aquí — El médico dijo que lo mejor es que no hables con él por ahora... - el padre de Rexon es quién habla — si vuelves a tener otra crisis lo más seguro es que se te adelante el parto y sería muy peligroso para los bebes...No deja salir las palabras, pero sus ojos lo dicen todo… si los bebés nacieran ahora las prob
El dolor me golpea nuevamente, además de un movimiento inquieto de los bebés que me acalambra las costillas, me muerdo los labios para no gritar. El dolor no hace más que crecer y la máquina emite sonidos que me están poniendo peor... sin pensarlo me deshago de todas las cosas que tengo conectadas y solo así el ruido de la máquina cesa y se queda todo en silencio. A duras penas me agacho para tomar el celular, avanzó, pero con cada paso siento como agua sale de entre mis piernas, mi pantalón de pijama blanco esta cada vez más manchado de rojo. Las lágrimas se escapan de mis ojos, me meto el celular en el bolsillo del pantalón y agarrándome de todo lo que puedo avanzo para salir de la habitación, no puedo gritar... siento que si lo hago algo se me va a salir de entre las piernas, además de que siento que perdería todas mis fuerzas. Abro la puerta y el pasillo está completamente desértico y oscuro, no tengo idea de que hora es... me escabulló apoyándome con una mano en la pared y la
El dolor detona y me retuerzo en la cama con gritos agónicos, aprieto la mano de Taxon con fuerza, al verlo me doy cuenta de que él está llorando, el señor Raymond se mueve de un lado a otro con el teléfono en el oído, acomodando y buscando cosas que supongo le pide el doctor. Me conecta a una máquina y al instante está comienza a emitir sonidos como loca, la puerta se abre y el doctor entra corriendo, se pone unos guantes y toma asiento frente a mí.— Esto no está bien, nada bien...Acomoda algo para que quede con encima de mi vientre y pone una tela arriba para que me cubra, estoy demasiado aturdida, me quita los pantalones de pijama, lo escucho suspirar pesadamente. — No hay tiempo para una cesaría, el primer bebe ya viene... Raymond y el doctor se miran entre ellos, como si hubiera algo que solo ellos saben, parecen abatidos, me revuelvo sintiendo que el dolor detonara en cualquier momento, ya no lo soporto, ya no puedo más. — Lluvia, a la siguiente contracción puja, no grites,
Rexon. Despierto aturdido, la cabeza me da vueltas y me siento desorientado, me llevo la mano a la frente tratando de controlar el punzante dolor que no es tan intenso, pero si algo molesto, miro el techo, está girando un ventilador lentamente... no se parece al nuestro. ¿Lo cambiaron cuando no estuve? Alargo el otro brazo, pero la cama se encuentra vacía; probablemente ya vinieron por Lluvia para llevarla a desayunar, por la intensidad de la luz que entra por la ventana me doy cuenta de que pasa del medio día, no puedo creer que durmiera tanto. Me siento en la cama y comienzo a frotarme los ojos, siento una pesadez en el cuerpo que jamás había experimentado; no recuerdo haber bebido anoche, enfoco la mirada y me quedo frío... esta no es mi habitación. La decoración es diferente, los muebles, pero algo en el lugar me parece bastante familiar, un ave canta y mi cabeza gira en dirección al sonido a la gran ventana que está al frente, después me giro a la izquierda y encuentro la puert
Devora. "Está en coma"... cuando las palabras de Nala escapan del altavoz de mi celular suelto un grito lleno de rabia, el teléfono se encuentra sobre una mesa, si estuviera en mi mano ya lo hubiera arrojado lejos, esta debe ser una maldita broma, ¿Cómo carajos es que esa mujer no se muere? Es pequeña, inferior y débil, su resistencia no me parece que sea de este mundo, va en contra de su naturaleza ¿En verdad es una humana? Aprieto la mandíbula, esto no puede estarme pasando. — Ella tenía que morir, yo me quedaría con sus cachorros, con el trono, con Rexon ¡MALDICIÓN!- Me duele la garganta de tanto quejarme, la molestia no hace más que crecer, Nala permanece en silencio al otro lado de la línea, ya me la imagino con su cara de tonta. Mi plan era perfecto no entiendo que fue lo que falló, eso debió bastar para matarla, pero no, parece ser que el destino no está de mi lado como pensé al parecer me juega en contra, se burla de mí... nadie se burla de mí. Estoy metida hasta el cuello
Si soy una loba, pero detesto el bosque, el aroma a tierra, los animales del exterior, el viento húmedos, cielos... no soy una salvaje, pero aun así me niego a vestirme como una pueblerina, admito que mi vestido ajustado no me hace fácil la movilidad, y trato de pensar lo menos posible en como el tacón de mis zapatillas se hunde en la tierra, avanzo por unos arbustos y un pequeño grito de disgusto sale de mi garganta al momento que mi rostro choca con una red de telaraña. — ¡Maldita sea! ¡Puto busqué de mierda! ¡Jodida tierra!.- exploto en lo que me paro para sacudirme la maldita telaraña de la cara y del cabello, un escalofrío me recorre el cuerpo al pensar que alguna araña quedo en mi cabeza que horror. — Veo que sigues siendo la misma delicada de siempre. - levanto la vista molesta, ante mí aparece un hombre de buen ver con el cabello rojizo como los rayos del atardecer y una mirada igual de filosa que la mía. — Y tú sigues siendo igual de bestia, no me sorprende que terminaras
Nala. Todo mi cuerpo está temblando sin control, me llevo las manos a la cabeza y acerco las rodillas a mi pecho para recargarme en ellas, no puedo creer lo que acabo de hacer y aunque tengo miedo, una gran parte de mí está muy orgullosa de por fin haber tenido la fuerza para romper mis ataduras, de deshacerme de las cadenas que me mantenían atada a la voluntad de Devora; pero este solo es un pequeño logro, solo un pequeño respiro, así como cuando por fin sales a la superficie a tomar aire después de estar bajo el agua, en poco tiempo otra ola me golpeara, y estoy segura de que solo marcara el fin para mí. La ansiedad hace de las suyas y el montón de emociones revueltas que me golpean, pierdo el control, comienzo a llorar dejando el alma en cada sollozo desgarrador que escapa del fondo de mi pecho, no es justo que mi vida acabe de esta manera, todo es tan injusto, pero era de esperarse, la muerte llegó a mi hace mucho tiempo y Devora me rescató de ella solo para ponerme unas cadenas