Narra Jo AnnEstoy desesperada por salir de mi habitación, las máquinas que me ha indicado el doctor han empezado ha hacer su labor, he tenido que conectar pequeños cables sobre mi pecho para monitorear todo, durante toda la mañana solo he escuchado pequeños pitidos que taladran mi cabeza sin poder moverme de está habitación, las chicas han venido poco después de la salida de Damon, se han encargado de monitorear todo y comprobar que haya desayunado correctamente para después avisarme que se irían a trabajar pero volverían a verme en un par de días para comprobar mi estado de salud, las he despedido con un fuerte abrazo y la promesa de esperarlas con gran obsequio por todas las molestias.Desde entonces solo me la he pasado acostada y dormida, perdida en mis propios pensamientos para matar el tiempo .Cuando estoy perdida en mis pensamientos sobre la cama recuerdo los documentos sobre mi propuesta de trabajo soñado, los cuales mantengo en el escritorio a mi lado desde que mi amiga me
Narra Jo AnnDaian maneja la camioneta a una velocidad considerable, después de hacerla razonar por un rato ha aceptado que fuera por Damon yo misma con la única condición de su compañía.Me desespero cada vez que un semáforo enciende su luz roja, esto es tiempo perdido, tiempo que ya no tenemos, no he querido hablarle a los chicos por miedo a que me impidan verlo o me hagan retroceder de alguna forma. Ni Daian ni yo hemos ido a aquel lugar de mala muerte pero algo me ha iluminado y he restregado el teléfono de John para saber su ubicación.–En la calle de enfrente a la derecha y de ahí a la izquierda –le digo a Daian con la mirada en su teléfono ya que yo aún no tengo, maldita sea la hora en que lo tiré en media carretera–Dios, éstas calles se ven muy vacías Jo Ann, debemos de tener cuidado, esto me da muy mala espina –no digo nada con respecto a su último comentario, no quiero decirle que yo tengo el mismo presentimiento, no quiero abrumar más.–Solo necesito encontrarlo y nos irem
Narra Jo Ann Trago saliva en seco cuando nos detenemos, mi raptor respira cerca de mi cuello de una manera agitada, eso provoca un repentino escalofrío en mi cuerpo y por un acto de reflejo intento apartarme pero cuando él lo nota y me aprieta aún más contra su agarre. –Ahora, solo esperemos –me dice de manera brusca mientras nos ocultamos en las sombras –Ella no tiene nada que ver en esto, sueltala –escuchar su voz me hace querer correr hasta él, pero la mano con el cuchillo sobre mi vientre me recuerda que no puedo ser tan imprudente. –No, no, no, tú no estás en condiciones para pedir nada –la voz de aquel hombre me hace querer vomitar, es tan opaca y lúgubre. –Ella se va, yo me quedo, eso es lo que quieres, a mi –quiero decirle a Damon que no haga eso, que no me iré y lo dejaré aquí solo con ese maniático pero me conoce tan bien que con su mirada me dice que haga todo lo que diga. –¿Sabes? Hoy es mi día de suerte, no imaginé encontrarlos aquí, a ninguno de los dos, iba a tomar
Narra Damon La veo alejarse por el largo pasillo junto a las enfermeras después de cruzar nuestras miradas. Suspiro frustrado queriendo golpear algo pero trato de reprimirme a mi mismo. Me acomodo en uno de los asientos de espera con mi cabeza hacia atrás, pienso en lo que ha sucedido en las últimas horas... todo ha pasado tan rápido que no me ha dado tiempo de asimilarlo. No me puedo arrepentir ahora, he hecho lo que tanto temía. –Cariño –escuchó a Daian murmurar, ella llega hasta mí y me reconforta con un fuerte abrazo. –¿Qué pasó? –me pregunta mientras me recupero. –Mi padre nos encontró... Él me quería a mí, quería herirme pero la que terminó herida fue Jo Ann, ella dijo que no era nada pero sangraba demasiado. –dije con los nervios de punta –Dios, querido, trata de tranquilizante, ella estará bien y saldremos pronto de este lugar, lo bueno es que ya están juntos de nuevo –reí sin gracia ante sus palabras y negué con la cabeza lentamente. –Yo...yo la dejé, la dejé de nuevo
Narra Jo AnnDespierto sin tener noción del tiempo, una vez más estoy en una habitación blanca, se han vuelto tan típicas en estos días que ya no me sorprende pero de repente recuerdo algo, rápidamente pongo mis manos en mi abdomen para tener alguna señal de que mi pequeño bebé sigue ahí.–Tranquila, los dos están bien –escucho la voz de Damon y lo veo sentado en un rincón de la habitación, camina hasta mí, quiero decirle algo pero no puedo hablar, mi garganta está completamente seca, él se da cuenta de ello y me ofrece un vaso de agua.Apenas mojo mis labios y bebo un pequeño sorbo.–Gracias –murmuro suavemente, él solo asiente sin saber que decir, deja el vaso en su lugar y regresa a su asiento, alejado de mi.–Pensé que te habrías ido ya –me atrevo a decir después de un incómodo silencio jugando con los dedos de mis manos.-–Quise, no tuve, yo no… –suspira nervioso pues no sabe qué decir.–Está bien, yo solo lo imaginé, no es como si te estuviera corriendo o algo así –trato de no c
Narra Jo AnnTomo respiraciones largas mientras veo a Damon parado de brazos cruzados, los dos estamos en un absoluto silencio después de saber que mis padres cruzarán en cualquier momento esa puerta.–¿Damon? –murmuro para que diga algo, el silencio empieza a volverme loca en el hospital–Está bien, Jo Ann, no necesitamos mentir, seamos honestos y que suceda esto lo antes posible ––¡Dios! Eso dices porque no los conoces, ellos son tan... especiales, perfeccionistas, digamos que no soy yo, vámonos, que no sepan de mi paradero, les diremos que se equivocaron y no soy la Jo Ann que buscan –trato de levantarme de la cama pero él me lo impide, a veces odio que tenga mucha más fuerza que yo.–Vamos a estar bien, son tus padres, no pueden ser tan malos –dice como si fuera lo más obvio.–Ese es el problema, ellos… –me paralizo cuando entran por la puerta, mi padre y mi madre con su gran y típico porte.–Hola querida –dicen los dos al mismo tiempo, mi madre se acerca hasta mí mientras que mi
Paso mis manos por mi barriga mientras las lágrimas se escapan de mis ojos, no he querido molestar o hacer menos a Damon en ningún momento, es solo que el hecho de que mis padres se enteren que voy a tener a un bebé a ésta edad y en ésta situación me provoca muchos nervios. –¿Cómo está mi bebé? –le pregunto a la enfermera una vez que termina de checarme, ella sonríe abiertamente y pone el estetoscopio en mi barriga riéndose una vez más. –¿Te duele el estómago? –pregunta sin mirarme, es como si mi bebe le estuviera contando chistes y ella se riera de ello –Si, y siento pequeñas pataditas también –me quejo. –Es porque tu hijo tiene hipo – –¿Qué? –pregunto sorprendida, cómo es eso siquiera posible? –Sucede en algunas ocasiones y es un poco molesto para las madres, no es nada grave se pasará en unos minutos –Asiento aliviada y ella se despide diciendo que volverá luego para otra revisión –¿Puedo tener helado? –le pregunto cual niña pequeña antes de que salga. –¿Antojo? –me pregunta
Miro por la ventana así. Tengo otra cosa que hacer, Damon se ha ido a firmar mis hojas de salida y me ha prohibido mover un sólo músculo hasta que vuelva.–¿Sabes por qué una enfermera me ha dado esto y me ha guiñado el ojo? –pregunta un confundido Damon con un bote de helado en sus manos.–Eso es mío, es parte de mis antojos y sobre el guiño no sé nada –le digo concentrándome en mi bote, lo destapo y gimo solo de verlo, tomo una gran cucharada y la meto a mi boca.–Deja de hacer eso –me ordena Damon con una mirada pervertida.–¿Hacer qué? –le pregunto metiendo mas helado a mi boca sin entender de qué habla–Gemir mientras comes helado...es incómodo –miro debajo de sus pantalones y noto un bulto, abro los ojos sorprendida y me atraganto con el helado.–Baja lo, baja lo, Tony puede venir en cualquier momento –le digo apurada.–Si claro, es tan fácil decirlo, tú lo provocas y no quieres hacerte cargo –me reclama a regañadientes entrando al baño de la habitación.–Espera, no hagas eso aq