Virginia

La noche que he pasado con Stefan fue asombrosa, hemos cenado y disfrutado de la velada, después volvimos a casa y nos acurrucamos en la cama para dormir, descansar, cargar baterías para lo siguiente que viene. La cena con mis padres. 

No puedo negar que estoy hecha un manojo de nervios, no puedo negar que me siento totalmente fuera de mi zona de confort y no soy la única. Stefan tiene bastante tiempo dando vueltas por la habitación y arreglando constantemente su camisa. 

—¿Estoy bien?, ¿me cambio de camisa? —yo niego 

—Te lo he dicho que no, solo es una cena, relájate —miento.

—Solo quiero que todo salga bien, es todo &mdas