Barbra. En silencio miro como Naomi se gira y exhibe para mi, su vestido de bodas. Sólo lo vi en fotos y verlo de cerca lo hace ver mejor que en teléfono. Este es un modelo es ceñido al cuerpo y de encaje, con cuello redondo y sin hombreras, es muy sencillo. Me había comentado anteriormente que no le gustan las cosas tan exageradas. Pero se ve hermoso. Solo faltan unas pocas horas para que de el si en el altar. Y está colocándose el vestido nuevamente. Se nota en su expresión lo insegura que está. No la culpo, en estos casos los nervios se apoderan de la mujer. —¿Qué tal? —inquiere para mi mientras me observa con rostro interrogativo. —Se te ve hermoso —sonrío, mirando detalladamente su vestido blanco. —Es para ti, amiga. Hecho sólo para ti —acota, Scarlett quien está a mi lado y también mira el traje de la hermosa novia. —Cariño, no puedes decir, ¿qué tal? —espeta Ric, quien se acerca hasta ella y sujeta su mano—. Si escogiste el vestido, debes usarlo con esa sanción diva, hermo
Por el camino escucho una canción de rock que sintoniza la radio y trato de mantener los ojos puestos en la carretera. Cuando logro llegar tranquilamente bajo del auto y me adentro por la puerta trasera en donde puedo ver a mis queridos compañeros de trabajo en su labor y a Amy, ya que ella es quien quedó haciendo la suplencia a la jefa de cocina. —Señorita Evans, estoy dirigiendo todo como usted me lo indico —refiere mirándome algo nerviosa. Se me es imposible no mirar con atención y detallándome la cocina. Y también noto como algunos se enfocan en mi vestido Champagne de dama de honor. —Si, está bien. No te preocupes —espeto mirándola—. Jon y Travis, ¿se encuentran? —Soló el señor Masson quien acaba de llegar y el señor Jon salió hacer unas cosas —informa Amy. —¿No ha venido nadie más? —No —niega. Pero justo en ese momento, veo como el señor Frank entra a la cocina luciendo uno de sus tantos trajes elegantes. Es de un color verde el cual lo lleva acompañando con una linda c
Travis. Apenas estaba cayendo el ocaso entre las nubes y los miles de edificios de la ciudad. Se puede ver el Sol reflejarse en sus impecables ventanales. Antes que la camioneta se detenga, miro el edificio que compré ya hace unos meses atrás. Es el nuevo hotel con restaurante, que está todavía en proceso de arreglo. Será lanzado próximamente y también será uno de los más prestigiosos de la ciudad. Bajo de la camioneta y miró con atención la hermosa fachada con cristales de espejo en tonos dorado. Llama mucho la atención y será el único con ese modelo. Me encamino en dirección a la puerta. Allí se encuentra mi querida secretaria Leila. Viste sus típicos pantalones de vestir color negro, con una camisa blanca y su cabello rubio recogido. Debo admitir que le combina con sus anteojos negros. —Señor Masson. Que bueno verlo por acá —refiere con una sonrisa amable. —¿Cómo ha estado todo, Leila? —empujo la puerta de vidrio color dorado y de inmediato siento el sutil aroma a nuevo y a pin
Travis.En se momento las puertas del ascensor se abren y sin perder el contacto físico. Sujeto sus trasero y Barbra de un impulso enreda sus piernas en mi cintura. Mientras sus labios me besan y sus dedos ágiles comienzan a desbotonar mi camisa. Al llegar a la habitación la bajo y veo como se aleja de mis labios. —¿No veníamos hablar? —abre mi camisa de golpe. Tuerzo mis labios. —Por supuesto que lo haremos —refiero, terminando de quitar mi camisa y la miro deshacerse de su vestido, dejando ver su cuerpo totalmente desnudo—. ¿Acaso nunca usas ropa debajo? —inquiero sacando el sobre de un condón y quitando mi pantalón, luego mi bóxer. Dejando relucir mi amigo ya elevado. Esta mujer me enciende en segundos. Da un paso cerca de mi —Cuando voy a bailar no —desliza una sonrisa traviesa. —Dato interesante. Y aviso que ya eres dueña de mi sucia mente al saber eso —veo que sonríe de medio lado. Camino hacia ella, entrelazo los dedos entre su cabello y la atraigo para besar sus labio
Barbra. Antes de irme acomodo la correa de Nutella en su cuello. Como en el día no estoy en casa, decidí aceptar la propuesta de Bibi, la hija de mi vecina. Un día escuché que tocó a mi puerta y me dijo que daba el servicio para pasear mascotas a cambio de un buen pago. Así que desde el día de hoy le pagaré para que saque a pasear a la pequeña Nutella. No tengo tiempo por las mañanas y mucho menos lo tendré por la noche. No esta demás que camine y juegue al aire libre. Han pasado algunas semanas y durante estos días me han estado mostrando el set de grabación y las tareas que debo hacer. Ya hablé con Frank y llegamos a un acuerdo. Así que ya firmé el contrato y también he estado en un curso para sobre llevar la situación al momento de hablar y cocinar. Por los momentos estoy preparando a Amy, para que me cubra los días que no puedo asistir. Justo en ese momento escucho que tocan a la puerta. Agarro mi bolso y sujeto la correa de Nutella, quien comienza a caminar junto conmigo. Deci
Barbra.Tres meses después.—Es todo por hoy, Barbra —escucho la voz de Dante el director.Me alejo del espacio que contiene la hermosa cocina cómoda completamente blanca, con electrodomésticos de ultimo modelo y negros. La cocina tiene todo lo que necesito. No me falta nada y es en donde acabo de grabar el ultimo episodio de la temporada del programa.De inmediato veo que se acerca Britney. Entre sus brazos carga a Nutella, seguramente acaba de llegar de su paseo. Razón de usar este día un pantalón de licra y una camiseta grande. Al detenerme cerca de ella, enseguida agarro a Nutella quien al verme comienza a menear su cola de un lado a otro con alegría, y lame mi cuello.—¿Como te portaste, Nute? —refiero, acariciando su pelaje color chocolate.Simplemente la veo moverse con frenesís y lanza un ladrido.—Tenga señorita, Barbra — Britney me entrega una botellita de agua.He estado tan llena de trabajo que Jeff la consiguió para mi y la contraté para que el estrés no me inunde
Barbra.—Es la chica del momento, pero me la llevo —anuncia para el grupo de mujeres y hombres que conversan conmigo.Y sin decir algo, decido seguirlo, ha otro lado de la casa.—Barbra, viniste. Estas hermosa, como siempre —espeta con entusiasmo.—Dije que vendría.—Me da gusto.—Tu casa es muy linda, Jeff. —curvo mis labios mirando a mi alrededor la linda decoración lujosa.Es un productor. Me supongo que su sueldo debe ser muy bueno.—Gracias, puedes venir cuando quieras.Con una sonrisa pequeña de labios apretados vuelvo hablar.—Así será.Eleva su copa hasta sus labios y toma un trago lentamente, y me observa por unos segundos.—Oye, Barbra —escucho la voz de Amanda detrás de mi.Me giro y la miro. Se encuentra con una mujer rubia de vestido rojo.—Ella es Sarah Jobs. Hace entrevistas y pertenece a la revista celebre... —Jeff la interrumpe.—Amanda, cariño. Estamos disfrutando. Nada de trabajo, las entrevistas para después —refiere Jeff detrás de mi.—Jeff, no... —
Barbra.El sonido de mi teléfono me despierta. Con pesadez levanto mi mano y la estiro hasta la mesa de noche que esta a mi lado. En cuanto lo agarro decido responder la llamada y al escuchar la voz de Nolan saludando, sé que no es para nada bueno.Llamada.—Buenos días. Barbra.—Buenos días, Nolan —dejo caer mi frente sobre la almohada.—Espero amanezcas bien, cariño —hace una pausa rápida—. Eh... sé que es tú día libre, porque ya iniciaron tus vacaciones y todo eso. Pero necesito que por favor vengas a mi oficina. Ahora mismo —pide con voz severa.Hago un silencio.—Si, allí estaré.Cuelga la llamada.Abro mis ojos y decido mirar la pantalla, para encontrarme una nota pegada sobre esta.''Buenos días, hermosa. Rom se encuentra en el estacionamiento para llevarte a casa''PD: Te veo esta noche.Luego de leer la nota, la quito con suavidad para ver la hora, que marca 07h30. En ese momento veo varias notificaciones de Instagram de algunos conocidos y otras redes. Ignoro tod