Barbra.—¿Dime? —se puede escuchar el sonido de voces y los utensilios a través de la llamada. Se nota que está justo en el área de la cocina. —Estoy en tu oficina —le aviso. —Voy para allá —avisa. —Bien. Cuelgo la llamada y me quedo allí esperando y mirando el lindo lugar. No pasa mucho tiempo cuando la puerta se abre y veo a Travis entrando. Usa una camisa blanca y un pantalón negro. No negaré que le queda ceñida y muy agradable a su cuerpo. Me levanto y lo miro detenerse frente a mí. Sujeta con ambas manos sus caderas y posa sus ojos azules sobre mí. —Hola —suelta un suspiro cansado y luego acomoda su cabello a un lado. —Por lo que veo tú día no ha sido tranquilo. —En lo absoluto —camina en dirección a su escritorio y yo lentamente lo sigo. —Todo está muy lindo —miro nuevamente a mi alrededor—. La fachada llama mucho la atención. Travis se detiene y se recuesta del escritorio y se da la vuelta completa para mirarme. —Ese es mi objetivo. Y al parecer la obtuve —alza una ce
Barbra. Han pasado varios días desde aquella noche en la cual una vez más se burlaron de mí y mi corazón. La verdad es una de las que me gustaría olvidarme por completo y para siempre. Trato de mantenerme firme, aunque algunas veces sólo quiero llorar. Porque así soy yo. Doy todo de mi sin pensar en las consecuencias. Realmente pensé que era con él. Pero no. Y así es esto. El amor te hace débil y feliz. Es la combinación perfecta de una agridulce destrucción. Dicen que el amor es buscar en otra parte lo que no encuentras en ti. No lo sé. Me gustaría saber qué es lo que me hace falta. Y quizás la respuesta es. Qué sólo al final debería enamorarme de mi y de nadie más. Soy la única que me va a amar de verdad y no se romperá el corazón. Nunca he optado por esa técnica y creo que ya es la hora. Me he pasado la vida intentando relaciones en las que yo quiero que lleguen a un futuro, pero terminan en fracaso. Y al final soy yo quien entrega todo, para después no obtener nada. Sólo un cor
Barbra. Al terminar de poner mis botas negras largas de cuero, pongo mi gorro de lana blanco, me doy la vuelta y me voy camino al espejo para mirar mi atuendo. Lo que mayormente me coloco cuando es invierno. Ropa abrigada. Por último, me coloco mi Bléiser largo y grueso color blanco que hace una buena combinación con mi gorro y guantes negros. Acomodo mi cabello suelto y coloco mi pintalabios rojo como de costumbre. —¡Bri, estoy listo! —exclama Ricardo desde la sala. Sin perder más tiempo agarro mi teléfono y lo dejo dentro de uno de los bolsillos del abrigo. Para después salir de mi habitación y ver a Ricardo completamente listo, vestido y abrigado de pies a cabeza en rojo y negro. —Ya nos podemos ir —anuncio mirándolo. —Andando, señorita Evans —refiere, acomodando una bufanda negra alrededor de su cuello como toque final. A veces pienso que tiene mejor estilo que yo. Al salir por la puerta principal de la edificación, los suaves rayos del Sol de la mañana tocan la piel de mi r
París, Francia. Un año después. Enero es el mes más frio del año en el país francés. Una temporada muy gris, aunque a veces sale el tímido Sol a dar un poco de luz, a pesar de ser templado este año no hubo nevada, pero el clima es muy gélido. Y los turistas no lo frecuentan mucho. El poco tiempo que llevo residenciada en el país me ha encantado. Es una ciudad muy productiva, rápida, elegante. Tiene de todo un poco. Mientras estuve trabajando en USA logré reunir el dinero necesario para venirme, y eso hice. Ahora vivo en este hermoso lugar de Europa. Cuando llegué me costó un poco adaptarme a su cultura, su clima. Pero, poco a poco logré aprender del país. Logrando uno de los objetivos que más he querido en la vida. Gracias a mi esfuerzo y perseverancia, puedo decir que ya tengo mi propio restaurante, con recetas totalmente mías y por supuesto otras variedades. Aunque tuve una mala experiencia en aquel canal de televisión, tuve una ventaja. Ser conocida entre muchas personas y eso m
Barbra. Me encuentro dentro de la tina y sostengo una copa de vino tinto, mirando la tv. Justamente el antiguo canal en donde una vez trabajé. Algunas veces veo ciertos programas que me gustan, pero es muy raro, mayormente me la paso muy ocupada. No tengo nada en contra del canal, pero no puedo mentir que con su presidente sí. No olvido las cosas tan fácilmente y Nolan Klein pagará por lo que me hizo. Puedo quedarme en silencio, pero no para siempre. Tomo un poco de vino y la dejo aún lado de la tina para después agarrar una de las uvas verdes que aún quedan en la pequeña taza de vidrio. Cierro mis ojos y disfruto un rato más de mi baño y el agua tibia de la tina. Pasan por mí dentro de tres horas así que si me da tiempo de estar lista a esa hora. Después de un rato en la tina, salgo para comenzar a arreglarme. Optó por un vestido sencillo largo y mangas largas de terciopelo en un color esmeralda. Lo acompaño con una linda joyería de perlas. De maquillaje me coloco alg
Él engaño de mi esposo. Con pasos lentos me acerco a la puerta de la oficina de mi querido y hermoso esposo. Tengo que preguntarle qué tal me queda el nuevo vestido que Beige diseño sólo para mí. Apenas llegué a la celebración y no lo veo por ninguna parte. Pero en cuanto escucho los gemidos y jadeos bajos que vienen desde su oficina de inmediato me detengo completamente en shock y abro mi boca por lo que mis oídos están escuchando. —Ah, ah... —gime ella. —Eres tan estrecha, Bri. Me encanta que seas así —dijo mi esposo con voz jadeante. Se notaba lo tanto que estaba gozando. ¿Es él con una mujer? Vuelvo a caminar con lentitud para escuchar con más claridad los gemidos de completo placer de esa mujer, acompañados de los jadeos de mi esposo. ¿No me lo creo? Sólo siento la ira dentro de todo mi ser. Maldito desgraciado. Tres años casados, tres putos años y mira. Es que me va escuchar. Todo se irá a la mierda, todo. Del otro lado de la oficina.... Y allí nos encontrábamos los dos
Trabajar y trabajar. En eso se basa la vida cuando eres Adulto. ¿Quieres una Donna? Debes trabajar. ¿Quieres un salir a la playa o viajar a otro país? Debes trabajar. ¿Quieres un lindo vestido? Debes trabajar. ¿Quieres lograr tus sueños? Debes trabajar duro para tenerlos. Si no trabajas no tienes dinero. Y si no tienes dinero no puedes hacer las cosas que te gustan. Es frustrante, lo sé. Desde que tengo 19 años trabajo. He tenido muchos. Secretaria, niñera, repostera, panadera de todo un poco. Me gradué de Chef porque me gusta mucho cocinar y amo todo lo que tenga que ver con la comida, así como los médicos aman salvar vidas. Estuve trabajando en un restaurante por mucho tiempo, yo era la chef pero me despidieron por culpa de una compañera. Así que me tocó buscar empleo en otro sitio y me aceptaron. Pero no como Chef sino como ayudante de cocina. Qué más da por lo menos estaré haciendo lo que me gusta. Aunque en realidad lo que más me gustaría es tener mi propio restaurante en
BarbraAl salir del restaurante me voy en dirección al edificio. Dejo mi Scooter en el estacionamiento y subo al piso donde vivo. Saco la tarjeta para después entrar en mi dulce hogar. Vivo sola desde que me vine a la universidad, ya que mis padres están en Alaska. Solo me comunico con ellos cuando tengo tiempo libre. Así que es muy raro cuando los llamo. Es la razón de extrañarlos algunas veces. Me dirijo a la cocina y agarro un pedazo de pan, abro uno de los cajones y saco el envase de mantequilla de maní, para luego con una cuchara esparcir un poco sobre el pan. Después sin perder tiempo solo comienzo a comer. Luego de comer me voy a la habitación y voy a mi armario en busca de un traje para hoy. Busco y busco y encuentro el que está bien para usar. Al elegirlo lo guardo dentro de mi bolsito, luego los tacones, dejo el bolso en la cama y comienzo desvestirme para irme a la ducha y lavar mi cuerpo. Después de minutos solo me coloco un vestido holgado de color rosa y una zapatil